VALÈNCIA (EFE). Las empresas valencianas deberán temander en el medio y largo plazo a la “desglobalización” y regionalización de las importaciones aunque actualmente se hallan ante la oportunidad de reinventarse como proveedoras de otras compañías en el ámbito comunitario o del Mediterráneo para responder a la crisis de las cadenas de suministro como resultado del escenario geopolítico internacional.
Así lo indica el informe ‘Las cadenas de suministro y su dependencia del exterior para las empresas de la Comunitat Valenciana’, elaborado por CaixaBank y Cámara València, que se refiere a las cadenas de valor como “el gran quebradero de cabeza” para las compañías en la situación actual.
El presidente de Cámara València, José Vicente Morata, el director territorial de CaixaBank en la Comunitat Valenciana, Xicu Costa, y la representante de la Unidad de Inteligencia y Análisis de Cámara València, Gracia Cicuéndez, han presentado este martes el documento en la sede de la entidad bancaria en València.
“Hablamos de una tendencia muy clara: que gran parte de las importaciones se incluye luego en la cadena de valor de las exportaciones”, ha considerado Morata, que ha añadido que, ante la dependencia del exterior, “es importante saber a qué países hay que ir a vender, pero también saber dónde se puede comprar, quiénes son los mejores proveedores y oportunidades en los diferentes países”.
Para el director territorial e CaixaBank en la Comunitat, Xicu Costa, el informe "habla de temas que hace años ni nos imaginábamos, como la desglobalización o la gran dependencia de China", un país que "ya era el exportador por excelencia con un 7 % de exportaciones del total global, pero ahora ha crecido hasta el 14 %", con lo que se ha convertido en el "líder indiscutible".
Según la representante de la Unidad de Inteligencia y Análisis de Cámara València, Gracia Cicuéndez, se ha demostrado que "tras el confinamiento por el Covid-19 y la crisis por la pandemia, el comercio exterior fue el verdadero tractor de la recuperación".
La investigadora ha descrito el escenario económico internacional como uno en el que existe "un fuerte desequilibrio entre oferta y demanda, una congestión de las cadenas de suministro y el coste de los fletes marítimos se quintuplica, a lo que se suma un fuerte crecimiento de los precios de las materias primas".
"A partir de marzo de 2022 se ha producido cierto ajuste en los niveles de congestión de las cadenas y los fletes marítimos, pero no hemos vuelto a la normalidad", ha defendido Cicuéndez, y ha señalado que, como consecuencia, la mitad de las empresas europeas se ha visto afectada en 2022 por la escasez de suministros".
Aunque en España, según los últimos datos disponibles, el 30 % del valor añadido de los productos exportados procede del exterior, hay sectores, como el plástico, con más afección que los demás, en este caso por la importación de polímeros y resinas de fuera de la Unión Europea, con países de procedencia como Turquía, Corea del Sur y Egipto.
Así le ocurre también a la madera, que experimentó incluso "roturas de las cadenas de suministros", como ha explicado Cicuéndez, que ha afirmado que las importaciones de Estados Unidos se han reducido, pero han aumentado las de Brasil y China.
En relación al sector energético, el informe alerta de que "el 80 % de las placas solares se fabrican en China", lo cual, según la experta, implica que la transición energética debe acometerse sin perder de vista la necesidad de reducir la dependencia del exterior. Se ha referido también al subsector de las baterías de ion de litio, un ámbito en el que China controla el 80 % del refinamiento de materias primas y el 60 % de la fabricación de componentes.
Otros sectores son mucho menos dependientes del exterior, como la industria textil, si bien, de las importaciones del sector, gran parte procede de China, aunque "hay países que se han ido posicionando poco a poco como Turquía o los países del este de Europa".
Tampoco es de los más dependientes del exterior el sector cerámico, que sin embargo sí importa materias primas como caolín, zirconio, feldespato, óxido de zinc o de cobalto de mercados no europeos y, en su mayoría por vía marítima, por lo que, por ejemplo, la pandemia y los cierres de fronteras le afectaron gravemente.
Para 2023, Cicuéndez ha pronosticado "menor crecimiento y mayor incertidumbre": "Menor crecimiento porque así lo indican las previsiones mundiales sobre todo por el coste de la energía, y mayor incertidumbre por la guerra entre Rusia y Ucrania, por la inflación o el impacto de la geopolítica, con medidas como las políticas covid cero de China, que comportan consecuencias para la producción".
Además, ha predicho que la política de autonomía estratégica de la Unión Europea "potenciará la producción de los sectores más estratégicos, pero manteniendo la apertura comercial a través de tratados".