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La nueva normalidad

11/06/2020 - 

CASTELLÓ. Los negocios han comenzado a abrir sus puertas. Tiendas, bares, restaurantes, peluquerías, ferreterías, centros comerciales, cines…. Los ciudadanos, poco a poco, empezamos a retomar nuestras rutinas, nuestras vidas.

También los tanatorios hemos reabierto nuestras puertas volviendo a recibir, de forma escalonada, a familiares y amigos de aquellos que han perdido a un ser querido.

Recordemos el momento del inicio de la pandemia. Debido a las medidas sanitarias solo un máximo de tres familiares podían estar presentes en la despedida del fallecido, situación que acrecentaba, aún más si cabe, la tristeza propia del duelo.

Desde el Grupo Magdalena hemos realizado un mayor esfuerzo para  paliar, en la medida de lo posible, esta situación tratando de constituir un apoyo incondicional para las familias que han tenido que decir adiós en medio de esta situación totalmente inusual.

A partir de ahora, familiares y amigos podrán reunirse en las salas de velatorio. Ya en esta segunda fase podrán reunirse 15 personas en el interior de los tanatorios, 25 si la reunión se produce en un espacio exterior. Más adelante, en la Fase 3 a la que confiamos en avanzar el próximo 15 de junio, el número de personas que podrán reunirse en las sala será de 25 y de 50 en espacios al aire  libre. 

La «comitiva» para el enterramiento o la despedida para la cremación del fallecido también está limitada a un máximo de 25 personas en la Fase 2 y un máximo de 50 en la Fase 3.

Todo ello, por supuesto, siguiendo las medidas de seguridad, higiene y distanciamiento entre personas marcadas por el Ministerio de Sanidad.

La amplitud de espacio de las salas serán claves para preservar la seguridad y en Magdalena disponemos de este espacio gracias a nuestras amplias salas velatorio, terraza interior al aire libre y nuestra capilla.

Queremos expresar nuestro orgullo de pertenecer a una sociedad tan comprensiva y leal que ha sabido adaptarse a unas circunstancias tan duras, sobre todo si han sufrido en su seno el fallecimiento de alguien cercano. Esta sociedad madura nos impulsa a entregarnos con el máximo rigor para acometer nuestro trabajo de servicio a los demás.

Nadie sabe cómo será la nueva normalidad, de lo que sí estamos seguros es de que nos adaptaremos para dar el mejor servicio funerario en todos sus aspectos.

Las despedidas nunca han sido fáciles. Son un momento privado, difícil de sobrellevar y entendemos que ahora más que nunca, nos debemos a aquellos que confían en nosotros exaltando los valores que nos diferencian, como el cariño y la entrega.

La nueva normalidad se está desarrollando. Esperamos poder recuperar lo más importante en la despedida de un ser querido: el calor generado por los que nos acompañan.

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