VALÈNCIA. Los errores humanos a veces salen caros y la Generalitat Valenciana está buscando la manera de resolver uno que tuvo lugar el pasado mes de octubre para evitar que el dilema que tiene sobre la mesa se haga cada vez más grande. En concreto, podría tener consecuencias sobre la gestión de los fondos europeos para la recuperación de la Comunitat Valenciana.
El Ejecutivo formado por PSPV, Compromís y Unides Podem lleva desde hace meses tratando de reforzar la plantilla de funcionarios de la Administración valenciana con el objetivo de crear un grupo de empleados públicos dedicados, en exclusiva, a la captación de dinero procedente de Europa.
Con este telón de fondo, el pasado 1 de octubre se realizó un examen para el cuerpo A1-01 superior de Administración y para la agrupación de puestos de trabajo APT-01-01-03, de fondos europeos de la administración de la Generalitat, al que podían presentarse cualquiera -no solo funcionarios- al tratarse de la constitución de una bolsa de empleo.
A la convocatoria se presentaron, según calculan los sindicatos, en torno a 2.500 personas, algo más de la mitad que se inscribieron en el proceso selectivo. Sin embargo, un mes y una semana después de haberse examinado no saben si superaron la prueba o no. Y probablemente seguirán un tiempo sin saberlo.
En una de las aulas en las que se realizó el examen, por error, las personas examinadas dispusieron de menos tiempo que otras. En el interior del examen venían detallados los minutos que iban a tener para realizar todos los ejercicios: 105. No obstante, al explicarlo de viva voz, el revisor del aula hizo mal el cálculo temporal y en lugar de sumar 105 minutos al horario sumó tan solo 65.
¿El resultado? Las 16 personas de este aula hicieron la prueba en 65 minutos mientras el resto de aspirantes lo hizo en 105. Al salir de clase varios de ellos, se produjo una situación caótica donde otros examinadores se mostraban sorprendidos por la rapidez con la que habían resuelto los ejercicios. Al percatarse del problema, muchos intentaron volver al aula, pero el examen estaba viciado ya de inicio porque muchos adaptaron sus respuestas a los escasos 65 minutos. Al final, la convocatoria ha quedado paralizada a la espera de ver cómo resolver el entuerto.
Entre las opciones que ha barajado el órgano técnico de selección (OTS) está la de ofrecer a las personas afectadas que repitan el examen. Sin embargo, esta alternativa podría aportar más problemas que soluciones: al haber transcurrido más de un mes desde que se produjo este fallo, el resto de examinados podrían recurrir la decisión porque se generaría una agravio, ya que los afectados de origen (16 personas) habrían tenido al final cinco semanas más de preparación para presentarse a la prueba.
No tomar una determinación con agilidad tampoco es una solución, pues mientras tanto el tribunal tampoco ha empezado a corregir los exámenes de aquellos que dispusieron de una hora y 45 minutos porque la norma impide que se corrija parcialmente a los examinados. Esto es, que no se corrija a todos los que se presentaron.
El embrollo es de aúpa, pues mantiene bloqueada la convocatoria, la resolución de admitidos y tampoco se cuenta con un horizonte temporal para solventarlo. El órgano de selección se debate entre cuál es la mejor solución para todos y la más ecuánime y a su vez la Generalitat sigue sin cuerpo de expertos en fondos europeos a pesar de que le urge resolver con cierta celeridad toda convocatoria que implique financiación que provenga de Europa.
Mientras tanto, sindicatos como UGT consideran que Función Pública debería pedir un informe a Abogacía de la Generalitat para resolver cómo actuar, pues tomar una solución que no perjudique a ambas partes no fácil. Si no se repite el examen, los afectados estarán en desventaja respecto al resto, pero si se hace, el tiempo que ha transcurrido desde el 1 de octubre es un arma de doble filo que podría directamente anular el proceso de la Generalitat si el resto de candidatos recurriera en los tribunales. Y todo, con el reloj corriendo en contra, pues cuanto más tiempo pase, el agravio será mayor y más evidente.
Otro de los factores que retrasará la resolución de este problema es que, además, se han presentado numerosas alegaciones sobre el cuestionario del examen, por lo que el OTS también debe resolver sobre las mismas y confeccionar una planilla definitiva sobre la que corregir los cuestionarios entregados por las personas aspirantes.