MADRID. Los bancos centrales han reiterado su postura ‘hawkish’ y el mercado puede verse tentado a valorar una desaceleración económica más severa a finales de este año. El actual conflicto en Ucrania es un factor negativo adicional para la renta variable junto con la volatilidad de los bonos.
La temporada de resultados del tercer trimestre debería mostrar cifras decentes frente a un consenso significativamente reducido, pero también una orientación de los máximos responsables corporativos cada vez más cauta. Esperamos que las previsiones de beneficios de IBES (Institutional Brokers' Estimate System) se reduzcan al menos un 10% en los próximos meses, en consonancia con los indicadores macroeconómicos y los modelos cuantitativos propios.
Entretanto, el aumento de los tipos reales y de los diferenciales de crédito provocaría una reducción de los precios, lo que a su vez provocaría un nuevo descenso de los precios en torno al 10-15%. La combinación de ratios precio - beneficio más bajos y menores beneficios nos hace mantener una posición infraponderada en la renta variable, ya que la postura de la Reserva Federal -de 'hawkish' a 'dovish'- no parece demasiado cercano.
Dicho esto, el posicionamiento es muy bajo, lo que desencadena grandes picos de mercado como hemos visto desde hace tiempo. Además, a partir de los 3.300 puntos,ç el S&P 500 empezaría a descontar tanto el nuevo régimen de tipos como una sensible desaceleración económica (aún no una recesión completa).
En conclusión, seguimos siendo cautos aunque reconocemos que en los próximos meses el mercado podría alcanzar niveles más atractivos.
Michele Morganti es estratega senior de renta variable de Generali Investments