VALÈNCIA (EP). Los aliados de la OTAN han formalizado este jueves la designación del primer ministro en funciones de Países Bajos, Mark Rutte, como próximo secretario general aliado, en sustitución de Jens Stoltenberg que dejará el cargo en octubre después de una década al frente de la organización militar.
El Consejo Atlántico, que reúne a los embajadores de los aliados, ha hecho oficial la elección este jueves, ha informado la propia OTAN en un comunicado. La Alianza Atlántica funciona por consenso y, aunque no hay sistema de votación, todos los socios apoyaban la candidatura del dirigente neerlandés.
El propio Stoltenberg en un mensaje en redes sociales ha expresado su satisfacción con la elección de Rutte como su sucesor. "Es un auténtico transatlántico, un líder fuerte y un creador de consenso. Le deseo mucho éxito mientras seguimos fortaleciendo la OTAN", ha indicado sobre el mandatario neerlandés. "Sé que dejo la OTAN en buenas manos", ha resumido.
Rutte ha agradecido el "tremendo honor" confirmado este martes, señalando que "la Alianza es y será la piedra angular de la seguridad colectiva". "Liderar esta organización es una responsabilidad que no me tomo a la ligera", ha dicho, en un mensaje publicado en redes sociales y en el que también ha alabado el papel de su predecesor durante la última década.
Rutte sumirá sus funciones el 1 de octubre, cuando expira el mandato de Stoltenberg, si bien la cumbre de líderes aliados de dentro de unas semanas en Washington servirá de escenario para escenificar el recambio en el liderazgo de la OTAN, que celebrará su 75º aniversario exhibiendo unidad y apoyo a Ucrania frente a la invasión rusa.
De esta forma, pasará a ser el cuarto líder neerlandés en la historia de la OTAN, después de que Joseph Luns dirigiera el bloque militar durante toda la década de los 70 y hasta mediados de los 80, el que más tiempo ha ocupado el cargo. Anteriormente, Dirk Stikker, entre 1961 y 1963, y más recientemente, Jaap de Hoop Scheffer, de 2004 a 2009, son los otros políticos de Países Bajos que han encabezado la alianza militar.
El líder de Países Bajos logró la semana pasada el apoyo unánime de los aliados de la OTAN para suceder a Stoltenberg, una vez que el otro candidato en liza, el presidente rumano, Klaus Iohannis, se retiró de la carrera ante la falta de apoyos y confirmó su respaldo al dirigente neerlandés.
El paso de Rumanía llegó precedido de la decisión de Eslovaquia, que no se había pronunciado hasta ahora, y de Hungría, apoyaba a Iohannis pero dio un giro y confirmó el apoyo a Rutte tras conseguir por escrito su compromiso de que Budapest se quedará al margen de las iniciativas de asistencia militar y de adiestramiento a Ucrania.
En todo caso, Rutte partía como favorito ya desde finales de 2023, cuando oficializó su candidatura y fue respaldado poco después por Estados Unidos y los principales aliados europeos como Francia, Alemania o Italia, además de España.
Así las cosas, el proceso interno en la OTAN parecía encarrilado desde febrero, si bien quedaban por solventar las dudas de una decena de aliados del este de Europa, entre ellos Polonia y los Bálticos, que aspiraban a que el puesto recayera en algún dirigente de la región.
Por el camino, la OTAN se ha dejado varios de los elementos que parecía que marcarían la elección, ya que en un principio se propuso que el cargo fuera ocupado por una mujer por primera vez en su historia, y llegó a entrar en liza la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que tenía el beneplácito de Washington. Además sonaron los nombres de la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, y su homóloga danesa, Mette Frederiksen.
También se planteó que el próximo líder de la OTAN procediera del sur de Europa, contexto en el que se agitó el nombre del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, después de dos últimos secretarios generales escandinavos.
Finalmente, el apoyo de Estados Unidos, que en todo momento ha defendido el perfil fuerte de Rutte, veterano líder europeo en el poder desde 2010, ha resultado clave para garantizarse el cargo, si bien el dirigente neerlandés ha tenido que ganarse por el camino el apoyo de Turquía o Hungría.