CASTELLÓ. La relación de Castellón con la cerámica es, sin duda, especial. Sobre todo desde los siglos XX y XXI se ha convertido en un lugar privilegiado para esta. Si bien, como recalca el comisario de arte Joan Feliu, está la provincia más vinculada a una "cerámica industrial" que artística, su historia -económica y cultural- puede escribirse con este material. "Posiblemente no existan otros objetos más explícitos para relatar nuestro discurrir a lo largo del tiempo que los escritos con tierra. Objetos que hablan de cómo vivían los seres humanos y también de sus intereses espirituales", expone el castellonense.
Es por ello que, cuando a la Universidad Jaume I de Castelló se le brindó la posibilidad de participar en las actividades de la Capital Mundial del Diseño, que tienen lugar durante todo este año en València, la institución tuvo claro que la exposición que ofrecerían tendría que estar vinculada con el diseño cerámico. Y así se ha hecho. Mans i màquines. Apunts ceràmics, inaugurada este miércoles en la Galería Octubre plantea un diálogo entre formas cerámicas industriales y otras artísticas para evidenciar que "al fin y al cabo los lenguajes formales de unas y otras tienen muchos puntos de encuentro, si bien una ha sido tratada para uso funcional y en otra predominan aspectos contemplativos".
"Hay piezas que podrían haber acabado formando parte de un oculto armazón en la estructura de una casa, pero que individualmente parecen esculturas hechas para el placer de la mirada. Por eso mismo, las hemos enfrentado en un diálogo amigable con otras que, estando hechas precisamente para suscitar ese placer, poseen, sin embargo, un entramado que nos remite a una estructura en la que se aprecia cierta complejidad constructiva, cierto aire de industria poética", incide Feliu, quien comisaría la muestra junto a la profesora y directora del Museo de Arte Contemporáneo de Vilafamés (MACVAC), Rosalía Torrent. Así mismo, el proyecto, que ha sido presentado por la vicerrectora de Cultura, Carmen Lázaro, y la directora de la sala, Juncal Caballero, cuenta con la participación del artista Wences Rambla Zaragozá.
Con todo, para la construcción de la muestra ha sido necesaria la colaboración de tres entidades museísticas de la provincia, referentes en la historia de la cerámica y el arte contemporáneo. Estos referentes son el Museo del Azulejo de Onda, que custodia una selección de los premios Alfa, reconocimientos que otorga desde 1977, y con periodicidad anual, la Sociedad Española de Cerámica y Vidrio (CECV) a los proyectos más innovadores en tecnología y diseño de empresas del sector. También, el Museo de Cerámica de L'Alcora, el cual ha aportado una muestra de piezas premiadas en el CICA, concurso nacido el 1981 para atender el sector cerámico artístico internacional, y el cual, según afirman los organizadores de la muestra, "es actualmente uno de los más prestigiosos de Europa". Y por último, el MACVAC, que aunque no se dedica exclusivamente al arte cerámico, custodia varias obras realizadas con esta técnica. Entre ellas, destacan las pertenecientes a la colección de la Fundación Vittoriano Bitossi para el Arte de la Cerámica y la Industria Química, creada en 2008. Se trata de una selección de grandes diseñadores internacionales que el Museo Artistico Industriale Bitossi cedió al Museo de Vilafamés.
A partir de aquí, la muestra permite conectar, entre otros, los restos cerámicos de una excavación llevada a cabo en torno al Molí de la Reina de Onda, todos esos pedazos recogidos y almacenados en cajas dispuestas para su clasificación y análisis, con los de un montón de desechos que, aunque también fueron encontrados en una excavación, cayeron en las manos del artista polaco Weronika Lucińska, quien lo transformó y representó mediante su propia creación, Oceanarium from blue to white, en una "exaltación de memoria".
"Si desde un punto de vista tecnológico ha podido decirse que la cerámica era representativa del estado de una civilización, no es menos cierto que el valor estético de sus productos cerámicos también pone de manifiesto el nivel de desarrollo artístico de ese pueblo. Es decir, el punto que alcanza el desarrollo de un diseño, sea una punta de una flecha, un arnés de caballería o una butaca, y la artisticidad que su factura puede manifestar, nos indica el grado de conocimiento técnico empleado", reivindica Rambla, quien cree, de este modo, que tanto la cerámica aplicada a la arquitectura, como la transformada en representaciones artísticas, como puedan ser esculturas o joyas, ambas dicen mucho de cómo es una sociedad. Y por supuesto, para el creador, tanto en un caso como en otro, han de considerarse diseño. "Uno de los pilares del diseño es la proyección de una idea con vistas a materializarse en objetos que a la vez que son o puedan ser útiles, sean al mismo tiempo susceptibles de ser categorizados como piezas artísticas", señala.
La exposición podrá verse hasta el 31 de mayo. Pero, además, según avanzan desde la universidad, la implicación de la provincia con la Capitalidad del Diseño no finalizará aquí. Continuará con dos muestras que recalarán más adelante en el MACVAC y en la Sala 30 del Aeropuerto de Castellón.