CASTELLÓ. (EP). Los fibroadenomas representan el 90 por ciento por ciento de tumoración benigna de mama en mujeres menores de 19 años, mientras que las patologías mamarias en niñas y adolescentes corresponde aproximadamente al 13,5% de las consultas de ginecología o cirugía de la mama, según ha informado Vithas en un comunicado.
Vithas ha explicado que conforme se desarrollan los senos durante la pubertad, en ocasiones surgen problemas como nódulos o infecciones debido a los cambios hormonales en esta etapa de la vida. El tipo de bulto en el pecho más común entre las adolescentes es el fibroadenoma. Son masas sólidas benignas compuestas de tejido fibroso que se encuentran con mayor frecuencia en mujeres de 15 a 35 años.
Como se trata de una época de fragilidad psicológica y de cambio, las enfermedades mamarias, aunque son poco frecuentes, suelen causar malestar y preocupación, sin embargo, a esta edad la patología maligna es excepcional. Los fibroadenomas se forman cuando la glándula mamaria crece por el influjo de las hormonas, algo bastante normal durante la adolescencia, y dan lugar a un nódulo sólido.
Tal como ha señalado la doctora Belén Merck, cirujana de mama de Vithas Castellón, la patología mamaria en niñas y adolescentes corresponde aproximadamente al 13,5% de las consultas. "Los bultitos pueden ser alarmantes, pero mayoritariamente son benignos, pudiéndose desarrollarse en cualquier parte del pecho. Generalmente suele ser sólido, con una textura similar a la goma y generalmente indoloro", ha añadido.
Los fibroadenomas pueden aparecer y desaparecer cuando son pequeños. Según la especialista, "el fibroadenoma se ve afectado por desequilibrios hormonales, sin embargo, aunque estos fibroadenomas pueden crecer mucho, la mayoría mantienen o reducen su tamaño con el tiempo, y algunos desaparecen", y ha destacado que "si está aumentando de tamaño o causa dolor, el nódulo puede extirparse". Es lo que se llama fibroadenoma gigante o juvenil "que puede crecer hasta más de 5 centímetros".
Según ha subrayado la doctora Merck, el control es importante, pues durante el embarazo y la lactancia pueden experimentar importantes cambios morfológicos y aparecer como nódulos complejos. "Si los niveles de estrógeno aumentan en el cuerpo, hay posibilidades de que el fibroadenoma se vuelva canceroso", ha dicho.
Otra patología frecuente son los cambios fibroquísticos en los pechos que ocurren cuando los pequeños quistes llenos de líquido presentes en las mamas cambian de tamaño según el momento del ciclo menstrual. "Como estos quistes están relacionados con los cambios hormonales normales, suelen ser más notorios y es posible que duelan un poco justo antes del período. Los cambios fibroquísticos de la mama no son un motivo de preocupación y no es necesario ningún tipo de tratamiento médico", ha afirmado la profesional.
Por otra, la especialista ha indicado que las mamografías no se recomiendan para los adolescentes porque sus senos tienden a ser densos, "por lo que es difícil para mamografías detectar grumos". Además, -ha apuntado- una mamografía expone los pechos a la radiación, que puede conducir al daño de la célula, especialmente en pechos jóvenes. "Lo mejor es la ecografía, que es la modalidad de imagen de elección para estudiar la patología de la mama en pediatría", ha concluido.