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La planta debe cerrar esta semana un plan de ajuste para optar a los nuevos eléctricos

La hora de la verdad en Ford Almussafes: semana decisiva para asegurar su futuro

23/01/2022 - 

VALÈNCIA. Recta final de las duras negociaciones en la factoría de Ford en Almussafes. La hora de la verdad ha llegado y esta próxima semana es decisiva para aclarar su futuro. La planta debe entregar este próximo jueves 27 de enero un plan de ajustes a la multinacional para convencerla de que los dos nuevos modelos eléctricos que se lanzarán al mercado europeo deben producirse en las instalaciones valenciana. Una adjudicación que garantizaría el trabajo en la fábrica en los próximos años dado que cuatro de los cinco modelos que actualmente fabrica están a punto de expirar su ciclo de vida, por lo que Almussafes se quedará únicamente con la producción del modelo Kuga. Y ello no asegura su supervivencia.

Desde hace un par de años, la multinacional del óvalo ha emprendido un proceso de reconversión de sus modelos en Europa en línea con la movilidad actual y las nuevas exigencias climáticas. Una transformación que conlleva cambios en sus vehículos hacia modelos electrificados. Los planes de la compañía pasan por vender exclusivamente coches eléctricos en 2030. Faltan dos modelos por adjudicar y debe dirimir en qué fábrica europea se producirán, una decisión que se anunciará previsiblemente en el mes de junio. 

En esta carrera por la nueva carga de trabajo, Almussafes no compite en solitario. La planta alemana de Saarlouis, encargada del Focus, también aspira a hacerse con la nuevos coches, lo que ha generado una disputa interna entre fábricas para demostrar a Ford quien es más competitiva. Un duelo que ha aprovechado la compañía para elevar la presión entre ambas factorías asegurando que solo puede quedar una porque los nuevos vehículos no son suficiente para sostener ambas plantas. La firma automovilística necesita garantías de competitividad y un plan de ajustes de cada una para tomar la decisión. 

Todo ello ha propiciado duras negociaciones entre dirección y comités de empresa de ambas factorías para ganar el encargo. Un enfrentamiento que ha abocado en una 'guerra' para ver quién ofrece mejores garantías y un plan de ahorro de costes que mejor convenga a la multinacional. Cada una exhibiendo sus fortalezas y ventajas e incluso con declaraciones institucionales con peticiones de rebajas de impuestos en Alemania para favorecer a su planta. Y es que desde un principio en Saaroluis han tenido claro que "Valencia tiene ventajas significativas" en términos de costes de personal con una plantilla de cerca de 6.200 empleados, admitía el Comité de Empresa Alemán. Pero sin un acuerdo, esos beneficios se diluyen.

Todos los tienen claro. Lo que está en juego es la supervivencia de sus fábricas, sus miles de puestos de trabajos y toda una industria auxiliar de la que dependen más de 25.000 empleos en la Comunitat Valenciana, con una facturación cercana a los 12.200 millones de euros, el 18% del PIB industrial de la región. "Al final lo que se pretende es evitar un terremoto Nissan en Almussafes", advierten fuentes sindicales. 

Foto: EDUARDO MANZANA

La industria del automóvil se encuentra en tiempos convulsos. Caída de la demanda, reconversión, nuevos hábitos y crisis mundial del suministro por la falta de semiconductores. Una tormenta perfecta que ha llevado a la mayor parte de las compañías del sector a tener que acometer duros ajustes, con cierre de plantas incluidas, y reconvertir sus flotas. Y, en ese tsunami, Ford busca sortear la marea con nuevos coches que hagan reflotar su negocio en Europa. Tras anunciar inversiones millonarias en Reino Unido o EEUU, donde tiene su cuartel general en Detroit, ahora Valencia y Saaroluis entran en sus futuros planes. Pero solo puede quedar una, admiten desde Ford.

Una negociación encallada

Por eso, dirección y sindicatos en Almussafes llevan desde finales del pasado año con encuentros casi semanales para cerrar un acuerdo que decante la balanza a su favor. Se exigen sacrificios y esfuerzos, pero lo que está en juego es la viabilidad de una planta con más de 45 años y el futuro de miles de trabajos. Por el momento, las posturas están alejadas. Los alemanas están haciendo lo propio, aunque se desconocen sus movimientos. "Su forma de negociar es diferente. Ellos tienen un sindicato que representa a todo el sector del automóvil y no ha trascendido nada de lo que negocian ni siquiera en los medios de comunicación alemanes", señalan fuentes sindicales de la planta valenciana. 

Pero lo que está claro es que la pugna está reñida. Ford España, poco dada a pronunciarse sobre estos temas, fue clara al respecto en un comunicado que envió a la plantilla de Valencia: sin ese plan de ahorro será "difícil" que Almussafes gane la batalla. Sus exigencias para cerrar un acuerdo que entregar a la matriz en Detroit pasan por tres pilares: reducción de los costes salariales, extensión de la jornada de trabajo y aumento del número de días de trabajo por año. De lo contrario advierten: "Si nosotros no somos capaces de llegar a concesiones en estas áreas será difícil que podamos someter a la dirección un acuerdo ganador que permita a la compañía nominar a València como destino final de fabricación de su nueva gama".

En la última reunión celebrada este pasado viernes entre sindicatos y dirección en Almussfes, la compañía concretaba el recorte que ve necesario para conseguir que la factoría se adjudique los nuevos modelos eléctricos para el mercado europeo. Una propuesta que pasa por una reducción del 10% de los sueldos, acortar una semana las vacaciones y ampliar 30 minutos cada turno de trabajo. De esta forma, se rebajaría en 3.500 euros el sueldo medio a los cerca de 6.000 trabajadores que, además, se quedarían sin la semana de vacaciones en Semana Santa -actualmente la planta cuenta con cuatro semanas festivas -tres en verano y una en Pascua-. Unos planteamientos que UGT, sindicato mayoritario, rechazaba al considerarlos "inasumibles" y entender que únicamente se pedían esfuerzos a la plantilla. 

El sindicato había ofrecido un día antes una congelación de los salarios después de conseguir que Ford se comprometiera a pagar el IPC de 2021 pactado en el convenio colectivo, cercano al 7%. Eso sí, siempre y cuando llegara la nueva carga de trabajo y se revisará en los siguientes años. Se trataba, de una "contención salarial" en los primeros años de trabajo de los nuevos modelos, pero "recuperando después valores en torno al IPC" si Almussafes resulta ser la elegida para la electrificación. Un gesto que, sin embargo, no era suficiente para desatascar la negociación. Los posicionamientos siguen alejados y el calendario corre en su contra.

Desde UGT defienden una "flexibilidad laboral" y, por ello, piden a la empresa "creatividad" en sus propuestas y explorar soluciones en este sentido. No están dispuestos a renunciar a días sin garantías. La próxima reunión será el lunes y los nervios afloran entre una plantilla mermada en los últimos años y que sufre los continuos vaivenes de producción en la planta por la falta de suministro. Pero, además, con un futuro incierto y que está en juego.

Mediación de Europa

Ante el atasco en la negociación y puesto que este proceso de negociación afecta a la situación en Europa, el sindicato mayoritario solicitaba una reunión con la dirección europea. Por el momento no ha habido respuesta, pero UGT insiste en la importancia del encuentro para conocer sus exigencias y poder reconducir la negociación a tan solo unos días de que expire el plazo que dio Ford para acordar el ahorro de costes en ambas plantas. Sea como fuere quedan cuatro días para elevar una propuesta a la matriz europea, que será remitirá a la central de Detroit. Cuatro días en los que Almussafes estará en vilo.

Pero, además, existe otro elemento que también podría condicionar la decisión como es la instalación cercana de una gigafactoría de baterías. Así lo creen los sindicatos y también en Saarlouis que ya han sacado pecho de la gran instalación que el fabricante chino Svolt Energy Technology está construyendo al sur de Alemania. Fuentes sindicales de Almussafes admiten que contar con una fábrica próxima a las plantas de producción supone una ventaja en cuanto a reducción de costes logísticos, por lo que es un elemento que facilita la producción de eléctricos de Ford, pero no creen que sea una factor determinante en la decisión de la multinacional. 

Existen propuestas para albergar una gran instalación en tierras valencianas,Por un lado, está el proyecto que encabeza Power Electronic y, por otro, Volkswagen ya ha anunciado su intención de levantar una planta de baterías en España y la Comunitat Valenciana está en las quinielas. Además, recientemente Almussafes ofrecía 750.000 metros cuadrados de suelo industrial disponibles de la parcela industrial que actualmente ocupa la factoría de Ford para albergar una gran planta de baterías eléctricas. Aunque aún no han recibido ninguna oferta, señalan fuentes municipales. 

Almussafes se juega esta semana su futuro. Una decisión que se esperará con mucha expectación porque la planta alemana depende únicamente del modelo Focus, que expira en 2025, mientras que Almussafes tiene cuatro de sus cinco modelos en su ciclo final de vida, por lo que ambas necesitan nueva carga de trabajo. Más que nunca la negociación será determinante para evitar que se produzca un grave terremoto en la planta. Saarlouis o Almussafes. Almussafes o Saarlouis. La decisión final tendrá aún que esperar hasta junio, pero este acuerdo es vital para demostrar a Detroit las fortalezas y competitividad de una planta que en los últimos años ha luchado contra viento y marea en un entorno convulso. La hora de la verdad ha llegado y solo puede quedar una.

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