CASTELLÓ. Tras 40 días de confinamiento, comienza ya la salida controlada y regulada de los niños menores de 14 años, medida solicitada insistentemente por numerosos colectivos de nuestro país. La necesidad de que los niños, tanto pequeños como mayores, puedan retomar sus paseos al aire libre, va a implicar además una nueva forma de relacionarse y del modo en que salimos a la calle, tanto los jóvenes como los adultos.
El doctor Sergio Arques, psiquiatra de Vithas Castellón, reconoce la necesidad de que los niños puedan salir a pasear, “la estancia prolongada en casa puede limitar en gran medida sus experiencias de aprendizaje, dado que al no cambiar de entorno y no interactuar con otras personas se convierten en receptores pasivos de los estímulos”. Dada la situación actual, en estos días muchos niños han estado consumiendo muchas horas de tecnología (ordenador, videojuegos, televisión, etc.), tanto por ocio como por las clases virtuales de los colegios, “lo que puede favorecer un incremento de la dependencia psicológica hacia estos dispositivos, que ya de por sí suelen ser de las actividades más preferidas por los niños”, subraya el especialista.
Los paseos diarios y la actividad física son necesarios “pues las salidas al aire libre reactivarán sus cinco sentidos. Además, -comenta el doctor Arques-, actividades como andar o ir en patinete son muy importantes de cara a su propio equilibrio, descargando tensiones, proporcionando mayor control de uno mismo y generando sensación de felicidad”.
Según el profesional, “a los niños les llamará mucho la atención ver las calles vacías y las medidas de protección de los mayores, por lo que habrá que explicarles previamente de manera sencilla lo que se van a encontrar. El contacto directo con la actual realidad les ayudará a ir acostumbrándose a un mundo que ya no se va a regir por las mismas reglas que antes de la pandemia, y aprenderán valores como la empatía, la cooperación y el respeto por el grupo”.
Otro aspecto a tener en cuenta es el entorno en el que viven las familias. “Los niños de entornos rurales, por lo general, tendrán con esta medida más beneficios a nivel psicológico -afirma el doctor Arques-. No es lo mismo pasear un kilómetro en una ciudad y sin poder entrar en los parques, que hacerlo en un entorno donde el contacto con la naturaleza va a facilitar la desconexión y la relajación. Las sensaciones que nos ofrece la visión de una pradera, un riachuelo o unas flores va a resultar mucho más beneficiosa que una manzana de edificios”.
Evidentemente estamos ante una medida que supone una mejora, especialmente a nivel psicológico, para tratar de romper la rutina de estar confinados en casa y así que los menores ganen en sensación de libertad. Sin embargo, es cierto que el camino hacia el normal desarrollo psicosocial es mucho más largo, “debido a que este no se verá completado hasta que puedan realizar deportes, excursiones o juegos en grupo. La interacción con otros niños y compañeros de colegio aún no se va a dar y es aquí donde el niño aprende a relacionarse, a conversar, a resolver conflictos, a regular sus emociones, a crear vínculos, y a conocer las reglas del funcionamiento de la sociedad”, concluye el doctor Arques.