VALÈNCIA. El magistrado del Juzgado de Instrucción número 15 solicitó el pasado viernes al Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) que imputara a la vicespresidenta y consellera de Igualdad, Mónica Oltra, por la gestión en el caso de los abusos sexuales de su exmarido a una menor tutelada.
Así, tal y como informó este diario días atrás, el futuro político de la máxima referente de Compromís depende ahora del TJSCV. En los próximos días, un ponente de este tribunal deberá decidir si la cita a declarar como investigada en la instrucción. Si lo hace, después deberá culminar el asunto archivando el caso o juzgándola. Al margen de las consecuencias judiciales, lo que se avecina para la vicepresidenta es un aumento de la presión política en torno a su figura, cuya situación se ha tornado cada vez más delicada especialmente tras el auto firmado por el magistrado encargado de la instrucción.
En lo que se refiere a este incremento de la presión política, la propia Oltra en primera persona descartaba su dimisión este lunes con una serie de argumentos y afirmaciones que, por momentos, recordaban a la defensa de cargos del PPCV cuando fueron imputados por otras causas en su etapa de gobierno, como por ejemplo el ahora expresidente de la Generalitat Francisco Camps.
"Lo que no pueden conseguir en las urnas, lo intentan conseguir con mentiras y juego sucio en los tribunales", manifestó Oltra este lunes, una frase que ha estado en boca de dirigentes populares durante años. Ejemplo de ello es el mencionado expresidente Camps, de quien pudo escucharse este mismo argumento en varias ocasiones cuando fue imputado en el caso de los trajes hace ahora 13 años, ya fuera en primera persona o por parte de sus acólitos, como hizo Alfonso Rus en un mitin celebrado en el Palau de la Música el 16 de mayo de 2009 al proclamar: "Intentan ganar en los juzgados lo que no pueden ganar en las urnas". Un argumento que reiteró Camps en meses posteriores: "Han visto una oportunidad de ganarme fuera de las urnas, si no, no hay manera", aseguró Camps en referencia a Gürtel en el pleno de Les Corts del 20 de mayo de 2010.
Es más, cuando Camps logró el triunfo por mayoría absoluta en 2011, el PPCV, con Paula Sánchez de León a la cabeza, destacó su victoria pese a la "estrategia de acoso y derribo de la oposición". Una imagen que también evocaba la vicepresidenta Oltra este lunes, al señalar que dimitir en su situación no sería "asumir responsabilidad política" sino "rendirse ante el acoso y derribo por motivo político".
Pero para encontrar la metáfora de las urnas no hay siquiera que irse tan lejos. En noviembre del año pasado, OK Diario propició un encuentro entre los expresidentes Francisco Camps y Eduardo Zaplana en el que coincidían al unísono con esa afirmación que fue titular: "Nos criminalizaron porque no podían ganarnos en las urnas". Eso sí, conviene recordar que Camps, aunque se ha librado de otras nueve imputaciones, se encuentra procesado y se sentará en el banquillo por la pieza separada del caso Gürtel de los contratos menores con Orange Market. Mientras Zaplana, es uno de los principales investigados en el caso Erial, que encara la recta final de la instrucción.
No obstante, las similitudes en las frases de la defensa pública de Oltra y la que hicieron cargos investigados del PP también se producen en los enunciados que viene realizando Compromís en su cierre de filas para arropar a su máxima representante, lo que probablemente será esgrimido por la oposición a la búsqueda del efecto bumerán.
Este mismo viernes, desde la formación valencianista emitían un comunicado que cerraba con el siguiente párrafo: "Compromís quiere dejar patente que este procedimiento parte de acciones de la extrema derecha, a las que lamentablemente está haciendo seguidismo la derecha, en una deriva política inaceptable que tiene como único objetivo su desgaste personal y político". Una línea similar a la utilizada por la propia Oltra el pasado 1 de marzo, cuando aseguró estar sufriendo "una persecución política, una cacería de la extrema derecha sostenida con mentiras y en la que el PP va a rebufo".
De nuevo, frases casi calcadas a las que, todavía a día de hoy, sigue esgrimiendo Camps, como cuando el pasado mes de noviembre hablaba de una "estrategia de persecución de la izquierda" en una comparecencia tras el archivo de la Fórmula 1 o en febrero de 2016 cuando afirmó en una rueda de prensa: "La izquierda quiere acabar conmigo, como político y como persona".