La artista desarrolla Allca Rugs, el lienzo en blanco a partir del cual combina su creación con la funcionalidad de un objeto hecho mínima expresión del hogar
VALÈNCIA. Haizea Nájera se convirtió en artista sobre alfombras en una mañana. Aquella en la que, al despertarse, se levantó sabiendo que quería hacer alfombras. Un pálpito, quizá. Una escapatoria, tal vez. Aunque no tenía relación directa con ellas -no había trabajado en su diseño ni en su producción- comenzó a asociar ideas y “poco a poco se fue desenmarañando la madeja”.
Esa mañana era también la respuesta a un bloqueo. Llevaba tiempo trabajando en empresas de moda. A pesar de la estabilidad, comenzó a experimentar “sentimientos encontrados”. Si bien “había podido aprender y desarrollarme, se acababa mi tolerancia hacia los procesos y la finalidad de un sistema profundamente basado en el consumo por el consumo”.
El despertador tocó a rebato. Nacía, en estado germinal, Allca Rugs, que es la marca con la que Nájera tejió su propósito. Aunque, por los orígenes cruzados de su familia, toma su “concepto de identidad geográfica” como “algo vago”, localiza en València lo más parecido a “una casa y una referencia estable”. “Tras unos años trabajando fuera, he podido reconectar con la vida de aquí”, comenta. “Ha influido profundamente en mi sesgo creativo”.
La alfombra, las alfombras, tendidas ante sí, se convirtieron en el lienzo en blanco necesario en el que dar rienda suelta a su pensamiento. Una declaración pasional: “Es capaz de transformar espacios; es un objeto ancestral de gran importancia en la vida nómada (tanto la de los primeros asentamientos como la de ahora). Es la mínima expresión del hogar, un textil sobre el que reunirte, comer, descansar, meditar…”. Es la alfombra como una extensión superreducida de la vida en movimiento, incluso cuando se queda quieta.
Sus siete años como ilustradora textil para marcas de moda le había dejado por legado la destreza técnica suficiente como para aprovechar las posibilidades del nuevo formato. También había reforzado todo lo que no quería hacer. En ese ‘todo lo que no’ se presumía el convencimiento de no buscar el escalado a toda costa. Produciría pocas cantidades, lo haría bajo demanda.
Cada una está tejida a mano artesanalmente en poliéster reciclado. Ha reemplazado el proceso de tintado de la hilatura por la impresión digital: “evita el exceso de uso y la toxificación de agua derivado del tintado tradicional, que además amplía hasta el infinito las posibilidades gráficas”.
Mientras que el taller y almacenaje están en la región india de Panipat (“conservan y protegen un saber hacer milenario”, explica), el desarrollo creativo de Nájera lleva el ritmo de sus propios desplazamientos. Sus colecciones se conectan a partir del poder transformador de la alfombra sobre el espacio, “el producto como un médium creativo” que le permita ir más allá de los límites del estilo. “Me influye -sigue- mi relación con la naturaleza; las alfombras son como paisajes simbólicos”. El método de producción, al elegir la impresión digital, le permite contar con el doble juego de esos paisajes. “Están impresas a doble cara: una puede ser intensa, vibrante, expansiva, y su envés más neutro, sosegado e integrable”.
Hace unos días sus alfombras la llevaron hasta Atenas para participar en un encuentro con la Fundación Onassis a propósito de la idea de centro-periferia a partir de las historias de diferentes creativos. “Viendo la puesta de sol desde una especie de bosque que rodea la acrópolis, me preguntaba: ¿qué hago yo aquí?”.
La respuesta volvía a estar en aquella mañana, el primer amanecer de Allca hace cerca de dos años. Cuando alguien le pregunta a que se dedica, responde esto: “Hago alfombras a través de un proceso consciente, es decir tratando de dar sentido y honestidad a cada parte, desde el diseño hasta la distribución. Supone un gran reto: desempeño la parte creativa pero también estoy aprendiendo a desenvolverme como gestora, comunicadora, vendedora, y demás facetas que difícilmente imaginaba en el momento inicial. Es enriquecedor ver cómo a través de un producto se dan tantas conexiones”.