CASTELLÓ. La colección del matrimonio formado por Carmen García Merchante y Jesús Martínez Guerricabeitia, centrada en la vertiente política de la pintura emergente de los años finales del franquismo y los de la Transición, fue dada por los coleccionistas a la Universitat de València, en un gesto de mecenazgo. Ahora, la selección de la misma recalará en la Sala San Miguel de la Fundación Caja Castellón, en una exposición comisariada por el crítico de arte y director de museos Juan Manuel Bonet, que se inaugurará el 29 de septiembre. La muestra se centra así en la década de los setenta, en los que se sucedieron el asesinato de Carrero Blanco, la muerte del dictador, el retorno de los exiliados, y las primeras elecciones libres.
Buena parte de los artistas incluidos en la muestra son valencianos. Juan Genovés, ya activo en los cincuenta, encontró su estilo propio a mediados de la década siguiente. En los setenta fue especialmente activo en la lucha contra el régimen y a favor de la democracia, de la que su cuadro El abrazo, hoy en el Reina Sofía, constituye un gran símbolo, el de la política de reconciliación nacional preconizada entonces por el PCE, en cuyas filas militaba, como la mayoría de los artistas que practicaron el realismo social, así como algunos de los abstractos. Su obra Sis joves, alusiva a los últimos fusilados por el franquismo, probablemente sea la más emblemática de todas las aquí incluidas.
Los equipos Crónica y Realidad, formados a mediados de los setenta, también juegan entonces un papel muy importante. De ambos se enseñan obras mayores, como son el Torrijos o el Aquelarre goyesco del primero, y la pieza del segundo, perteneciente a su fundamental ciclo sobre la Guerra Civil.
Pocos retornos de un exiliado tan significativos como el de Josep Renau, figura clave del cartelismo valenciano, impulsor durante los años republicanos de la revista Nueva Cultura, vinculada al PCE, del cual fue un importante dirigente, y como director general de Bellas Artes responsable del pabellón español en la Exposición de París de 1937, y de los encargos que trajo consigo, incluido el del Guernica de Picasso. En ese sentido, parecía lógico seleccionar para la muestra algunas de sus obras seventies, realizadas entre Berlín-Este, y Valencia. Otro exiliado cuyo retorno cobró un alto sentido simbólico, fue su correligionario el poeta y pintor Rafael Alberti, también incluido aquí.
Completan la nómina valenciana obras de Anzo; del muy personal expresionista que fue Martín Caballero; de Rafael Calduch; del alcoyano Antoni Miró; de un Monjalés que pasaría largos años exiliado en Colombia; de José Vento, miembro como Genovés del Grupo Hondo; del trío integrado por Manuel Boix, Artur Heras y Rafael Armengol; y de algunos de los miembros del Grup d’Elx: Albert Agulló, Joan Castejón, Antoni Coll, y Sixto Marco.
De fuera de la escena valenciana, comparecen Eduardo Arroyo, que desarrolló buena parte de su obra, de fuerte contenido político, en París; Juan Barjola, importante representante de una nueva figuración que revisita el mundo de la tauromaquia, pero que también incide en lo político; el Rafael Canogar de después de su etapa en El Paso, que en la década que nos ocupa practica él también la Crónica de la Realidad; José Duarte, exmiembro del Equipo 57, y entonces activo en el seno de Estampa Popular; Agustín Ibarrola, otro antiguo del mismo grupo, que había pasado unos años en la cárcel de Burgos, y cuyo arte potente se inspira en la realidad de su País Vasco natal; los expresionistas José P. Jardiel y Gastón Orellana, también miembros del grupo Hondo; el catalán y singularísimo Carles Mensa; José Niebla, melillense integrado a la escena catalana; el manchego José G. Ortega, fundador de Estampa Popular, y que desarrolló gran parte de su obra en Italia; el conquense Julián Pacheco, el más radical de todos los artistas de su generación, también italiano de adopción; Fernando Somoza, el más sombrío y España negra de todos los convocados; y José Luis Verdes, una de cuyas dos obras es un retrato de Franco. Cierra esta zona de la muestra una obra temprana, y de clave política, de Alfonso Albacete, que más tarde sería uno de los protagonistas de la explosión pictoricista de los ochenta.
Junto a la pintura, nos encontramos aquí con un importante conjunto de obra gráfico, tanto aguafuertes o litografías, como serigrafías, una técnica especialmente presente en la escena valenciana gracias a la existencia de un taller de tanta excelencia como Ibero-Suiza. Buena parte de los grabados pertenecen a carpetas editadas por partidos como el PCE, el PSP o el PSOE, para recaudar fondos. En otros casos, estamos hablando de piezas sueltas. A algunos de los nombres ya citados se suman así el ceramista Arcadio Blasco, Eugenio Chicano, el diseñador gráfico Alberto Corazón, Francisco Cuadrado (miembro de Estampa Popular de Sevilla), Amadeo Gabino, Josep Guinovart, Joan Hernández Pijuán, Custodio Marco, Joaquín Michavila, Manuel H. Mompó, Lucio Muñoz, Albert Ràfols Casamada, Eduardo Sanz, Antonio Saura, Eusebio Sempere, Salvador Soria, Antoni Tàpies, Jordi Teixidor, Eduardo Úrculo, Salvador Victoria, Joan Pere Viladecans, Isabel Villar o José María Yturralde.
Cerrando el recorrido, comparecen cuadros de los pop políticos italianos Paolo Baratella, Sergio Sarri, y Giangacomo Spadari; del islandés Errò, una de las grandes figuras de la figuración crítica francesa, y pintor todavía hoy en activo; y del alemán Wolf Vostell, miembro de Fluxus, y con un fuerte vínculo familiar con Extremadura. Y obra gráfica internacional, en parte procedente de unas carpetas editadas por la revista Opus International de París. La nómina de este apartado es brillante: los italianos Valerio Adami, Lucio del Pezzo, Aldo Mondino y Antonio Recalcati; los franceses Gilles Aillaud, Gérard Fromanger, Joël Kermarrec, Jacques Monory y Bernard Rancilac; el suizo Peter Stämpfli, hoy con museo en Sitges; el argentino Ricardo Carpani; y dos pesos pesados de la escena norteamericana, Richard Lindner y Roy Lichtenstein.
La exposición, resultado de la colaboración de la Fundación Caja Castellón y la Universitat de València, a través de la Fundación General UV y la Colección Martínez Guerricabeitia, permanecerá abierta al público hasta el 2 de diciembre, en horario de lunes a viernes, de 17.30 a 20.30 horas y sábados, de 11.30 a 13.30 y de 17.30 a 20.30 horas.