VALÈNCIA. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, ha encontrado un aliado discursivo este verano que el dirigente popular apunta a aprovechar de una manera constante y prolongada en el tiempo: Cataluña. Las concesiones del Gobierno de Pedro Sánchez a las peticiones de ERC para lograr la investidura de su compañero Salvador Illa han abierto la espita para que el jefe del Consell y líder del PPCV se lance a redoblar sus reivindicaciones tanto económicas como identitarias. Una maniobra en cierta manera lógica que, así lo piensan en la formación popular, puede proporcionar réditos políticos tanto en lo que se refiere a apuntalamiento de su votante como en la captación de centristas o incluso de hijos pródigos que marcharon a otras formaciones como Vox.
Una posición, la del presidente de la Generalitat, que además entronca a la perfección con su principal línea estratégica en este primer año de mandato: dirigir buena parte de su discurso a la ofensiva en el ámbito nacional contra el Gobierno central. Más allá de las críticas habituales al anterior Consell del Botànic conformado por PSPV, Compromís y Unides Podem, ese espacio de ataque se reduce ahora para ampliar el carácter reivindicativo en dirección a Madrid, combinándolo además con la comparación relacionada con Cataluña, un territorio que durante años se ha mirado con recelo e incluso malestar por parte de los votantes populares, especialmente por motivos identitarios.
"Exijo a las autoridades catalanas la retirada inmediata de este insulto supremacista. Los 'països catalans' ni existen ni existirán. Si no respetáis nuestro Estatut no respetaremos el vuestro. Será así de sencillo. En la Comunitat no nos arrodillamos". Así se pronunciaba este mismo fin de semana Mazón en la red social X a colación de una pancarta colgada en el barrio de Gràcia en Barcelona que se encontraba en fiestas.
El hecho de que el jefe del Consell salte a responder públicamente ante una manifestación tan concreta y local indica que la intención, que probablemente se haga más acentuada en redes sociales, del presidente es la de aprovechar cualquier oportunidad para que el votante o simpatizante del PPCV vea en Mazón a un firme opositor ante cualquier atisbo de simbiosis o acercamiento a las tesis de las fuerzas del 'procés'.
Pero las palabras del presidente no se dirigen sólo a cuestiones identitarias. El mismo concepto -"supremacismo"- ya fue utilizado por el líder popular días atrás para referirse a los acuerdos alcanzados en materia económica entre el PSOE y ERC con el objetivo de alumbrar la investidura de Illa.
Así, la llamada financiación singular prometida para Cataluña ha servido como interruptor para que Mazón reavive sus reivindicaciones respecto a la reforma de financiación autonómica -sistema caducado desde 2014- que viene exigiendo la Comunitat Valenciana desde años atrás dado que el reparto establecido perjudica notablemente los intereses del territorio. De hecho, así se pronunció el jefe del Consell ante el citado acuerdo entre PSOE y ERC:
"En primer lugar, lo que hace es perjudicar gravemente la sanidad de todos los españoles, especialmente los valencianos, con este apartheid fiscal, con este concierto fiscal y con este privilegio fiscal que quiere consagrar. Esto de consagrar como socio preferente a un supremacista de extrema izquierda como es Esquerra Republicana de Cataluña, que nos llama 'països catalans', es empezar de la peor manera posible", subrayó entonces Mazón.
De esta manera, y con la utilización del concepto "supremacista" en dos ocasiones en una semana, resulta evidente que el presidente de la Generalitat quiere tejer un perfil contundente en el debate público sobre Cataluña, algo que puede funcionar especialmente ante el contraste con el bloqueo de la reforma del sistema de financiación autonómica, una cuestión sobre la que PSOE y PP vienen culpándose mutuamente durante años pero que, ahora, con las concesiones a Cataluña, los socialistas -que son los que gobiernan en España- tienen más complicado justificar.
De hecho, en este punto Mazón también tiene a su favor que la jefa de la oposición, la secretaria general del PSPV-PSOE, Diana Morant, es además ministra en el Gobierno central, lo que le obliga a una defensa más denodada y sólida si cabe de las decisiones de Pedro Sánchez, lo que en ocasiones resulta complejo si entran en juego las comparaciones con Cataluña.