MADRID. Los desalentadores datos macroeconómicos de abril han disparado la preocupación de los inversores por el estancamiento del proceso de recuperación de China tras la crisis cíclica. Al analizar más detenidamente los datos, observamos que la producción industrial y el crecimiento de la inversión en activos fijos fueron los que más se alejaron de las expectativas del mercado, mientras que las ventas al por menor decepcionaron en menor medida. Esta constatación es coherente con la dicotomía del proceso de recuperación de China, que se ha visto impulsado principalmente por un repunte de la economía del sector terciario (servicios) tras la crisis de la Covid, pero con una leve mejora de la economía del sector secundario (industrial).
Durante los confinamientos por la pandemia, el sector industrial chino se vio mucho menos afectado que sus homólogos de servicios (por ejemplo, restauración o turismo), de ahí su leve mejora después de finalizar la política de 'covid cero'. De hecho, las fábricas chinas pudieron mantenerse operativas durante la pandemia y captaron mayores cuotas de exportación mundial.
En nuestra opinión, los decepcionantes resultados del sector manufacturero chino en abril se debieron a la ralentización de la demanda externa de exportaciones chinas ante la desaceleración de las economías de mercados desarrollados (Estados Unidos y la Unión Europea); y la atonía de la demanda interna de bienes industriales y de consumo duraderos (como automóviles o electrodomésticos) en medio de la débil dinámica del mercado inmobiliario y la moderación de la demanda de inversión en infraestructuras.
Creemos que la dicotomía en el proceso de recuperación de China puede persistir hasta final de año. Es probable que la mejora secuencial de la demanda de consumo se atenúe, aunque seguirá apoyándose en la mejora de la demanda de gran consumo a medida que sus balances se recuperan progresivamente.
Por otra parte, es probable que las actividades industriales se enfrenten a continuos vientos en contra derivados del debilitamiento de la demanda mundial, la todavía débil demanda de inversión inmobiliaria y la moderación de la demanda de inversión en infraestructuras.
Dado que aún se espera que el repunte de las actividades de consumo impulse el crecimiento del PIB de todo el año 2023 por encima del objetivo oficial de "alrededor del 5%", no creemos que los responsables políticos chinos estimulen la economía mediante una excesiva relajación fiscal ni monetaria.
Christiaan Tuntono es economista senior de Asia Pacífico de Allianz Global Investors