CASTELLÓ. La Unió Llauradora, ante el impacto que tendría sobre el sector agrícola la reducción de plaguicidas de síntesis que prevé la Comisión Europea, pide al Ministerio que elabore un estudio de las materias activas utilizadas en España para establecer un listado de los más necesarios, buscar alternativas y minimizar las consecuencias de la entrada en vigor de esta medida. La Unió ve con gran inquietud el plan de la Comisión dado que, sin alternativas eficaces, se pondría en riesgo la protección vegetal ante plagas y enfermedades.
La Comisión Europea, dentro de la estrategia Farm to fork y en consonancia con el Pacto Verde Europeo, quiere promover un sistema alimentario “sano y sostenible”. Ese plan establece que la Comisión Europea debe tomar medidas adicionales para reducir el uso y el riesgo globales de los plaguicidas químicos en un 50%, así como el uso de los plaguicidas más peligrosos en un 50% de aquí a 2030.
En este sentido, la propia comisaria Europea de Sanidad, Stella Kyriakides ya ha dicho que no se va a imponer un enfoque único para todos, sino que, en consideración al progreso histórico y nacional en el uso de pesticidas, cada estado miembro establecerá sus propios objetivos de reducción dentro de unos parámetros que garanticen que se van a cumplir los objetivos de la estrategia.
Dentro de este plan, cada Estado miembro ha de determinar unas normas específicas para cada cultivo, estableciendo e identificando las alternativas a utilizar en lugar de los plaguicidas químicos por lo que La Unió destaca que es importante conocer bien la realidad del sector ya que el Estado podrá fijar sus propios objetivos de reducción teniendo en cuenta nuestras propias particularidades. La organización ha expresado su preocupación y ha enviado un escrito al ministro de Agricultura, Luis Planas, para que desde la Dirección General de Sanidad de la Producción Agraria realice un listado de todas las materias activas que se utilizan en la agricultura española, ordenándolas según nivel de riesgo y relevancia para los diferentes sectores en la lucha y control de plagas y enfermedades.
Una vez realizado este estudio, y con la finalidad de que el sector y la administración agraria española se anticipen a la entrada en vigor de las diferentes normativas que obligarán a la retirada de productos fitosanitarios, se deberían consensuar aquellas materias activas que pueden ser retiradas dentro de la estrategia europea de la Granja a la mesa y que no afecten a la disponibilidad de métodos que garanticen una eficiente sanidad vegetal en los distintos cultivos.
Asimismo, todo parece indicar que la Comisión Europea va a establecer una medida más flexible en fitosanitarios, no así en antibióticos veterinarios, de manera que la reducción de fitosanitarios se realizará sobre el 50% del indicador armonizado de riesgo, el HRI1. Este indicador, básicamente, se obtiene de la multiplicación entre toneladas y riesgo del producto. En esta operación los productos de menos riesgo multiplican por 1 y los de más riesgo lo hacen por 64. En consecuencia, la aplicación de la Estrategia de reducción de fitosanitarios en el ámbito estatal dependerá de si se reduce el 50% de pocos productos de mayor riesgo para no dejar usar muchos productos de bajo riesgo o viceversa.
Dada la complejidad y la importancia del asunto para los cultivos, La Unió considera necesario elaborar un estudio para entender cuáles son las particularidades del país y así lo ha pedido a Planas, para conocer también la posición que va a tomar al respecto.