CASTELLÓ. El Consejo de Gobierno de la Universitat Jaume I ha aprobado la liquidación del presupuesto de 2022, uno de los documentos que integrará las cuentas anuales de la Universitat que se aprobarán por el Consejo Social, y que por primera vez desde 1991 cierra con déficit. Los ingresos no afectados ascendieron a 99,9 millones de euros (15,53 procedentes de tasas y otros ingresos y 83,91 procedentes de transferencias corrientes de la Generalitat Valenciana) mientras que los gastos no afectados -los que atienden el funcionamiento ordinario de la Universidad- ascendieron a 115,12 millones de euros. Esta diferencia supone un déficit cercano a los 15 millones de euros en la liquidación del presupuesto de la UJI del ejercicio de 2022.
La mitad de este déficit (concretamente 7,4 millones de euros) se justifica porque una parte de la anualidad de deuda histórica correspondiente a 2022 se adelantó al ejercicio de 2021. En consecuencia, en 2021 se generó un superávit por ese mismo importe. Conviene tener en cuenta que la UJI utiliza íntegramente la anualidad de deuda histórica para atender gastos estructurales, esenciales para garantizar el funcionamiento de la Universitat, por lo que no existía posibilidad de reprogramar su realización.
Además, la UJI ha acometido inversiones para consolidar el campus a lo largo de 2022 (especialmente la Facultad de Ciencias de la Salud, el nuevo edificio de investigación y trabajos de rehabilitación energética de edificios). Estas obras se han financiado, parcialmente, con ingresos afectados procedentes fundamentalmente de la Generalitat Valenciana, pero también, en una cantidad superior a 4 millones de euros, con remanentes de tesorería no afectados que no constituyen ingreso del ejercicio y generan déficit en la liquidación.
Sin embargo, 3,2 millones de euros del déficit se corresponden con un aumento de los gastos de funcionamiento que no está cubierta en 2022 con los ingresos que proceden de tasas y de la transferencia autonómica. En concreto, se debe al aumento del coste de la energía y del coste de las retribuciones de empleados públicos. Las retribuciones de empleados públicos crecieron un 3,5% en 2022 y la Generalitat Valenciana únicamente ha compensado la subida de una parte (el 1,5%) mediante una transferencia adicional a la inicialmente prevista.
Este aumento de los gastos correspondientes a energía, suministros, contratas y personal se ha consolidado y aumentado en el ejercicio 2023, y la Universitat Jaume I, como el resto de universidades públicas valencianas, no conocen en el momento de liquidar los presupuestos de 2022, la cantidad definitiva de ingresos procedentes de transferencias de la GVA con las que contarán en el ejercicio. La universidad castellonense asegura que "es urgente que se asigne el presupuesto de 2023 y que los criterios que se apliquen para asignar los recursos en el futuro corrijan esta infrafinanciación dado que, en caso contrario, la UJI se encontrará en una situación financiera de extraordinaria complejidad".
Si se suman también los afectados -aquellos que cuentan con una financiación específica para la realización de proyectos concretos-, los ingresos totales en el ejercicio de 2022 ascendieron a 136,45 M de euros. La liquidación del presupuesto de gastos, considerando el total, es decir, incluyendo también los afectados, ascendió a 143,33 M de euros. La diferencia entre el presupuesto de ingresos y gastos afectados y los que no lo están se debe a los recursos captados en convocatorias competitivas de investigación, en contratos de investigación y en subvenciones para financiar inversiones concretas.