CASTELLÓ. El proceso de descarbonización de los procesos productivos en la industria está favoreciendo el nacimiento de proyectos para la fabricación de combustibles 'verdes', a partir de energía renovable. Un cambio de paradigma que pretende servir para que, a medio y largo plazo, algunas industrias sustituyan los hidrocarburos actuales, empleados como fuente de calor y energía, por otros cuya producción no conlleve emisiones contaminantes.
Pero la industria química y del plástico analiza estos proyectos de otro modo: ya no como consumidores de hidrógeno o amoníaco renovable, sino como potenciales proveedores de materiales para la construcción de los centros de producción y almacenamiento. Al menos así es como lo ve UBE, la multinacional japonesa especializada en químicos y plásticos con sede en el polígono de El Serrallo, en Castellón, cuyos directivos ven en el surgimiento de diferentes proyectos de hidrógeno y amoníaco verde en la provincia una oportunidad de negocio en los próximos años.
"Los proyectos nos interesan mucho", explicaba este martes el presidente de UBE, Bruno De Bièvre, preguntado por el impacto de estas iniciativas en la operativa de la compañía, pero dejó claro que la firma no es ni suministradora ni consumidora de estos combustibles, pero el interés para UBE reside "a nivel de materias primas". Precisamente algunos de los materiales en los que está especializada la multinacional son empleados en el diseño y construcción de las instalaciones para la producción y almacenamiento de hidrógeno verde.
"La infraestructura necesaria para el hidrógeno nos interesa", aseguraba en este sentido De Bièvre, especialmente los tanques de almacenamiento del combustible. Unos depósitos que están sometidos a altas presiones y requieren de un recubrimiento interno de poliamida del que UBE es fabricante. Así, aunque clarificó que la compañía no tiene pensado "instalar electrolizadores" para la producción de hidrógeno, sí mostró interés en los sistemas de almacenamiento que necesitarán las compañías fabricantes del combustible.
En ese sentido, hay que recordar que se han anunciado dos grandes proyectos para la producción de hidrógeno 'verde'. Uno es el de la petrolera BP, cuya refinería es vecina de la planta química de UBE en El Serrallo y que pretende convertirse en un hub de energía integrada para producir desde territorio castellonense ya en 2027 cerca de 31.200 toneladas anuales de hidrógeno verde y 400.000 toneladas de biocombustible. El otro pertenece a la multinacional Ignis, que pretende aterrizar en el municipio de Castelló y el Puerto de Castellón para la producción y comercialización de ambos combustibles en 2031, aunque realmente el proyecto está en una fase incipiente.
Mientras tanto, la compañía tiene su propio plan interno de descarbonización para transformar sus procesos y trabajar en mejores de eficiencia energética. Para el presidente de la firma, "es posible tener una planta descarbonizada" en las próximas décadas, un cambio que requiere de inversión pero que es posible. Por su parte, el director de Operaciones Industriales, Santiago Bretón, expuso que ya durante el último ejercicio la planta de UBE ha alcanzado una reducción respecto a 2010 del 43% de emisiones de alcance 1 y 2, derivadas del proceso productivo, así como una mejora de la eficiencia energética del 39%.
La firma ha creado un departamento dedicado en exclusiva al proceso de descarbonización y la circularidad de la planta, con el objetivo de ser neutra en emisiones en 2050. Pero la compañía reclama jugar con el mismo marco que sus competidores externos a la Unión Europea. "Las reglas del juego no son las mismas para nuestros competidores fuera de Europa", denunció el presidente de UBE, para quien se peca de "ser más avanzados a nivel de reglas pero no siempre tenemos la potencia económica para imponerlas al resto del mundo". Así, aseveró que si las "reglas son demasiado fuertes aquí, habrá que negociarlas con terceros como los chinos para adaptarlas".
Este martes, la compañía presentó los resultados, marcados principalmente por la crisis energética del año pasado, la caída de la demanda y la dificultad de adaptar la estructura de costes a la situación del mercado. Así, UBE registró unas pérdidas de 11 millones de euros el ejercicio fiscal finalizado en marzo de 2023, lo que supuso un freno tras años de crecimiento de sus beneficios. La firma, eso sí, obtuvo una facturación récord de 620 millones de euros por la situación inflacionaria, tal como explicaron los directivos de la compañía en la presentación
"No se pueden prever los cambios y hay que tener en cuenta los escenarios más conservadores. Los gastos de materias primas y energía se han regularizado pero todavía están muy lejos de la situación precovid, la demanda no se está recuperando de forma estable", explicó en este sentido el presidente, quien asegura que la situación de mercado es "todavía pesimista para toda la industria química en Europa pero también a nivel mundial, en China hay previsiones difíciles también".
Así, el director de Finanzas, Daniel Loyarte, expuso que la situación de precios de las materias primas "está más o menos más estabilizada", lo que hace "ser optimistas de cara a la segunda parte del año" porque "puede haber un poco más de alegría en la demanda". "Estamos viendo una inflación más contenida y el acceso al crédito puede haber una perspectiva mejor. Somos más competitivos de cara al producto importado", subrayó Loyarte.
El pasado ejercicio, los directivos de la compañía celebraban los buenos resultados recabados entonces y abrían la posibilidad a operaciones de compraventa. Preguntados al respecto este martes, el presidente explicó que la firma sigue "en esta búsqueda de oportunidades", pero recalcó que deben ser "oportunidades adecuadas". Al hilo del comentario, el director de Finanzas apuntó que "hay operaciones que han fracasado" al no haber alcanzado un acuerdo pero "se sigue trabajando en buscar empresas relacionadas con nuestra química, nuestras especialidades y el reciclaje".