La aceleración de la subida de los precios en la región del euro refleja el alza del 1,2% del coste de la energía, tras subir el 0,2% interanual en junio, mientras que los alimentos frescos subieron un 1% anual, tres décimas menos que el mes anterior.
Asimismo, los bienes energéticos no industriales se encarecieron un 0,7% en julio, en línea con la subida de junio, mientras que los servicios subieron un 4% anual, una décima menos del incremento que se había observado en junio.
Al descontar el impacto de la energía sobre los precios, la tasa de inflación se modera en julio al 2,7% desde el 2,8% del mes anterior, mientras que al excluir también el coste de los alimentos, así como del tabaco y del alcohol, la tasa subyacente se mantuvo en el 2,9% por tercer mes consecutivo.
Entre los Veintisiete, en comparación con junio de 2024, la inflación anual cayó en nueve Estados miembros, se mantuvo estable en cuatro y aumentó en catorce.
Las tasas anuales de inflación más bajas se registraron en Finlandia (0,5%), Letonia (0,8%) y Dinamarca (1%), mientras que las tasas anuales más altas se registraron en Rumanía (5,8%), Bélgica (5,4%) y Hungría (4,1%).
En el caso de España, los precios subieron un 2,9% anual en julio, siete décimas menos que en junio, estrechando así el diferencial de precios desfavorable respecto de la eurozona a tres décimas.