CASTELLÓN (EP). El Hospital General Universitario de Castellón y el Hospital Universitario la Plana de Vila-real han instalado en el interior de sus instalaciones una red de desfibriladores externos semiautomáticos (DESA) que convierten estos centros en espacios cardioprotegidos, con el objetivo de garantizar el inicio de la cadena de supervivencia.
La función de estos equipos semiautomáticos es garantizar la asistencia inmediata hasta que lleguen los especialistas provistos con los equipos de resucitación cardiopulmonar avanzados, detalla la Conselleria de Sanidad en un comunicado. Por ello, su ubicación se ha proyectado en los lugares de los hospitales con mayor afluencia de público, como los accesos, las salas de espera, las zonas de docencia y aularios o el área de almacenaje, ya que las salas de hospitalización, los quirófanos, el servicio de urgencias o las unidades de cuidados intensivos cuentan con desfibriladores y carros de atención a la parada cardíaca de uso profesional.
El objetivo de Sanidad es cubrir los espacios con mayor afluencia de público con equipos DESA para ser utilizados por cualquier persona hasta el inicio de las técnicas de reanimación cardiopulmonar avanzada por parte del personal sanitario.
La cadena de supervivencia de la parada cardiorespiratoria consta de cuatro eslabones: el reconocimiento de la situación de una víctima de parada cardíaca, la activación inmediata de los servicios de emergencias sanitarias, el inicio precoz de la reanimación cardiopulmonar y la desfibrilación temprana, mientras llegan los servicios sanitarios especializados para continuar con la asistencia y trasladar al paciente a salas equipadas.
Desde la Conselleria apuntan que las evidencias clínicas y científicas ratifican que la desfibrilación temprana y la reanimación cardiopulmonar básica de calidad son la respuesta más adecuada y el tratamiento específico de la fibrilación. De hecho, entre el 75 y el 80% de las muertes súbitas de origen cardíaco requieren una atención inmediata, ya que por cada minuto que se retrasa su tratamiento adecuado se reduce en un 10% la posibilidad de supervivencia de la persona.
En la Comunitat Valenciana, la instalación y el uso de desfibriladores semiautomáticos externos están regulados a través del decreto 159/2017 de 6 de octubre.