VALÈNCIA. Mucho se ha escrito estos días sobre el posible regreso de Mónica Oltra a la primera línea política después del archivo de la causa sobre la gestión de la exvicepresidenta y el personal de su departamento en el caso de los abusos de su exmarido a una menor tutelada. Hasta el momento, el silencio de la referente de Compromís y de su entorno respecto a esta opción ha presidido la agenda informativa.
No parece que Oltra vaya a escuchar los cantos de sirena que llegan, casi al unísono, desde Sumar y Compromís, en forma de un puesto destacado en la candidatura conjunta a las elecciones europeas. Tampoco se antoja que alguna otra posible propuesta, por ejemplo la de recibir los galones para actuar como referente de la oposición, vaya a tener mejor fortuna.
De hecho, si se hace un análisis con perspectiva, tal vez estos descartes serían la mejor decisión tanto para Compromís como para la propia Oltra. Aunque desde la coalición valencianista se ha unificado el mensaje de que la carismática dirigente tiene las puertas abiertas para ser "lo que ella quiera" en esta formación política, quizá no resulta en absoluto necesario "ser algo" en Compromís para desplegar un papel relevante que contribuya a desalojar la alianza de PP y Vox de las instituciones en 2027.
Oltra, con un grado de conocimiento muy amplio en la ciudadanía, se ha dejado ver muy poco desde su dimisión en junio de 2022. Más allá de aquella entrevista en Salvados, escasas han sido sus apariciones públicas: ha regresado a la abogacía y fundado su propio despacho centrado en la mediación. Así pues, en este punto, ¿que se puede esperar políticamente de Mónica Oltra?
Probablemente, los rivales más difíciles de enfrentar son los que no están, pero aparecen. El archivo de esta causa se ha producido cuando todavía no se ha alcanzado el primer año de legislatura, lo que significa que quedan, a priori, más de tres por delante. Es por ello que resulta difícil imaginar un regreso inmediato a la primera línea de la exvicepresidenta: ¿para qué? ¿para volver a las peleas diarias con PP y Vox? ¿para volver a convertir su figura en algo terrenal y fungible?
Si Oltra tiene la intención de regresar algún día a la primera línea política no tiene por qué escoger ese camino ahora. Ha comenzado a rehacer su carrera laboral y, probablemente, tenga otras prioridades vitales fuera de las discusión constante y mediática con el actual gobierno conservador. Ahora bien, una cosa que distingue a la referente de Compromís es que, a diferencia de la gran mayoría de políticos valencianos, posee la capacidad de hablar y ser escuchada. Es obvio que, a día de hoy, cualquier medio incluso nacional estaría interesado en entrevistarla. Es más, es probable que a lo largo de los próximos tres años, si se mantiene al margen de la primera línea, siga ostentando esa capacidad de que su opinión sea tenida en cuenta y amplificada.
O lo que es lo mismo. ¿Es mejor regresar a la primera línea política o simplemente aparecer cuando lo desee? ¿Cómo se contrarresta desde un gobierno a una referente simbólica que ya dimitió por unas acusaciones que quedaron en nada? Son incógnitas difíciles de responder, pero que invitan a la reflexión respecto al escenario que se ha abierto y que van más allá de la simplificación sobre "qué puesto va a ocupar Oltra".
Así pues, no sería de extrañar que la dirigente exonerada, precisamente, no tenga ninguna prisa por decidir qué va a hacer ahora o a medio plazo. Es probable que ni siquiera lo tenga planeado o que ni desee pensar en ello. Y esto la convierte en un activo político durmiente que el PP y Vox no pueden controlar.
De esta manera, podría ocurrir que Oltra, fuera ocupando espacios mediáticos y públicos de forma aleatoria e intermitente en los próximos tres años y, según la recepción obtenida y su ánimo personal, se decidiera a dar un paso al frente para encabezar una candidatura. Todos piensan en la Generalitat pero, en su día, sonó con fuerza y quizá ahora tendría más sentido, el Ayuntamiento de València. Si las cosas no cambian en los próximos años, sería difícil que alguien en Compromís se negara a dejar paso a Oltra como cabeza de lista; más aún si la decisión se tomara vía primarias y, especialmente, teniendo en cuenta que hasta el momento no han florecido nuevos liderazgos de garantías en la coalición.
Ahora bien, todo son meras elucubraciones. A día de hoy, la realidad es que la otrora vicepresidenta ha mantenido su silencio tras el archivo de la causa y sigue centrada en su actividad privada. Pero también es de todos conocido que la política forma parte, desde siempre, del 'way of life' de Oltra. Sólo habrá que esperar para entender de qué manera quiere desarrollarlo en esta nueva etapa, si con un regreso a tiempo completo o, simplemente, con un goteo frío que le recuerde a sus rivales políticos que sigue ahí, al acecho, y sembrando la incertidumbre sobre si su figura se convertirá en una competencia real en carne y hueso cuando llegue el momento.