CASTELLÓN (EFE). Docenas de agricultores han clamado este miércoles en el puerto de Castellón contra la llegada de naranjas de la variedad navel desde Egipto, para evitar lo cual pretenden identificar a los "desalmados" que las importen, al entender que solo empeoran la ya de por sí mala campaña citrícola actual.
Así lo han anunciado responsables de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) y de la Federación Provincial de Agricultores y Ganaderos de Castellón (Fepac-Asaja), con sus presidentes, Cristóbal Aguado y José Vicente Guinot a la cabeza, en un acto respaldado por el presidente del puerto de Castellón, Francisco Toledo, y donde se ha tachado de "inepta, insensible y cobarde" la actuación política al respecto.
Aguado ha dicho que esta protesta se suma a las que ya se han llevado a cabo porque "las cosas no se arreglan" y Europa "es el coladero más grande del mundo en importaciones", y que hay importadores valencianos y españoles que compran esta fruta y la distribuyen "y hay comercios que la compran y la venden". "Es nuestra responsabilidad saber quiénes son y hacerlo público" para que la población sepa "qué comercios dicen más Europa y más posibilidades pero a la hora de la verdad quieren la ganancia trayendo la naranja de fuera y hundiendo, aún más, a los agricultores para que renuncien a esta profesión", ha añadido.
Pero "no vamos a bajar la guardia" porque "estamos orgullosos de ser agricultores y queremos apostar por el futuro y por los jóvenes y jubilarnos con dignidad, pero no nos dejan", según Aguado. También ha agradecido el apoyo del presidente de la Autoridad Portuaria, quien ha acudido a la protesta para evidenciar la importancia del sector citrícola valenciano para el puerto de Castellón.
El presidente de AVA ha leído un manifiesto donde se asegura que es "inadmisible" el precio "irrisorio" que se paga por la naranja y que "todavía haya desalmados que prefieran traerla de fuera". En este sentido ha indicado que "se han traído y se van a traer más navel de Egipto, como antes se trajeron de Sudáfrica y otros países", por lo que ahora "el enemigo máximo es Egipto", un país cuyas exportaciones citrícolas hacia España han pasado, en cinco años, de 184.000 toneladas en 2014 a 339.000 en 2018, un 83% más.
Se ha dado traslado de la intención de informar a la sociedad valenciana sobre la identidad de los comercios que importan esas naranjas "foráneas" y qué cadenas de distribución las venden, porque "no es lógico ni aceptable que nuestro sistema, que trabaja bien y con calidad plena, pierda dinero y eso es responsabilidad de los políticos", según el manifiesto.
La clase política, ha añadido, "se está comportando con el sector agrario y citrícola de manera inepta, insensible y cobarde" y hoy, ha denunciado, "todavía no se ha activado ninguna medida eficaz ni se ha puesto un céntimo extra ni por Bruselas, ni por el Ministerio de Agricultura ni por la Conselleria de Agricultura".
Por su parte, Guinot ha indicado que el campo tiene varios problemas: de precios bajos, de competitividad con terceros países y con respecto a los controles fitosanitarios. Según el presidente de AVA-Asaja, actualmente "tenemos el 30% de la naranja en los árboles y echada a perder" y sin embargo, "este es uno de los puntos desde donde entra fruta de terceros países".
