CASTELLÓN. La fábrica de palas eólicas de LM Wind Power en les Coves de Vinromà vivirá una auténtica carrera de locos durante este año. El motivo no es otro que la necesidad de abastecer a los 51 parques aragoneses que la compañía Forestalia se adjudicó en la subasta de renovables del Gobierno que se cerró en mayo de 2017 y que tienen que estar certificados a 1 de enero de 2020 si la compañía no quiere perder ciertos derechos sobre los mismos.
Esto hace que, desde septiembre del año pasado, cuando comenzaron la producción, y hasta antes de que acabe el año, la factoría castellonense tenga que suministrar 240 palas. Y lo compaginará con otras dos líneas de producción para la exportación. "Esto es un esprint para nosotros", remarca el director de la planta, José Luis Grau, quien censura que desde la Administración se haya dejado para última hora las subastas (la primera se lanzó en 2016 tras muchos años de sequía), "cuando todos sabíamos que había un objetivo de generación de energía renovable para 2020".
Así, "ha habido que correr a lo bruto durante dos años para que la cadena de suministro pueda llegar a fabricar la cantidad de eurogeneradores que se van a instalar", señala Grau. Además, dado que General Electric (propietaria de LM Wind Power desde hace unos años) es socio industrial de Forestalia y ha de suministrarle los componentes, las palas saldrán, íntegramente, de las plantas que GE tiene en les Coves de Vinromà y Ponferrada (León). Así, en Castellón tienen ahora mismo "mucha carga de trabajo pero durante un corto espacio de tiempo", asume resignado Grau.
Esta misma semana comenzará el operativo de transporte de estas palas desde les Coves de Vinromà hacia el territorio aragonés, para lo cual viajarán hacia el sur para después tomar la Autovía Mudéjar. "Estas palas estarán en Aragón en 5 horas. Eso es una ventaja competitiva para nosotros frente a otros fabricantes".
Una vez que Forestalia ha logrado la financiación por parte de los bancos y fondos de inversión para los nuevos parques, ha comenzado en Aragón la instalación de los casi dos gigavatios de potencia eléctrica renovable que le corresponden "hace escasamente dos o tres meses, y tienen que instalar en torno a 400 máquinas hasta finales de este año. Eso genera muchísimas ineficiencias, sobrecostes", lamenta Grau.
"Vamos todos ahora mismo con el agua al cuello para suministrar todo lo que tenemos que suministrar, pero lo haremos", apunta Grau. Para ello, la planta de les Coves ha tenido que acometer un nuevo aumento de plantilla. De los 590 trabajadores con que acabó 2018, lo que ya le había supuesto "triplicar los empleados de 2015", este primer trimestre la factoría castellonense lo cerrará con "en torno a 690, de los que prácticamente ya están todos incorporados".
Eso sí, Grau no quiere detallar la facturación que se espera para este ejercicio después de que cerraran el pasado con la fabricación de 450 palas y unas ventas "de 85 millones de euros, prácticamente lo mismo" que en 2017. En ambos ejercicios la planta de les Coves centró parte de su operativa en la fabricación y posterior traslado hasta el puerto de Castellón de unas aspas que en su momento fueron el récord en España, con 73,5 metros de longitud y que iban destinadas a una plataforma en Alemania. "Más de 120 turbinas del Mar del Norte están funcionando con palas fabricadas aquí", apunta orgulloso Grau.
Pero esta longitud va a quedar superada en breve. La semana pasada los operarios de LM Wind Power en les Coves comenzaron a producir unas nuevas aspas gigantes para recoger toda la fuerza del viento de Alemania y Australia. Con 77 metros de longitud, estas batirán, de nuevo, todos los registros en España. "Es la pala que se va a fabricar en serie más grande de España, el producto industrial más grande de España, además con tecnología nueva", indica el director de la planta.
Como en el primer caso, para iniciar su viaje hasta Alemania y Australia el centenar de componentes de molinos de viento que producirá el recinto de la Plana Alta volverán a partir hacia el puerto de Castellón en unos transportes especiales que se espera comenzar en marzo. "Va a volver a ser una operativa interesante de traslado por el puerto, pero esta va a ser más sencilla, pese a que la pala será más larga que la anterior, porque ya tenemos experiencia", señala tranquilo el responsable de la planta.
De momento, esta labor se plantea para el presente ejercicio y, en función de la respuesta del mercado, se podría prolongar más allá. Y, aunque Grau cree que se está llegando a límites difíciles de superar, cuando echa la vista atrás no descarta nuevos récords para el futuro: "Empecé haciendo palas de 37 metros hace 12 años para máquinas que generaban 1,5 megawatios y la pala de 77 metros irá instalada en una máquina que producirá 4,5 Megawatios". Y es que la mejora tecnológica es una de las razones que impulsa, a ráfagas, la actividad económica vinculada a las energías renovables.