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Los ‘marcadores’ revolucionan la obtención, el registro, los viveros y la identificación de los cítricos

19/02/2021 - 

CASTELLÓ. El término PCR, hoy de uso común, se refiere al método de diagnóstico más fiable para detectar la covid-19 y se basa en la misma tecnología que está dando un vuelco al mundo de la explotación de variedades vegetales de cítricos. No en vano, los marcadores moleculares tan pronto pueden servir para definir la secuencia genética propia de un determinado coronavirus (o de cualquier patógeno) como para aportar los rasgos genéticos específicos de una variedad. 

“Los marcadores moleculares no son el futuro, son ya el presente” señala Francisco Llátser el ex director durante décadas de la Agrupación de Viveristas de Agrios (Avasa), cuyos viveros miembros acaparan alrededor del 80% de la producción española de plantas. Su contribución “contra la piratería varietal está teniendo y va a tener un impacto económico incalculable”, añade.

Así de contundente se mostró Llatser en el transcurso de un webinar organizado por el proyecto Gocitrus, que también sirvió para acreditar cómo esta revolución tecnológica está beneficiando a todos los eslabones de esta cadena: está acelerando los procesos de mejora varietal, la tecnología empieza a introducirse para reducir los tiempos y las pruebas necesarias para obtener el registro (la patente de una variedad); ha perfeccionado el control de la producción viverística y está siendo usada de manera emergente en los sistemas de certificación e identificación varietal para evitar el fraude.

El encuentro, seguido on line por cientos de personas vinculadas al sector de los agrios, fue respaldado por partida doble por el Ministerio de Agricultura. De un lado, el jefe del Servicio de Innovación y Digitalización, Alfredo Pollán, introdujo el acto; y por otro, el director de la Oficina Española de Variedades Vegetales, José Antonio Sobrino, dio la primera ponencia. Sobrino entró a detallar cómo se realiza el proceso de registro de una nueva variedad. En primera instancia y más allá de otros trámites burocráticos, el nuevo material vegetal debe acreditar que es distinto, homogéneo y estable. 

Hasta no hace demasiado tiempo estos estudios se basaban exclusivamente en el análisis de las características diferenciales  morfológicas y fenotípicas. Frente a ellos –como confirmó Sobrino- está irrumpiendo también la tecnología de los marcadores, que permite acelerar el proceso al comparar la variedad candidata solo con las que genéticamente sean más similares “racionalizando las colecciones de referencia” (que en cítricos y en general en todos los frutales, son enormes). La UPOV (Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales) –de la que es miembro la UE así como la mayor parte de países desarrollados- tiene, de hecho, un grupo de trabajo para incorporar estos métodos, para generar bases de datos (secuencias específicas) y protocolos a los procesos de registro.

Desde la perspectiva legal, como aclaró la letrada especializada en derecho de la obtención y directora de AM Legal Group, Maribel Montero, los marcadores de variedades son herramientas cada vez más usadas en los tribunales, tanto en pruebas judiciales como de parte, en procesos ligados a casos de piratería varietal. “Su implementación para la identificación inequívoca de variedades en cítricos tiene ya un valor disuasorio fundamental porque ya no dependemos sólo de los informes de peritos basados en el estudio de las características morfológicas, que son análisis más complejos y propensos a la interpretación”, advirtió.

Junto a ello y en línea de lo avanzado antes por Sobrino, Montero se mostró partidaria de una mayor integración de estos métodos en los procesos de registros. “La identificación genética de las variedades vegetales, en un mercado globalizado, ya empieza a proporcionar seguridad y progreso a los distintos agentes económicos del sector citrícola pero podría hacerlo también al de todas las especies botánicas”, concluyó.

Llátser, en nombre del sector viverista y como también destacó antes el responsable del Ministerio de Agricultura, destacó el “gran avance” que ha supuesto la incorporación también de esta tecnología a los controles de la producción y comercialización de material de reproducción vegetal de los viveros que realizan las autonomías. “Permiten, por ejemplo, evitar la multiplicación ilegal de variedades protegidas que se puedan vender con otra denominación”, aclaró. También quiso entrar en cómo han incidido en los procesos de mejora y puso ejemplos: “El desarrollo de marcadores de selección por parte del IVIA para detectar la sensibilidad al hongo Alternaria ha permitido descartar cientos de posibles variedades parentales a hibridar y ha dado un acelerón al proceso de mejora de mandarinas”.

La mandarina Tango, ejemplo

El primer caso de éxito de cómo el uso de estas secuencias genéticas singulares puede ser también clave en la explotación de una variedad se ha dado con el cítrico Tang Gold (conocida como Tango). Para dar testimonio de ello Gocitrus invitó a José Pellicer, director de Desarrollo de Eurosemillas, que explota esta mandarina y cuya firma es uno de los socios del proyecto. Pellicer detalló el papel que desempeña los marcadores moleculares patentados para Tang Gold en el que quizá es uno de los sistemas de certificación varietal más completos: se toman muestras de hojas en los campos de los agricultores licenciados; de frutos en los almacenes de los operadores que están inscritos en el sistema; se adquieren también frutas en los supermercados donde se vende la mandarina en toda Europa, incluso –en casos excepcionales- se pueden tomar muestras en Aduanas. 

Todas ellas se remiten, respetando la cadena de custodia por una empresa independiente, a un laboratorio también tercero especializado que realiza los test de marcadores y de ésa manera, siguiendo la trazabilidad de la mandarina, se controlan las posibles infracciones (por ejemplo, vender etiquetadas como otras variedades, mandarinas Tang Gold sin el permiso del obtentor). 

Acto seguido intervino el director del Instituto Valenciano de Investigación Agraria (IVIA), Rodolfo Canet, cuyo centro también participa en Gocitrus. Canet coincidió en que esta tecnología “es el futuro aunque ya es también parte del presente”. El nuevo director quiso, a este respecto, circunscribir el trabajo de su entidad “a trabajar como generadores de conocimiento” pero descartó –como se ha especulado en algún momento- que el IVIA pueda erigirse en una entidad de referencia “para certificar, verificar o resolver pleitos (sobre variedades) porque esas labores deben desarrollarse a partir de la generación de un sector auxiliar”.

Prueba de la APP y generar marcadores

“Hoy acertar en la elección de una variedad y del portainjerto más adecuado, es una decisión muy complicada”, comenzó explicando Carlos Baixauli, director del Centro de Experiencias de la Fundación Cajamar, que es también otro de los socios del proyecto. Acto seguido y en directo, Baixauli exhibió el sencillo  funcionamiento de la primera app que ayudará a los citricultores en tal proceso. La aplicación contiene la información de las fichas varietales del IVIA y el calendario de recolección que las agrupa según se trate de ultraprecoces, precoces, de media estación, tardías y ultratardías. Integra igualmente un histórico de cotizaciones, los datos climáticos medios de los últimos años de la estación más cercana y permite al interesado matizar si su parcela es especialmente propensa a heladas. 

Lanzará, en su caso, alertas al usuario si -por la ubicación de su terreno hubiera presencia próxima de variedades de mandarino híbridas que pudieran propiciar la polinización cruzada y la presencia de semillas en el fruto. Y, tan importante o más que la elección de la variedad, la aplicación asistirá también en la elección del patrón que mejor se adapte a las condiciones climáticas de la parcela, las características de la tierra (salinidad del agua, caliza, estrés hídrico) o propondrá alternativas actualizadas con patrones que sean resistentes o tolerantes a determinados virus o enfermedades fúngicas.

Es éste un segundo objetivo de Gocitrus. El primero, que está ya muy cerca de cumplir, es proporcionar marcadores moleculares para hasta el 25% de las variedades de mandarinas comerciales hoy existentes (más de 300) y para el 10% de las naranjas, entre las que se encuentran todas las comercialmente más demandadas.

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