Los procesos de investigación de cuatro artistas en el Open Studio del Museo de Bellas Artes

7/07/2024 - 

CASTELLÓ. La convocatoria de investigación artística del Museo de Bellas Artes de Castellón acoge desde abril los proyectos de cuatro artistas que, a pesar de provenir de distintos entornos y explorar caminos diferentes, han confluido a varios niveles en esta oportunidad.

El pasado sábado 29 de junio se celebró el Open Studio en que mostraron el proceso de investigación que han llevado a cabo en estos tres meses a través del programa Cultura Resident.

El arte mientras se combate

Sólo un dibujo es el proyecto de Taxio Ardanaz (Pamplona, 1978). En su carrera como artista ha fijado su interés en la necesidad humana de expresión plástica, especialmente en períodos convulsos de la historia marcados por el conflicto, las guerras o la opresión.

Taxio investiga los restos gráficos realizados por combatientes durante la Guerra Civil que aún quedan en la zona: "Hay bastantes entre Burriana y la Vall d’Uixó, hay muchos dibujos en casetas de alquerías, abandonados desde hace casi 90 años”. Taxio siempre intenta visitar los lugares "para que haya una vivencia que fundamente luego el trabajo en el estudio, o que me toquen de alguna forma; ideológicamente, sensiblemente o estéticamente".

"Me gustaría que todo este proceso me llevara a un libro", señala. Si estos restos ya se han abordado desde la historia o la arqueología, Taxio, como creador, ve el interés en revisarlos desde el arte o la estética, o desde lo que somos. "Hablamos de gente que estaba en el frente, en prisión, y que sienten la necesidad de dejar su huella. La expresión plástica es una necesidad que va con la humanidad. Tiene que ver con crear espacios de libertad en momentos tan difíciles".

"En las cárceles hay más dibujos. En el Castillo de Montjuïc encontramos inscripciones de todo tipo; un poema de Lorca, diversas declaraciones de inocencia, retratos, varias escenas sexuales, personajes de ficción de la tele, o de cómic, y por supuesto, muchos calendarios".

Habitualmente Taxio ha alimentado su obra con la producción plástica oficial: "Propaganda, monumentos… pero esto se sale de ahí, es una práctica amateur; es político pero no, es personal pero no. Porque hay un colectivo y se representan cosas de la propia vida del miliciano. Todo está mezclado".

La ansiada agua

Arabogues, de Mar Navarro Llombart (La Vall d’Uixó, 1990) conjuga diferentes perspectivas usando el agua subterránea como vehículo principal. Mar proviene del audiovisual, especializada en documental. Se interesa por el recuerdo, la memoria y la ruralidad. Su investigación toma raíz en Els Ports y el Maestrat -territorios de secano- y el nombre de su proyecto refiere a una lluvia que no es lluvia: "És una paraula que utilitzen en aquests territoris per referir-se a un tipus de pluja molt fineta, intermitent, a voltes mesclada amb neu".

"El projecte té dos vessants, un vinculat a la ciència i la raó i l'altre a la creença i el ritual". Por un lado, explora el agua subterránea del acuífero jurásico del Maestrat, y por otra parte, la figura de los zahoríes, personas que a través de péndulos y ramas son capaces de intuir la ubicación de aguas subterráneas.

Investigando dio con una frase en referencia a las aguas subterráneas: "Com fer visible l’invisible. Això toca els dos costats; no pots vore un aqüífer, igual que no pots vore les intuïcions d’ixes persones, que fan possible la pràctica".

Mar abre un tercer camino a partir del archivo de Vicent Julià Vives, fotógrafo de las romerías de Les Useres al Penyagolosa y de Catí a Sant Pere."Mirant l’arxiu de 1982 em vaig adonar que apareixia un personatge que me molestava, al mig de la rogativa, amb un micròfon. Un dia va deixar de molestar-me: estava fent visible l’invisible, gravant el so, els cants de la rogativa per a demanar aigua".

Mar propone realizar un fotolibro y algunas piezas audiovisuales. De esta residencia destaca el poder jugar y experimentar con el trabajo, ya que el objetivo no es llegar a una pieza acabada, sino avanzar en el tema y mostrar el proceso.

Opciones entre lo conocido

Formaciones y deformaciones del agua, de María Vidal Soria (València, 1996) investiga la posibilidad de escenarios de mundo mejores, observando las acequias para dar con formas de narración no lineales, distintas a las hegemónicas. María trabaja desde el diseño crítico -buscando desafiar las preconcepciones de elementos cotidianos-. "Hablo desde un lugar intersticial, un lugar de posibilidades donde no hay una definición de conceptos superestricta. La mayoría de las veces no se trata de escoger entre uno u otro, suele haber algo más, pero hay que prestar atención. Creo que ahí hay un potencial". María habla de un lugar entre.

"El futuro es un territorio en disputa". María cita a Yásnaya Aguilar: "Para hablar de esas temporalidades tenemos que usar metáforas al espacio. Intento no hablar de mundos mejores desde la abstracción, sino aterrizarlo y hablar desde un conocimiento situado, donde pueda explorar los lugares que habito".

"Las acequias tienen una estructura rizomática, arbórea, tal y como está construida la huerta se acaba regando todo. A diferencia del río Turia -una estructura más lineal- o de l'Albufera -un espacio geográfico contenido- las acequias me aportaban ideas más amplias, ya que atraviesan periferias y urbe".

Consultando el archivo del Museo sobre las acequias, observó que los documentos más recientes refieren desde los 80 a los 2000: "Casi todos los han escrito hombres blancos, nos hacen falta también otros relatos, creo que hay un vacío. Las acequias fueron construidas por las comunidades imazighen del norte de África en época andalusí ¿dónde están todos esos referentes?"

Durante la residencia se ha documentado sobre la historia, su flora y fauna, y está combinando un lenguaje poético con registros gráficos y material de archivo.

Del cielo a los adivinos

Bruno Delgado Ramo (Sevilla, 1991) lleva años produciendo sus películas e instalaciones que involucran la producción audiovisual en soporte fotoquímico. "Los medios de cine analógicos implican cómo enseñas el trabajo… para que alguien lo vea tiene que estar en un sitio y momento dado, incluso estar yo proyectando. Supone instalar y manejar equipos de cine, acondicionar el espacio… Tiene su parte extravagante".

Su proyecto, Contemplar es augurar, investiga desde lo cinematográfico del cielo diurno y reflexiona en torno a la predicción del tiempo, tomando como referencia la práctica de los augures romanos. Busca conexiones entre aquella cultura y la contemporánea, la metereología, la historia y la etimología vinculada a la contemplación del cielo y el medio fílmico. "Es un tema inasible, enorme, inabarcable. Poco a poco he ido concentrándome en ciertos aspectos".

"La idea de partida vino de un texto de Pascal Quignard sobre frescos romanos, donde habla acerca de los augures romanos; sacerdotes que miraban al cielo para predecir o determinar si las acciones políticas eran adecuadas o no, si convenía atacar, subir los impuestos…".

Bruno ha emprendido una vía en relación con "la cuenta del tiempo y la idea de predicción meteorológica a través de formas populares", descubriendo las cabañuelas, una forma de predicción donde cada día representa el tiempo que hará en determinados meses del año siguiente.

Pensando en el futuro: "La idea de predicción, pronóstico, augurio, intuición, deseo, promesa… está ligada a la anticipación". Filmar en película y realizar el montaje en cámara "supone anticiparse a lo que será la película; las decisiones tienen un componente de deseo, de proyección".

Otro punto de interés en su proyecto es el gerundio. "Las acciones que están a punto de hacerse… una idea de anticipación. En el montaje hay una fuga constante de expectativa, un plano siempre tiene la tensión de un siguiente plano". "Mirar al cielo tiene algo de página en blanco, quien mira proyecta esa anticipación. Es un marco sobre el que en un principio puedes pensar cualquier cosa". 

Separados pero también imbrincados

De alguna manera los proyectos de los cuatro artistas están interconectados, María destaca que, de lo más interesante que aporta la residencia, es el compartirla con otras personas: "Mar y yo hablamos del agua, por motivos diferentes pero que también se conectan, o Bruno habla del cielo pero también le ha venido la cuestión de la tierra, de la huerta y el cultivo, ahora la práctica que estoy haciendo me recuerda también a cosas que veo de Taxio. Es sugerente, porque hay del futuro del pasado y del presente…".

Desde la curiosidad, la ambigüedad, el hacerse preguntas… las investigaciones de estas artistas muestran lo común, pero distinto. Proponen encuadres para narrar, para imaginar otros mundos, otras vidas, se acercan a otras personalidades, a otra historia. Observan esos lugares entre: el cielo y la tierra, el campo y la ciudad, la intuición y la razón, el mañana y el ayer. A veces miran desde el vacío, desde la necesidad vuelven al pasado, buscan referentes, memorias subterráneas, olvidadas… Y a veces desean, analizan, deciden y viven esa tensión a lo largo del tiempo, un ciclo.