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tribuna libre / OPINIÓN

La ética profesional en la función del gestor administrativo

28/10/2021 - 

Al desempeñar una actividad profesional es imprescindible actuar bajo una serie de normas y premisas éticas y morales que garanticen la diligencia en el ejercicio de dicha profesión. Es lo que se conoce como ética profesional.

Se traduce en una serie de comportamientos y pautas de actuación encaminadas a fomentar  la buena praxis que garanticen el éxito en los trabajos encomendados por los clientes.

Entre estos principios fundamentales están la responsabilidad, el respeto, la diligencia, la constancia, la justicia y la honestidad.

Los Gestores Administrativos recogemos estos principios en un Código Deontológico, que incluye los criterios que deben ser puestos en práctica en el ejercicio de nuestra profesión.

Por lo tanto, nuestro Consejo General tiene entre sus cometidos elaborar el Estatuto General de la Profesión, y de acuerdo con los Colegios y Consejos Autonómicos, la aprobación de Normas que afecten a los profesionales y colegiados en el ejercicio de su actividad.

Los Gestores Administrativos actuamos ante los órganos de la Administraciones Públicas en calidad de representantes de los administrados, teniendo la obligación de defender sus derechos y debiendo solicitar y realizar toda clase de trámites.

Esta misión nos impone deberes y obligaciones diversas, con respecto al cliente, a los órganos de la Administración, a nuestra profesión y a cada miembro del colectivo y a la sociedad en general, para la cual una profesión liberal e independiente, regida por el respeto a las reglas que se ha impuesto a sí misma, es un medio fundamental de salvaguardar los derechos del ciudadano frente al Estado.

En la acción del gestor administrativo, además, nos regimos por una serie de principios fundamentales incluidos en nuestras normas deontológicas, que podríamos resumir en estas 6 premisas: independencia, integridad moral, dignidad, secreto profesional, formación y perfeccionamiento y función social.

La seguridad, fiabilidad y garantía profesional son principios fundamentales en la consecución de nuestro trabajo y en la confianza depositada en nosotros por nuestros clientes.

El Consejo General, los Consejos Autonómicos y los Colegios de Gestores Administrativos de toda España, como entidades de Derecho Público, y representantes de una profesión titulada y de colegiación obligatoria, salvaguardan que estos principios fundamentales se cumplan a rajatabla, fijando en nuestro Código Deontológico la obligación por parte del Gestor Administrativo de suscribir una póliza de responsabilidad civil, que garantice las responsabilidades en las que pueda incurrir en el ejercicio de la profesión en la forma y condiciones que determine el Consejo General  y el correspondiente Colegio profesional.

Este es un elemento diferenciador muy importante, con respecto a otras profesiones no tituladas y no colegiadas, en cuanto a la asunción de responsabilidades ante negligencias que pudieran surgir en la actuación profesional de cara a sus clientes.

Otro elemento diferenciador son las Comisiones Deontológicas que existen en cada Colegio, cuya misión es dirimir cualquier tipo de denuncia o problema que se pueda suscitar entre clientes y gestores, o entre los propios gestores, que hayan intervenido en asuntos profesionales. Estas Comisiones abren un expediente informativo, que puede derivar en otro disciplinario, que o bien conlleva medidas disciplinarias o en su defecto el archivo del mismo.

La finalidad es que siempre y en todo momento se cumpla lo marcado en nuestro Código Deontológico, en salvaguarda de los intereses de los intervinientes.

En definitiva, los Gestores Administrativos somos profesionales altamente cualificados, siempre en busca de la excelencia en nuestro trabajo y el compromiso  de ejercer nuestra profesión de una manera éticamente impecable.

Joaquín Giner es presidente del Colegio de Gestores Administrativos de Valencia

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