CASTELLÓ. El balance provisional de pérdidas que deja la borrasca Gloria; en forma de gota fría, viento, pedrisco y nieve, para el campo de la Comunitat Valenciana es de una cantidad de al menos 24 millones de euros, según la primera estimación de la Unió de Llauradors. En la primera fase del temporal los principales daños se dieron por los efectos del viento y en la segunda sobre todo por el granizo que ha afectado a numerosas zonas del territorio autonómico, aunque de forma desigual.
Los daños son generalizados en todo el territorio, pero con mayor incidencia en las comarcas centrales y sobre todo en la Ribera Alta y Baixa. Aparte de los cultivos, las principales pérdidas se darán en infraestructuras agrarias como los invernaderos, que han sufrido las consecuencias en sus estructuras y en mallas y plásticos, así como también en los caminos, sistemas de riego, rotura de naves, mataderos o granjas, márgenes o arrastre de tierras, donde las valoraciones pueden ser muy elevadas.
En muchas zonas del interior de Castellón existen aún graves dificultades por la nieve para acceder a los masos y a las granjas, con el consiguiente problema para alimentar a los animales, por lo que la Unió reclama que se aumenten los esfuerzos necesarios para normalizar la situación y se incremente la maquinaria pesada para acceder a las zonas incomunicadas. También se detecta un aumento en los gastos de calefacción de las granjas y continuos cortes en el suministro eléctrico y telefónico.
El cultivo de los cítricos, ya en su segunda parte de la campaña, es el más afectado, con más de 17 millones de euros por daños en cantidad y en calidad, pues entre un 20% o 25% de la cosecha pendiente de recolectar se ha podido ver dañada en mayor o menor medida como consecuencia del viento por caída o rameado o por efecto del granizo.
Aunque la incidencia es generalizada, el porcentaje dependerá de cada término municipal e incluso parcela. Habrá que tener en cuenta también posibles daños por inundación según la evolución de la climatología, en este caso serían problemas de asfixia radicular, podredumbre o aparición de hongos y fisiopatías en la piel del fruto. Afortunadamente, la campaña citrícola va muy avanzada y además el granizo en muchas zonas iba acompañado de abundante agua, lo que ha minimizado los daños.
El otro cultivo más afectado es el de las hortalizas de invierno, sobre todo la alcachofa y las brassicas (como por ejemplo las coles) o patatas y cebollas acabadas de plantar; que suman una afección de más de 2,5 millones de euros, debido tanto al pedrisco como a la asfixia por inundación. El resto de pérdidas se da en otros cultivos también afectados como los viveros de plantas vivas y ornamentales o el aguacate, entre otros.
Por todo ello, la Unió reclama una respuesta adecuada de las administraciones ante la gravedad del temporal y espera que no pase como con las ayudas de la DANA de septiembre, de las que agricultores y ganaderos afectados todavía no saben nada. En este sentido, pedirá que aparte de las ayudas o exenciones fiscales y de la seguridad social que se puedan conceder se incluyan en un posible paquete de subvenciones las infraestructuras agrarias dañadas.
A pesar de todos estos efectos negativos, el temporal de lluvias es beneficioso en general porque se han recargado acuíferos y embalses, se ahorra riegos para los próximos días, se limpian los árboles ante posibles enfermedades o plagas y se regeneran los pastos para alimentación animal, entre otras cuestiones.
Para los cultivos de secano, como es el caso de los cereales, son muy importantes estas lluvias, como también las temperaturas bajas lo son para viña, olivar o frutales, entre otros, porque no ha llegado a helar y los cultivos acumulan de este modo las necesarias horas-frío en esta fase invernal para su correcta evolución posterior, señalan desde la organización agraria.