VALÈNCIA. El “cluster” del microchip valenciano se ha reunido esta semana con la Generalitat Valenciana para constituir la Mesa de semiconductores, la Valencia Silicon Cluster. Esta importante iniciativa de colaboración público-privada, en la que también participarán la Universitat de València y la Universidad Politécnica de València, sigue la nueva política de reindustrialización de la Unión Europea (UE) en sectores críticos para alcanzar la autonomía estratégica y la gobernanza territorial. Los chips son activos estratégicos para las cadenas de valor industriales clave. Con la transformación digital, están surgiendo nuevos mercados para la industria de los chips, como los coches altamente automatizados, la nube, el Internet de las cosas, la conectividad, el espacio, la defensa y los superordenadores.
Bajo el nombre de Valencia Silicon Cluster, un grupo de empresas se han asociado en torno a las compañías más relevantes del sector de semiconductores y microchips con sede en la Comunitat Valenciana. Como miembros fundadores de la asociación, figuran MaxLinear, Analog Devices, amsOSRAM, Bosch, iPronics, DAS Photonics, VLC Photonics/Hitachi, Digital Health Data y Gobernanza Industrial. La presidenta es Mayte Bacete, directora de MaxLinear Hispania y el secretario, Carlos G. Triviño, director de Gobernanza Industrial. La Universitat de València y la Universitat Politècnica de València comparten los objetivos fundacionales de la entidad y participan activamente en sus iniciativas desde su puesta en funcionamiento.
La autonomía europea en este sector es de vital importancia para la transición energética y la transformación digital, prioridades de la UE. Todo lo que permite funcionar a la sociedad actual está ligada a una pequeña placa u oblea de litio que conduce los electrones o los fotones para hacer funcionar un móvil o un ordenador o las baterías eléctricas de un coche. Por ello, la Comisión Europea ha propuesto una ley, pendiente de aprobación por el Consejo y el Parlamento, la Ley Europea de Chips, con el objetivo de abordar la escasez de semiconductores y fortalecerá el liderazgo tecnológico de Europa.
La presidenta del Cluster, Mayte Bacete: “La importancia del Valencia Silicon Cluster es la alta concentración del personal dedicado a este sector, con más del 50% del talento dedicado a los semiconductores en Valencia. Ello refuerza el compromiso de la Generalitat con esta asociación empresarial con el sector para potenciar su crecimiento. Además, nuestra singularidad está en el desarrollo tecnológico, que es la parte que más valor añadido tiene en el proceso. Lo que pedimos a las autoridades es que hay que seguir potenciando y, cuando el ecosistema crezca, vendrán las unidades de producción. Por último, queremos potenciar un plan ambicioso de generación de talento y el papel de las universidades es primordial. Quiero destacar que desde el cluster tenemos una estrecha colaboración con ambas UPV y UV, y los planes de acción vienen de su mano”.
La iniciativa valenciana se adelanta a esta nueva ley europea, que movilizará más de 43.000 millones de euros de inversiones públicas y privadas, y establecerá medidas para preparar, anticipar y responder rápidamente a cualquier futura interrupción de la cadena de suministro, junto con los Estados miembros y los socios internacionales. Hay que destacar que el 50% de los recursos humanos especializados en este sector en España están concentrados en la Comunitat Valenciana. La Secretaria Autonómica de Economia, Empar Martinez, ha estado presente en esta iniciativa.
El Valencia Silicon Cluster se centrará en el diseño de microchips, más que en la producción de las obleas o hardware. Incluir a ambas universidades públicas es garantía de resultados en I+D+i para consolidar toda la cadena de valor. Además, su principal apuesta es la formación en microelectrónica y fotónica. Ésta es la novedad de esta asociación industrial, el uso de fotones en lugar de electrones, ya que consumen menos energía.
Respecto a la fabricación del hardware, el presidente Ximo Puig anunció durante la reunión de la Mesa que la Generalitat Valenciana está en contacto con empresas del sector para traer el proceso de fabricación a la Comunitat Valenciana y localizar este tipo de industria, explica González Triviño, ya que España no tiene empresas nacionales en este sector. Además, también se trató la propuesta de un Campus Internacional de Semiconductores, añade el secretario del Valencia Silicon Cluster,
No obstante, la apuesta está en el valor añadido del diseño y la innovación, en el inicio del proceso, ya que trasladar litio o silicio es más fácil que trasladar a un ingeniero. Por tanto, el peso específico de la localización se centrará en la gente especializada que pueda desarrollar todo tipo de producto.
La Comisión Europea espera que la demanda de chips se duplique de aquí a 2030, y se ha fijado como objetivo crear un ecosistema europeo de chips de vanguardia que pueda competir con el mercado asiático. Los pioneros en estos momentos son Taiwan y Corea del Sur a la cabeza, seguidos por China y Japón. Estados Unidos también está acelerando este mercado, en vista de su importancia estratégica geopolítica.
A nivel nacional, España aprobó en mayo de 2022 el llamado PERTE Chip de Microelectrónica y Semiconductores. El Gobierno aprobó la dotación de 12.500 millones de euros como el instrumento de financiación industrial de mayor alcance aprobado hasta la fecha. En este sentido, la Comunitat Valenciana se sitúa en buen lugar para la captación de estas inversiones, ya que cuenta ya con un ecosistema industrial y una capacidad formativa para el diseño de semiconductores.
Javier Calpe, delegado en España de la multinacional estadounidense Analog Devices. Explica el papel de su empresa en el Cluster. “Localmente aportamos por diseño, pero como empresa somos IDM, es decir, fabricamos parte de nuestros productos. Tenemos fábricas en Limeric (Irlanda), dos en Estados Unidos y un gran centro de test en Filipinas. Nos centramos en hacer chips con otras peculiaridades. Nos diferenciamos en hacer cosas difíciles”, explica.
Para Calpe, “el problema en la Comunitat Valenciana es morir de éxito. Hay cuatro empresas en electrónica y tres en fotónica que están creciendo y es difícil encontrar talento. No es fácil crecer y necesitamos más ofertas. Tenemos más de 40 plazas abiertas para ingenieros de Teleco, físicos, informáticos, ingenieros industriales y biomédicos. Hay escasez en todo el mundo, hacemos cosas divertidas y es un trabajo bien pagado”.
Respecto al Cluster, “la fabricación es algo que seria deseable en España, pero es complejo porque no hay una infraestructura o una industria afín sobre la que te puedas basar. Montar una cerámica en Castellón es fácil, pero hacerlo en Marruecos es complicado porque no tienes gente formada, proveedores ni canales de distribución”.
En cuanto al propósito de la UE de localizar toda la cadena del microchip, Javier Calpe opina que “es muy difícil de conseguir, porque desde el principio se ha abrazado la globalización. Las fábricas son inversiones de miles de millones y mucho tiempo para su instalación y esto no son mascarillas”. Para Calpe, “la Comunitat Valenciana tiene la oportunidad de liderar la industria del microchip porque implica a más del 50% de empresas con sede en España. Tenemos que aprovechar esa oportunidad para ser un actor importante en el sector”.
La Ley Europea de Chips propone inversiones en tecnologías de próxima generación, y proporcionar acceso en toda Europa a herramientas de diseño y líneas piloto para la creación de prototipos, pruebas y experimentación de chips de vanguardia. Además, establecerá los procedimientos de certificación para chips de eficiencia energética, lo que implica una garantía en la calidad y la seguridad de las aplicaciones crítica. Se trata de crear un marco más favorable para los inversores para que instalen sus fábricas en Europa y garantizar el suministro en épocas de crisis política y económica. La financiación está dirigida al apoyo a las nuevas empresas innovadoras y las PYME.