VALÈNCIA. El portavoz de Compromís en Les Corts, Fran Ferri, anunció este viernes que dejará "próximamente" su puesto de síndic y su acta de diputado para regresar a la empresa privada, concretamente a Adient (Johnson Controls) en su división del automóvil. Así, tras más de seis años como cara visible de la coalición en la cámara, el parlamentario decide abandonar la primera línea para retomar su carrera profesional, una decisión poco habitual en política.
Ferri, que entró en Les Corts en 2011 cuando era secretario general del Bloc Jove, se ha caracterizado por llevar a la cámara la defensa de los derechos LGTBi, además de por las constantes reivindicaciones para la Comunitat Valenciana como la reforma del sistema de financiación autonómica o la aceleración de las obras del Corredor Mediterráneo, entre otras.
Pero este adiós, además del simbolismo que rezuma por ser Ferri uno de los referentes de Més Compromís -antiguo Bloc- y de la propia coalición valencianista en general, también abre la puerta a otras posibilidades que incluso podrían afectar al Gobierno valenciano.
Mientras en las quinielas para su relevo en Les Corts se incluye a Papi Robles, Nathalie Torres o las portavoces adjuntas Mónica Álvaro o Aitana Mas (si bien la adscripción de esta última a Iniciativa dificultaría su designación al ser un puesto que corresponde a Més Compromís), también ha comenzado a sonar con fuerza la posibilidad de que algún conseller pudiera decidirse a cambiar de aires y convertirse en el nuevo portavoz de Compromís en Les Corts. Aunque algunos apuntan al titular de Economía, Rafa Climent, la opción que ha cogido más fuerza en las últimas horas es la del conseller de Educación, Vicent Marzà.
Una posibilidad que, desde el punto de vista estratégico, puede tener discusión. Ser portavoz de Les Corts dentro de un grupo que pertenece al Ejecutivo, no permite tanta visibilidad como ostentar, por ejemplo, la jefatura de la oposición, pero algunas fuentes de Compromís consideran que puede beneficiar a Marzà de cara una proyección electoral, teniendo cuenta que las elecciones autonómicas están a la vuelta de la esquina. Tampoco puede descartarse la compatibilización de ambos cargos: existen precedentes -así lo remarcaban fuentes de la coalición a este diario-, como en la época del PP cuando Rafa Blasco fue síndic y a la vez conseller de Solidaridad y Ciudadanía durante dos años.
En cualquier caso, si Marzà decidiera abandonar su actual cartera, empujaría al Gobierno valenciano a una crisis del Ejecutivo que podría resolverse con una simple incorporación en ese puesto -tal y como sucedió en Podem con la salida de Rubén Martínez Dalmau y la entrada de Héctor Illueca- o con más cambios aprovechando que se abre el melón en Compromís, cosa que no ha ocurrido en los seis años y medio del Botànic puesto que nunca se ha producido ningún relevo en la coalición valencianista.
De hecho, a lo largo de las últimas semanas diversos medios han apuntado al deseo del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, de abordar algunas modificaciones dentro del Gobierno valenciano, si bien el jefe del Consell no estaba dispuesto a acometerlas si Compromís no movía ficha en sus piezas del Ejecutivo, para evitar así que la reforma llegara únicamente del lado socialista.
Así pues, si se confirma el movimiento de Marzà -o incluso Climent- a la portavocía de Les Corts, Puig tendría las manos libres si quisiera aplicar alguna variación entre los actuales consellers del PSPV con la intención de apuntalar o dotar de un nuevo impulso al Ejecutivo en la recta final de la legislatura. Una posibilidad ante la que diversos altos cargos socialistas se mostraban escépticos un mes atrás, cuando fueron preguntados por este diario, pero que ahora ven con mayores posibilidades si Compromís se decide a mover ficha.