VALÈNCIA. La mitad de los automóviles matriculados en España se enfrenta cada año a la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), una revisión que encuentra deficiencias en el 18% de los turismos de uso particular. Así ocurrió en 2020, cuando el Gobierno prorrogó unos meses la validez de los certificados de ITV dada la situación de alarma vivida durante la primera mitad del año. Pero más allá de los datos generales, la situación de estas inspecciones varía en función de la autonomía. Mientras que en Asturias uno de cada tres coches no supera el primer examen y se ve abocado a un segundo, en la Comunitat Valenciana ese porcentaje no alcanza siquiera el 11 %.
La región valenciana es, desde hace años, la que menos automóviles envía a una segunda revisión de ITV, según los datos del Ministerio de Industria. Con un parque móvil amplio en términos cuantitativos, el cuarto tras los de Andalucía, Cataluña y Madrid, alrededor de 1,3 millones de ellos acuden cada año a una inspección, en línea con los porcentajes de la media estatal. Sin embargo, el contexto de la Comunitat Valenciana sí presenta algunas particularidades. Por ejemplo, sus turismos son, dentro del envejecido parque de España, de los menos antiguos del país, y las tarifas de las segundas inspecciones son igualmente muy elevadas en relación a las del resto de comunidades.
Una segunda revisión por un fallo del vehículo, de hecho, cuesta en territorio valenciano 22,75 euros, a la vez que se deberán abonar 2,20 euros si el problema es de sonometría o 9,74 euros si está relacionado con las emisiones. Así lo recoge la empresa concesionaria del servicio de ITV en la Comunitat, mientras que, según un estudio comparativo realizado por Facua hace un año, en algunas regiones la segunda inspección es siempre gratuita y en otras, como Cataluña o Castilla y León, solo se paga si se excede un periodo de cortesía que oscila entre los quince días y los dos meses.
Ese plazo de sesenta días también se disfruta en comunidades como Galicia, Andalucía, Navarra y Castilla-la Mancha, y en Asturias, la autonomía con mayor porcentaje de rechazo de turismos particulares en una primera revisión, es de 21. Algo más de margen, un mes, tienen en La Rioja y el País Vasco, las dos regiones que, junto a Castilla y León, no vieron descender el número de turismos enviados a una segunda revisión en 2020 pese a la pandemia.
En la Comunitat Valenciana ese porcentaje sí descendió en el primer año de coronavirus, pero llegó a ser todavía inferior en años anteriores. En 2016, por ejemplo, solo el 8,6 % de los vehículos eran rechazados tras una primera visita a los centros ITV, una situación que convertía a la valenciana en la única autonomía donde ese registro se ubicaba por debajo del 10 %, a buena distancia del resto de regiones. Asimismo, y más allá de la segunda inspección, tampoco las primeras revisiones tienen en la Comunitat Valenciana un coste asequible si se comparan con las de otras regiones. Su coste, de 47,16 euros para turismos de gasolina con catalizador y de 51,24 en diésel, es de hecho de los más elevados de España según Facua.
Otro factor relevante del parque móvil valenciano es su edad. En España, la antigüedad de los turismos particulares es en general muy elevada, con una media de 13,2 años, pero en la Comunitat, pese ser igualmente alta, se reduce a los 12,3 años. Según los últimos datos al respecto publicados por Faconauto, la patronal que integra las asociaciones de concesionarios, la valenciana es la segunda cifra más baja del país, solo por detrás de Cataluña (12,1) y por delante de regiones como la Comunidad de Madrid (12,4).
Igualmente, se encuentran por debajo de la media estatal las comunidades de Andalucía, Baleares y País Vasco, mientras que justo en el lado opuesto, y tras Ceuta y Melilla, aparecen Canarias (13,8), Castilla y León (13,8), Galicia (13,7) y Asturias (13,3). Así pues, y en relación a otros países, la antigüedad de los turismos de uso personal que hay matriculados en las distintas comunidades españolas estaría muy por encima también de la media europea.
Las cifras de la Comunitat Valenciana, donde los vehículos son menos antiguos, podrían inducir a pensar que la adquisición de automóviles es mayor que en otras regiones, pero en términos de turismos por habitante la región valenciana está por debajo de la media. Con 520 turismos por cada 1.000 habitantes, presenta dos menos que el conjunto del país, pero muchos más que los 458 de Cataluña, de nuevo la última comunidad también en este apartado según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT).
En cambio, en Baleares la tasa asciende a 625 automóviles particulares por cada 1.000 personas, y en Galicia es de 586. De hecho, Lugo y Ourense son las provincias españolas donde más vehículos por habitante se encuentran. Por detrás de Galicia, igualmente por encima de la media, se encuentran Extremadura (578 turismos de uso personal por cada 1.000 habitantes), la Comunidad de Madrid (575) y Castilla y León (562).