VALÈNCIA. ¿Nunca se ha parado a pensar el valor que podría suponer la basura que está generando a diario? Pues tal vez haya llegado el momento de hacerlo. Los residuos contienen materiales que pueden sustituir a materias primas escasas o contaminantes. Si no se reutiliza material valioso para su útil integración, el sistema renunciará a ingresos y el cúmulo de basura amenaza al medioambiente. Para entenderlo solo hay que ver cuando se producen huelgas en la recogida municipal.
¿Cómo la economía circular puede contribuir? Se nutre de la cadena de valor. Los procesos productivos necesitan material como ingrediente principal. Este material se compone de materias primas o de material reciclado con los que se fabrican bienes de consumo o bienes de equipo. Tras utilización, estos se convierten de nuevo en material residual o basura, lo que a su vez es ingrediente para que el sector de reciclaje pueda generar recursos aprovechables para su integración en los procesos productivos industriales. Y así este ejemplo de economía circular cierra su círculo. El denominador común no es otro que el uso responsable de los bienes disponibles, es decir, evitar desperdicio de material reutilizable y potenciar ingresos adicionales futuros para su ingreso en el sistema económico.
Los materiales generados desde la reutilización de residuos hacen crecer el volumen de recursos de un sistema económico. En cambio, los desechos no aprovechables obligan a su almacenamiento costoso y drenan los recursos. Por otra parte, el reciclaje permite ahorrar en fuentes de ciclo de vida limitado y contribuye a la protección del medioambiente. En vez de quitarle a la tierra recursos naturales limitados, se apuesta por un mecanismo innovador que ayuda reducir las montañas de vertido y que permite la nueva producción de material reciclado para su reutilización.
La media europea en material reciclado representa hoy en día un 15% de los recursos utilizados en la producción, además con tendencia muy alcista. En los países pioneros en reciclaje estamos hablando de más del 50%, que se benefician de un ahorro enorme en consumo de recursos naturales y por ello son un claro ejemplo a seguir.
Dicho todo lo anterior no sorprende que los inversores en bolsa lleven mirando de reojo a las empresas cotizadas especializadas en gestión y tratamiento de residuos, o las compañías que están relacionadas a esas actividades. Además, la inversión sostenible está fuertemente comprometida en ver las ventajas. De hecho actores de peso -como los grandes fondos de pensiones- lo declaran como una de las grandes temáticas de inversión de la próxima década.
En general hemos presenciado como el mundo inversor institucional ha ido posicionándose poco a poco en los últimos años. Ahora son los particulares quienes parece que quieren imitar dicho movimiento. Especialmente interesante es la temática de cara al ciclo económico en el que nos encontramos ahora. El aumento de precios y la escasez de materias primas incrementan la producción en reciclaje, su innovación y finalmente la rentabilidad del sector.
Si el mercado funciona, el sector del tratamiento de residuos también estará dispuesto a pagar cantidades mayores para residuos reciclables, y así garantizar la reposición de la propia producción. A su debido tiempo esto eleva la actividad con los desechos de papel, de acero y ropa, con la probabilidad de abrir así nuevos mercados para las empresas especializadas.
Pues sí, en los residuos -aunque suene raro decirlo- se encuentra un material muy valioso pero obviamente solo es cierto para la parte apta para su reutilización. En todo caso estoy convencido que iremos descubriendo con el paso del tiempo un sinfín de formas nuevas sobre cómo aprovechar -en un grado todavía superior al actual- la basura que estamos generando día tras día.
Al menos los inversores lo tienen cada vez más claro. Ellos ven una doble ventaja: Lo reciclable no genera coste por desechar y reduce la dependencia de materias primas escasas o contaminantes; mientras la herramienta disponible para apoyar como inversor el uso responsable de residuos es invirtiendo en empresas que forman parte de la economía circular. Procure no dejar pasar el tren.
Christian Dürr, socio director de ETICA Patrimonios EAF