CASTELLÓ. La industria de la maquinaria cerámica italiana ha agravado en el último año su particular via crucis que ya inició en 2018 y que le ha llevado a cerrar el último ejercicio, correspondiente al 2019 con una facturación de 1.730 millones de euros cuando cinco años antes las ventas alcanzaron los 2.200 millones, lo que ha hecho que el sector, con fuertes intereses en el clúster cerámico castellonense, intensifique su desaceleración ya en fechas anteriores a la eclosión de la pandemia del coronavirus, según los datos hechos públicos por la patronal transalpina Acimac.
Según las mismas fuentes, esta fuerte reducción de las ventas han venido acompaadas por el final de los incentivos fiscales que han venido acompañando al sector para la implantación de la industria 4.0 o la evidente desinversión que se ha dado en el sector de la construcción a nivel internacional. Pese a todo, el comportamiento de la facturación en territorio europeo, fundamentalmente en España y, en particular, en la provincia de Castellón no ha sido tan importante, ya que los principales escollos se han dado en territorio italiano, por el enfriamiento de su economía, así como la pérdida de fuelle de los mercados asiáticos, en especial lo que concierne al gigante chino.
Así, los resultados del 2019 reflejan una caída con respecto al año anterior de casi el 20% que, aunque es importante, aún está lejos del crash ocurrido durante la crisis del 2008, en la que las ventas se precipitaron, incluso, por encima del 30%. Por contra, las buenas noticias para el sector italiano han venido de la mano de los mercados sudamericanos y africanos, que tuvieron un comportamiento más amable para los intereses de los fabricantes de maquinaria cerámica italianos, con ventas anuales de 143 y 158 millones de euros, respectivamente, según informa este lunes el portal Ceramic World Web (CWW), que recoge el balance de Acimac.