CASTELLÓ. El controvertido carril bici de l'Alcora sigue siendo motivo de quejas por el sector del transporte. La Asociación Empresarial Castellonense de Transportes de Mercancías (Actm) ha puesto de manifiesto "el malestar y la incomprensión" existente entre los transportistas por el hecho de que "cinco meses después de que Consellería decidiese no continuar con el carril bici de Alcora, a día de hoy, aún no haya sido eliminado".
"Cuando en su día se anunció la decisión de la Consellería de Obras públicas de no continuar con la ejecución del carril bici en la CV-16 de l'Alcora, todos coincidimos en que el sentido común y práctico había imperado y que era de sabios el rectificar decisiones poco fundadas y estudiadas", expone la asociación empresarial de transportistas en un comunicado. Sin embargo, continúa, "pasados los meses, la decisión de la Consellería no ha venido acompañada de la eliminación de los elementos de construcción del carril bici con el objeto de despejar el tráfico de la zona, ya de por sí, denso".
En ese sentido, la asociación asegura desconocer "si la ejecución de revertir las obras del carril bici corresponde a la Consellería o al Consistorio de l'Alcora". " Pero lo que sí sabemos es que cada día que pasa con los elementos de construcción del carril bici sin ser retirados entraña un riesgo para el tráfico de la zona y para la integridad de quienes circulan por la carretera", continúa la asociación, para advertir de que también dificulta "la actividad en una vía que da acceso a uno de los polígonos industriales más importantes de la localidad y de la provincia".
"Precisamente por su importancia esta carretera necesitaba de unas adecuadas infraestructuras y servicios, antes que un carril bici poco estudiado y reflexionado, teniendo en cuenta que hay otras alternativas factibles en la zona", insisten los transportistas castellonenses, según los cuales "los usuarios de la vía, principalmente los transportistas, sufren desde la instalación de este carril bici -inoperante e inoperativo-, el riesgo que conlleva circular por una vía de alta densidad de tráfico que ha sufrido un considerable estrechamiento, lo cual incrementa el riesgo de accidentes".
Por otro lado, los propietarios de las instalaciones colindantes alertan de la limitación de la operatividad logística que representa el carril bici a la hora de maniobrar los distintos transportes para acceder a sus instalaciones, según el mismo comunicado. Y por ello, solicita que "antes de ejecutar unas obras como la referenciada deberían haberse calculado las consecuencias de ésta, en atención a los usuarios de la vía y la infraestructura afectada".
"La mejora que suponía el habilitar un carril bici debía beneficiar a los ciudadanos y no simplemente 'vender' la apuesta por un medio de transporte alternativo a cualquier precio", subraya el escrito de Actm, que concluye: "Cuando se plantean cambios de este calado antes hay que estudiar las posibles consecuencias y analizar previamente la conveniencia de acometer otro tipo de mejoras prioritarias como es el caso".
