CASTELLÓ. Las obras de regeneración de la costa de Moncofa ya ven la luz al final del túnel y encaran su cuenta atrás con la aprobación del proyecto definitivo, que acaba de publicarse en el Boletín Oficial del Estado. La actuación del Ministerio de Transición Ecológica contempla la ejecución de nuevos espigones y una inversión de 11 millones de euros, contando con financiación de los fondos Next Generation de la Unión Europea.
Con el proyecto de definitivo se pone fin al proceso administrativo y ahora solo falta la licitación y adjudicación de las obras. Estos pasos podrían darse a primeros del año que viene y la ejecución luego se prolongará 11 meses. La propuesta se sitúa entre el río Belcaire y el Estanyol y se trata de una de las iniciativas de recuperación del litoral más esperadas de la zona sur de Castellón.
El plan se proyectó en 2015 en la estrategia de defensa del litoral y ahora ya afronta su última fase. Una actuación de tal magnitud ha tenido que superar una larga tramitación, en la que se han solicitado informes a 33 diferentes entes de las Administraciones Públicas y de colectivos sociales y ambientales. Al respecto, la declaración de impacto ambiental se aprobó el pasado mes de mayo.
El objetivo de la infraestructura, según explica el expediente, consiste en asegurar la estabilidad de la costa frente a los fenómenos erosivos y los efectos del cambio climático. También quiere recuperar la función de defensa de las playas dotándolas de una anchura que permita reforzar la protección de las urbanizaciones más próximas ante un temporal, ampliar la función lúdica de las playas y mejorar los desagües de las aguas pluviales que desembocan en el trazado de costa.
Así, se construirán cinco nuevos espigones y se prolongarán los que existen actualmente en el encauzamiento del río Belcaire. Asimismo, se hará aporte de arena de 3.000 metros cúbicos en la playa Tamarit, 111.200 en la playa la Torre y de 42.600 en l'Estanyol, lo que propiciará un avance en la línea de la costa en las playa la Torre y l'Estanyol de 50 y 30 centímetros respectivamente, recuperándose en gran medida la playa histórica.
La ejecución de espigones es una vieja reivindicación de Moncofa par frenar la pérdida de playa que se ha sufrido en las últimas décadas por una reducción en la llegada de sedimentos. El proyecto menciona como causas la construcción de embalses de Sitjar, en 1960, y Arenós (1980); más la existencia del puerto de Burriana, inaugurado en 1933, y el urbanismo desarrollado próximo a la costa en los años 60 y 70.
La erosión por estas acciones, añade, ha provocado una merma de arena de 150 metros en algunos puntos de la playa de la Torre, o de unos 50 en l'Estanyol.
Actualmente, según expone la documentación oficial, la playa de la Torre tiene una longitud de 497 metros y una anchura media de 18 metros, sin servicios y con una ocupación baja; mientras l'Estanyol es una semiurbana que carece de equipamientos para uso público, por lo que tiene un grado de uso bajo.
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