ESTUDIOS MÉDICOS

Las urgencias por bronquiolitis en menores de dos años aumentan en un 60% durante el invierno

5/12/2018 - 

CASTELLÓN. Llega el frío y con el invierno aumentan los casos de bronquiolitis principalmente en menores de dos años. Muchos padres dudan en cuando llevar a su hijo al servicio de urgencias en el caso de una bronquiolitis, una infección normalmente vírica ocasionada en la mayoría de los casos por el Virus Respiratorio Sincitial (VRS) que afecta a las pequeñas vías respiratorias (bronquiolos) que están en los pulmones.

Según el doctor Javier Miranda, responsable del Área Pediátrica de los Hospitales Vithas Nisa Virgen del Consuelo y 9 de octubre y del Hospital Vithas Nisa Rey Don Jaime de Castellón, “en adultos y niños mayores la infección por el VRS produce por lo general sólo un resfriado. La mayor parte de los niños tienen un cuadro leve, que se cura con tratamiento en casa. Sin embargo, en los lactantes y niños pequeños, los síntomas suelen ser más severos porque sus vías respiratorias son más pequeñas y su obstrucción es más fácil. En estos casos es donde hay que tener más precaución”, según han señalado fuentes del grupo sanitario Vithas a través de un comunicado. Este grupo empresarial agrupa a 19 hospitales y 28 centros médicos en España.

Tal como explica el doctor Miranda, “la bronquiolitis suele comenzar como un resfriado, con moco, tos leve y, a veces, fiebre. Después de uno o dos días, la tos empeora y el niño tiene una respiración más agitada ya que los bronquiolos se inflaman y producen moco, dificultando el paso de aire a los pulmones y la respiración del niño”.

“Estaría indicado acudir a Urgencias, -comenta el doctor Miranda-, en el caso de que el niño tuviese dificultad para respirar o respiración agitada. Otro síntoma sería que el niño además estuviese somnoliento, más pálido o mostrase signos de deshidratación”.

La edad es un factor importante ya que los lactantes menores de 3 meses y los que nacieron prematuros tienen más riesgo de tener una bronquiolitis grave o de precisar tratamiento en hospital. “Los bebés con enfermedad cardiopulmonar, como la fibrosis quística o la displasia broncopulmonar, o los que tienen déficits inmunológicos también es un grupo de riesgo”, agrega el doctor Miranda.

Medidas preventivas

Las medidas de prevención por parte de los padres/cuidadores son fundamentales, ya que la bronquiolitis se propaga fácilmente a través de la mucosidad o la saliva de una persona infectada. “Por eso es clave, -afirma el doctor Miranda- que las personas que cuiden al bebé se laven las manos con frecuencia, eviten al niño a cualquier exposición al humo del tabaco y por supuesto evitar el contacto con niños infectados en época epidémica, sobre todo si el niño nació prematuro y evitar a menos que no sea de absoluta necesidad, las salas de espera de los centros sanitarios”.

En el caso de fiebre es aconsejable dar un antitérmico como paracetamol y utilizar paños mojados en la frente o la parte posterior del cuello, o baños de agua templada para bajarla. Para mantener una buena hidratación, es conveniente ofrecer al niño agua o leche de forma regular y en pequeñas tomas. “No hay que obligar al niño a comer como lo haría habitualmente, ya que el niño puede estar muy cansado y es mejor ofrecerle alimentos blandos en poca cantidad”, puntualiza Miranda.

“Por otra parte, es mejor hacer lavados nasales con suero fisiológico y aspirar las secreciones que darle jarabes para la tos o mucolíticos. Hay que tener paciencia con esta enfermedad ya que puede durar hasta 10 días, e incluso varias semanas hasta la resolución completa de todos los síntomas. Pero al tercer día si existe un empeoramiento del niño, es clave reconocer los signos y síntomas de dificultad respiratoria para llevarlo inmediatamente al médico”, concluye el doctor Miranda.

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