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tensión en la última sesión de control de puig con la agencia valenciana de la energía

Les Corts despiden al president hasta 2023 con energías negativas 

Puig sesion de control corts
25/11/2022 - 

VALÈNCIA. La última sesión de control en Les Corts del año dejó cierto regusto amargo en las filas del Govern del Botànic, conformado por PSPV, Compromís y Unides Podem. La falta de comunicación, especialmente en las cuestiones relacionadas con la cámara parlamentaria, se puso de manifiesto en una jornada en la que uno de los desencuentros principales entre los socios se centró en la futura Agencia Valenciana de la Energía.

Pero no fue el único reproche con el que tuvo lidiar el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que mantuvo sus habituales enfrentamientos con la oposición, en este caso a cuenta de asuntos de ámbito nacional. La portavoz del PP, María José Catalá, acusó al jefe del Consell de "rendición" y "conformismo" ante Pedro Sánchez y atacó con los problemas de aplicación judicial de 'la ley del sí es sí', que está "humillando a las víctimas y cometiendo la mayor tropelía social que ha ocurrido en este país".

La portavoz del PP, María José Catalá, durante la sesión. Foto: INMA CABALLER/Corts 
Una intervención ante el que el jefe del Consell reaccionó mostrando toda su "solidaridad" con la ministra Irene Montero ante las últimas críticas recibidas: "La violencia comienza cuando la palabra insulta, amenaza y degrada", señaló el presidente, para apelar a la "unidad" y al "refuerzo" del Pacto Valenciano contra la Violencia Machista que cumple siete años. "Usted viene aquí a traer la agenda de la crispación que le han ordenado desde Génova, degradando Les Corts actuando con un sucursalismo puro y duro", replicó Puig, para afirmar que frente a esa "agenda de la crispación", el Consell impondrá la "agenda de la solución".

Más allá del rifirrafe común entre Puig y el PPCV, el presidente atravesó momentos de mayor tensión con las intervenciones de sus socios. La portavoz de Compromís, Papi Robles, puso sobre la mesa la creación de la Agencia Valenciana de la Energía, que figura en el Pacte del Botànic, y recordó que seis meses atrás se firmó un acuerdo para la creación -como tarde- de la misma mediante enmiendas en la próxima Ley de Acompañamiento que está en tramitación. "Ha sido una sorpresa, o más bien una decepción, encontrar que el grupo socialista no quiere suscribir este acuerdo", subrayó la síndica. Una crítica, tal y como informó Valencia Plaza, que venía haciéndose en la cámara desde hace unos días. 


En su primera respuesta, Puig replicó con una clara referencia a la aprobación este mismo jueves de la tasa turística: "Hoy se demostrará nosotros siempre cumplimos los compromisos, nos gusten o no". Una frase que evidenciaba el malestar existente en el grupo socialista por la aprobación de la citada tasa que, tras cinco años de debates, vio la luz en esta misma sesión. De hecho, distintas fuentes del grupo socialista vienen trasladando este mensaje en los últimos días para poner el acento en lo que consideran una cesión para con sus socios de gobierno en un asunto con el que están en desacuerdo. Más aún, el presidente dejó otro mensaje que sonó a advertencia: "A mí me hubiera gustado que en la Ley de Acompañamiento ya estuviera presente la Agencia Valenciana de Energía. No está, pero desde luego no ha sido en absoluto responsabilidad del presidente del Consell". 

Una reflexión que, tal y como se encargaban de subrayar desde su entorno en los pasillos, escondía el malestar en Presidencia al recordar que la ley de creación del citado ente quedó atorada en la Conselleria de Economía -controlada por Compromís- tras haberse negociado y haber superado la fase de exposición pública. En este sentido, distintas fuentes socialistas criticaron que la coalición tratara de aprobar vía enmienda por la Ley de Acompañamiento la creación de esta agencia con aspectos que, aseguran, no se encuentran en esa ley negociada inicialmente y congelada en Economía.

Robles, que hizo uso de su turno de réplica, algo muy poco habitual en los socios de gobierno, mostró su "confianza" en alcanzar un acuerdo antes del 1 de diciembre, que es cuando se celebra la comisión de Presupuestos y, por tanto, la 'deadline' en la que se debatirán las enmiendas. "Debemos acelerar las renovables, no los beneficios de las grandes empresas eléctricas y encontrar la soberanía energética para bajar la factura a la gente", recalcó la portavoz de Compromís, para apostillar: "No se puede estar en contra de esto".

La síndica de Compromís, Papi Robles, en su intervención. Foto: INMA CABALLER/Corts 

Puig, por su parte, manifestó el objetivo 2030 de que toda la energía que se consuma en la Comunitat "sea verde" y puntualizó que la citada agencia es "sólo un instrumento", además de recordar que en su día ya existió y no funcionó. "No podemos hacernos trampas al solitario. Actualmente, el 40% de la energía que consumimos los valencianos procede de la central nuclear de Cofrentes", explicó el presidente de la Generalitat, para recalcar la necesidad de "aumentar las energías renovables" y "alcanzar un equilibrio entre la perspectiva medioambiental, social y económica". Una afirmación que resume los últimos conflictos entre PSPV y Compromís a cuenta de la problemática de la implantación de las plantas fotovoltaicas.

Pese a que posteriormente, en pasillos, Robles suavizó el tono crítico y se mostró "satisfecha" de ver a Puig "en el marco de los acuerdos", desde la tercera 'pata' del Botànic, ya se había prendido de nuevo el fuego. Así, el representante de Unidas Podem, Ferran Martínez, criticó que no existiera "interlocución sobre renovables" con el PSPV e insistió en que "cumpla sus acuerdos". En esta línea, recordó que se había pactado una mesa de diálogo al respecto de la que las socialistas "no han querido formar parte". Mientras, en la trona, la síndica de esta formación, Pilar Lima, pedía a Puig que no se pusiera "de perfil" ante la "ofensiva reaccionaria" y la "campaña de violencia" contra la ministra Montero. El presidente navegó señalando que en la ley pueden producirse "mejoras", si bien recalcó que su "núcleo central y su objetivo" no eran discutibles.


No obstante, y pese a todos los tiras y afloja en el Botànic, posiblemente el momento más tenso de la sesión se produjo cuando el diputado de Ciudadanos, Fernando Llopis, señaló en una réplica que los "amigos" del PSOE tenían "las manos manchadas de sangre". Una frase pronunciada después de que Puig hiciera referencia a "los amigos de (la síndica de Ciudadanos) Ruth Merino", refiriéndose a los gobiernos del PP. Llopis comenzó su alocución diciendo: "No sé quiénes serán los amigos de la señora Merino, pero seguro que no tienen las manos manchadas de sangre como los de su partido".

Puig, en un gesto poco habitual en las réplicas, decidió tomar la palabra visiblemente molesto: "La única sangre que he visto es la de mis compañeros y mis amigos. Yo estoy aquí porque una persona me dijo que me afiliara al PSOE y el 21 de noviembre recordamos su asesinato", manifestó en referencia a Ernest Lluch.

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