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PROYECTO DEL cSIC

Las mascarillas con 'sello UJI' que matan el virus inician su comercialización en septiembre

La comercialización de las mascarillas con filtros viricidas impulsadas por el CSIC se activará en las próximas semanas, y antes de final de año llegarán las biodegradables, "únicas en el mundo".

30/08/2020 - 

CASTELLÓ. El primer filtro basado en nanofibras con tecnología española (Proveil), fruto del trabajo de un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), es la principal novedad de la partida de medio millón de mascarillas sanitarias antimicrobianas que acaban de salir al mercado nacional y se pueden comprar ya por Internet. Desarrollado por el equipo dirigido por José María Lagarón, del Instituto de Agroquímica y Técnica Alimentaria (IATA-CSIC), y la empresa de base tecnológica del CSIC Bioinicia, este filtro -que pronto estará en farmacias y supermercados- se aplica a mascarillas sanitarias FFP1, FFP2 y FFP3 y quirúrgicas. En las próximas semanas, estas mascarillas también se comercializarán en Alemania y Latinoamérica. Los investigadores aseguran que estas mascarillas tienen mayor tiempo de usabilidad. Pero este avance es sólo el primero de tres pasos, y en los dos siguientes participa la Universitat Jaume I. La segunda generación de estas mascarillas, que según Lagarón se podrá comprar “en las próximas semanas, durante el mes de septiembre”, incorporará un agente ‘viricida’ en los filtros, capaz de matar al virus por contacto. Y la tercera generación consistirá en una mascarilla totalmente biodegradable, que estará lista para la comercialización hacia final de año o incluso antes, en octubre, si se cumple la previsión más optimista de Lagarón. 

Para certificar las mascarillas viricidas y biodegradables ha sido clave el Grupo de Polímeros y Materiales Avanzados de la UJI, especializado en el estudio de la biodegradación de materiales plásticos y encargado de realizar los análisis preceptivos, como informó Castellón Plaza el pasado mes de mayo. Según explica el investigador Lluís Cabedo, el trabajo de la UJI contribuye a la creación de esta mascarilla biodegradable de tercera generación, que “será única en el mundo” y permitirá que el uso masivo por parte de la población no se convierta en un problema medioambiental por la eliminación de sus residuos.

Los resultados de los análisis que realiza la UJI para medir la biodegradación de las futuras mascarillas de tercera generación "están siendo buenos"

En el proyecto ha sido fundamental el papel de Bioinicia SL, spin off del CSIC asentada en Valencia, encargada de la producción inicial de los filtros, y en el mismo también participa el instituto de investigación textil Aitex. Aprobado por la plataforma Salud Global del CSIC, el proyecto fue uno de los 41 que recibió respaldo económico de la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital de la Generalitat Valenciana. El resultado final mejora la calidad profiláctica de las mascarillas, para que protejan contra el virus tanto impidiendo la entrada del virus, como acabando con él a través del agente viricida (‘matador de virus’). Según explica Lagarón, los filtros convencionales “tienen una porosidad grande, comparada con la que ofrecen las nanofibras, que son 10.000 veces más pequeñas que el grosor de un cabello” y el filtro ideado en el proyecto se ha diseñado específicamente para parar a un microorganismo tan pequeño como el de la Covid-19.

La menor porosidad, unida a la disposición de materias primas para su elaboración y biodegradabilidad son las ventajas claves del proyecto. Según Lagarón, para la fabricación “nos hemos aliado con 4 empresas fabricantes de mascarillas, hemos hecho el codesarrollo de la mascarilla final en conjunto, la hemos certificado y lo que se ha puesto a la venta son tanto mascarillas quirúrgicas antimicrobianas como varios modelos de FFP2, que protegen frente a la Covid-19 siguiendo la norma europea, y a partir de septiembre se comercializarán las FFP2 con propiedades viricidas”. El responsable del proyecto subraya que actualmente cuentan con un estoc de 6 millones de filtros ya fabricados: “como se retrasaba el acceso de la mascarilla, decidimos avanzar todo el desarrollo con fabricantes finales: hemos forzado así que se cumpliera el calendario porque teníamos muchas peticiones”. El precio de las mascarillas es inferior a 2€/unidad en el caso de las FFP2 y en las quirúrgicas, de 0,30€.

Por su parte, Cabedo explica que actualmente el equipo de la UJI trabaja en el proceso de medición de la biodegradación, que lógicamente se prolonga durante unos meses: “los resultados están siendo buenos en diferentes medios y entornos”. El objetivo final es que el producto una vez usado pueda introducirse en el contenedor de materia orgánica, y para ello “se trata de conseguir que se pueda degradar tanto en el vertedero como en el medio marino, si llega a él”. 

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