La unidad de discurso en el Consell: el reto del PP para amortiguar el relato de Vox  

24/06/2023 - 

VALÈNCIA. La manera en la que se ha desarrollado el pacto del PP con Vox para el Consell aventura una legislatura en la que, además de la gestión que ambos partidos realicen en el Ejecutivo autonómico, resultará de importancia el control del discurso público. Algo que, probablemente, sea lo que más preocupa a los populares, con Carlos Mazón al frente, en este momento. 

El acuerdo relámpago tuvo, como no podía ser de otra manera, el componente privado y el público. Las negociaciones se llevaron con discreción y uno de los resultados fue que el candidato de Vox a la Generalitat, Carlos Flores, no ocupara ningún cargo en el Consell ni en Les Corts después de que el PP lo pusiera como línea roja tras su condena por violencia psíquica –ahora considerada de género– contra su exmujer en 2002. Una cesión que hizo su propio partido –y que causó cierto malestar a la interna– colocándolo como cabeza de lista por Valencia al Congreso para las elecciones del 23 de julio. 

Flores apareció en la foto de las negociaciones con los populares el día del pacto. Y tras su 'sacrificio', se le concedió que fuera quien diera publicidad a la entente. Mazón evitó un apretón de manos y una imagen conjunta con sus nuevos socios, pero fueron ellos los que pilotaron el anuncio. Un hecho que extrañó dentro del partido. El líder del PPCV compareció en solitario horas más tarde.  

Después del regalo de la comunicación del acuerdo, la del reparto del Consell y del programa de Gobierno se realizó a través de un comunicado conjunto de los dos partidos. En la práctica, aquí el PPCV dominó el fondo, pues se aseguró manejar las consellerias de mayor peso en la gestión –las sociales y las económicas– y el 93% del presupuesto global de la Generalitat. Pero no la escena. Al tampoco haber comparecencia publica, el foco volvió de nuevo a Vox debido a la polémica por la inclusión de la lucha contra la violencia intrafamiliar en lugar de la violencia de género. Un concepto que suponía que los populares asumieran el discurso de Vox en este asunto. A ello se unieron las declaraciones del diputado y número dos de Vox en la provincia de Valencia, José María Llanos, quien señaló que "la violencia de género no existe y la violencia machista no existe". 

Vicente Barrera, Carlos Flores e Ignacio Gil Lázaro. Foto: Rober Solsona/EP   

Con el PPCV tratando de argumentar la importancia de la gestión y no tanto el contenido del pacto programático y con Vox manteniendo sus postulados más extremos en asuntos como la violencia machista, la pregunta a partir de ahora es cómo será la convivencia en el Consell entre ambas formaciones. Y si, por ende, es posible que mantengan una unidad en el discurso dentro del Ejecutivo. 

Fuentes populares confían en que así sea y que las salidas de tono de sus nuevos socios no sean la tónica habitual. De hecho, y aunque nadie lo confirma explícitamente, es posible que este asunto ya se haya abordado en las negociaciones entre ambos partidos. Pero el objetivo del PPCV de controlar a Vox no resulta tan sencillo cuando estos últimos quieren mantener la voz propia y decidir y hacer patente su posición en toda la gestión del Ejecutivo. La experiencia en gobiernos compartidos como los de la izquierda en la Comunitat han evidenciado las diferencias y han tensado la cuerda al máximo en algunas ocasiones por las divergencias de criterio, especialmente entre el PSPV y Compromís. Nunca, está claro, llegaron a la ruptura, aunque la convivencia ha tenido altibajos. 

El PPCV y Vox no quieren llegar a ese punto de disputa pública –así lo han cumplido en las negociaciones del acuerdo–, aunque la unidad plena en el discurso no parece desde luego fácil de cumplir a lo largo de los años. Los populares sí se han asegurado ostentar la portavocía del Consell, un cargo de gran exposición pública con el que marcarán la posición del Ejecutivo cada semana. El interrogante es si será suficiente. 

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