CASTELLÓ. La Unió de Llauradors denuncia el "enorme perjuicio" del olivar tradicional en España y la Comunitat Valenciana respecto a otros sistemas de cultivo más intensivos. Además de las desventajas productivas y los mayores costes de producción, la aplicación de la Política Agraria Comunitaria (PAC) perjudica claramente al tradicional, arraigado en el territorio castellonense y del resto de la Comunitat.
Así, muchas explotaciones de zonas de la cuenca mediterránea -entre ellas las de la Comunitat- y del interior de la península, con olivos en secano o también con riego de apoyo, incluso con variedades locales y producciones de calidad, deben competir con explotaciones que reciben cinco o seis veces más ayudas directas y que por lo tanto son rentables, haciendo que se reduzca al mínimo el precio del aceite.
En este sentido, la organización agraria censura que la nueva reforma de la PAC propuesta por el ministro de Agricultura, Luis Planas, solo cambia de 50 a 20 las regiones agronómicas en España, "pero no modifica para nada la filosofía que seguirá permitiendo la distorsión en el mercado del aceite". Sobre esto, el responsable del aceite de La Unió, Hilari Jaime, remarca que la gran diferencia de costes de producción en los diversos tipos de cultivo de olivo existentes en España, "junto al diferente nivel de ayuda que se percibe, perpetuarán la discriminación entre unos y otros".
Para minimizar esta discriminación hacia el tradicional, donde la mayoría de los agricultores viven de forma profesional de su producción y quieren mantener en su territorio una actividad agraria con una producción de calidad y sostenible, la organización agraria confía en que se establezca desde el Ministerio un pago específico al olivar.
La denuncia del sindicato agrario llega a la par que su estimación de cosecha de aceite de oliva, que se reducirá en la Comunitat Valenciana esta campaña en un 15% respecto a la anterior, "en parecidos términos al descenso en todo el ámbito estatal", lo que refleja que se tratará de una producción media-baja. La producción a nivel mundial también viene disminuyendo a lo largo de las tres últimas campañas, señalan los técnicos de La Unió.
La escasez de lluvia, especialmente en primavera, tras un año agrícola con déficit hídrico apreciable, así como las altas temperaturas, han afectado a la cosecha. Además, la evolución de la climatología durante los próximos meses puede incidir todavía en las estimaciones de este aforo con rendimientos de conversión aceituna/aceites más bajos.
Según los expertos de La Unió, no hay ninguna señal que augure una bajada de precios para los próximos meses, sino más bien al contrario, ya que las cotizaciones son "estables y fuertes", y desde la organización consideran que pueden estar de 3,50 a 4 euros el kilo para el aceite de oliva virgen extra.
En cuanto al consumo, el mercado interior aún no se ha recuperado del impacto de la pandemia, aunque alcanza cifras de 438.200 toneladas, que suponen un incremento anual del 12%. Las exportaciones se han incrementado un 3% hasta situarse en las 838.100 toneladas en el cómputo interanual a junio de 2021. Italia sigue siendo el principal destino del aceite español, con datos acumulados a mayo que alcanzan las 206.335 toneladas, una cifra que se ha mantenido estable durante las cuatro últimas campañas, apunta la entidad.
Estas macromagnitudes agregan unas existencias antes de comenzar la campaña de en torno al 10% menos que en las cuatro últimas campañas, lo que deriva en la estabilidad e incrementos de los precios que ha caracterizado al sector durante todo el año pasado. Idéntico escenario se registra en los principales países productores del área mediterránea: Italia (con precios en AOVE un 37% más elevados), Grecia y Turquía.