La planta de biodiésel de PortCastelló no nota la crisis de los carburantes y dispara su facturación

24/11/2018 - 

CASTELLÓN. Masol Iberia Biofuel, la compañía propietaria de la planta de biodiésel del puerto de Castellón, parece no notar la crisis que en buena parte del mundo sufren los combustibles fósiles. Tanto es así que el año pasado la compañía, que está radicada en Barcelona pero cuya actividad principal es la producción de carburantes en la planta del Grao (gestiona también otra factoría en Ferrol, con una capacidad de producción de 300.000 toneladas, la mitad que la castellonense), disparó su facturación un 67%, hasta alcanzar un importe neto de la cifra de negocios de 40,8 millones de euros. Y no solo eso, sino que a lo largo de los últimos años Masol ha multiplicado su plantilla hasta contar con 114 trabajadores, frente a los 47 del 2015. 

Así las cosas, la sociedad, propiedad del grupo indonesio Musim Mas (un gigante mundial de la producción de biodiésel), alcanzó unos beneficios el año pasado de 4,3 millones de euros, frente a los 3 millones de pérdidas del ejercicio anterior. De todas formas, esto no es un indicador exacto de su salud financiera, puesto que, como recoge su Informe de Gestión del 2017, registrado recientemente junto a sus cuentas, los ingresos de la sociedad "provienen íntegramente de la prestación de servicios" al grupo Campa Iberia, también propiedad de Musim Mas. En virtud del contrato entre ambas compañías, "la sociedad se compromete a procesar las materias primas provistas por Campa Iberia, quien, por su parte, se compromete al pago de un tolling fee (tarifa de peaje). De esta forma, la sociedad no adquiere la materia prima ni vende mercaderías, ya que en ningún momento dejan de ser propiedad de Campa Iberia", recoge el informe.

Es el mismo documento el que destaca la buena salud de que goza Masol Iberia. No en vano, "las perspectivas para el ejercicio 2018 son altamente positivas a consecuencia de la consolidación de la nueva estrategia de producción en España, lo que continuará aumentando significativamente el importe neto de la cifra de negocios y el resultado del ejercicio". Y es que durante el año pasado "la sociedad se ha consolidado en el sur de Europa como uno de los protagonistas más relevantes en el mercado de producción de biodiésel", apunta el Informe de Gestión.

De arrendatarios a propietarios de la planta del Grao

Y esto "viene reforzado", según los propios gerentes de la compañía, "con la operación de compra de las plantas de Castellón y Ferrol realizada el 23 de marzo de 2017". Anteriormente, Masol Iberia Biofuel gestionaba ambas instalaciones en virtud de un contrato de arrendamiento con Infinita Renovables, que fue el grupo que construyó ambas plantas de procesamiento de aceite. En virtud de este acuerdo, desde el 1 de abril del 2014, Masol Iberia pagaba 2 millones de euros anuales por la utilización de ambas instalaciones, a lo que debía sumar "una cantidad fija por cada tonelada de biodiésel procesado, así como una participación en beneficios en el caso de que estos superasen los 3,5 millones de euros". 

Así debía ser durante cinco años (hasta el 1 de abril del 2019, según lo previsto) pero el 30 de noviembre del 2016 ambas entidades firmaron un contrato de compraventa de las plantas "supeditado al cumplimiento de ciertas cláusulas que se han cumplido con fecha 23 de marzo de 2017". De esta manera, en esa fecha se plasmó la compraventa "por importe de 33 millones de euros", que es el montante principal de "las inversiones llevadas a cabo en los ejercicios 2017 y 2016". Esta es también la razón por la que el activo de la compañía pasó de 5,87 millones de euros del 2016, a 37,87.

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