Esta semana medio festiva ha sido el escenario de una serie de estocadas que no han dejado a nadie indiferente.
Por un lado, tenemos las estocadas que han continuado ahondando la herida en la provincia de Alicante por partida doble. Esta vez representadas en la ciudad de Elche y en la de Alicante con la no proclamación de albergar las sedes estatales de la Agencia Espacial Española y la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial, respectivamente. Aquí el responsable vuelve a ser el gobierno de Sánchez contra una provincia, contra una Comunitat, que aún trata de entender el porqué de ese maltrato continuado en el tiempo, más allá de que en este caso se competía con otras ciudades españolas que también optaban a lo mismo. Será interesante conocer exactamente los motivos y razones que han inclinado la balanza y realmente saber si en algún momento había posibilidades para ello. No nos vale que se quisiese meter el tema de Volkswagen en la ecuación o el razonamiento. Tampoco la afirmación de la ministra portavoz, Isabel Rodríguez de que “los dictámenes han sido aprobados por unanimidad, con absoluta transparencia”. Ni de nuevo los paños calientes del president Robin Puig con sus declaraciones: “la contribución espacial y a la IA de la Comunidad va más allá de la sede”. Se trata de una penúltima estocada a la provincia de Alicante, y por tanto a la Comunitat. Y si tuviésemos que enumerar todas las estocadas recibidas hasta la fecha, simplemente no quedarían agujeros libres en el cuerpo para resistir una más.
Siguiendo con las estocadas debo reconocer que las siguientes me duelen como si me las hubieran dado a mí. Y me gustaría entenderlas para que estas fuesen lo menos dolorosas posibles. Porque no sé muy bien si Edmundo Bal piensa que se la ha infringido a Arrimadas como si se tratase de una partida de esgrima con florete. Ya que el contraataque de Inés ha sido con sable. Lo más triste es que ambas hojas van directamente al corazón de Ciudadanos con un resultado final que muchos hemos ido alertando desde hace tiempo y del que no se ha querido tomar nota.
También conmemorando el 44º aniversario de la Constitución este 6 de diciembre los anuncios del presidente Sánchez sobre la ley del “solo sí es sí”, la reforma del delito de malversación y querer eliminar el delito de sedición, deberían ser suficientes para terminar de romper lo que nos queda de España como la hemos conocido. Quien no esté conforme con esta forma de gobernar sabe que tiene a la vuelta de la esquina unas elecciones autonómicas y municipales decisivas para mandar un recado en forma de penúltima estocada, a la espera de ese estoque final de las elecciones generales de 2023 o principios del 2024.
Y la gran e inesperada estocada es la que nos dio Marruecos, fagocitando a España en la tanda de penaltis y por consiguiente echándonos del mundial de Qatar sin paliativo alguno. Me quedo con las palabras de mi amigo Bachir cuando le felicité: "es fútbol, gracias".