Los aranceles a los vehículos eléctricos pueden desencadenar respuestas por parte de China. Es poco probable que estalle una guerra comercial a gran escala, pero podemos esperar ver algunas refriegas. China ya ha mostrado cuál sería probablemente su respuesta inicial, apuntando al coñac, ya que Francia está detrás del aumento de los aranceles a los vehículos eléctricos. Quizá la compañía Remy Cointreau es la más expuesta.
China también ha amenazado a los sectores agrícola y aeroespacial europeos. Los agricultores son un importante bloque de votantes, mientras que China es un gran comprador de aviones Airbus. Pero, siendo realistas, nada es tan sencillo. Tomemos el ejemplo de Airbus. Su mayor competidor es Boeing, al que China ha impuesto sanciones por vender armas a Taiwán. También se habla de aumentar los impuestos sobre los coches alemanes importados, pero para estas empresas, la mayoría de sus coches para el mercado chino ya se fabrican localmente. Los productos de lujo pueden ser objeto de sanciones. La gama más alta sería la más protegida, ya que sus clientes pueden adquirir los productos más fácilmente cuando viajan o, francamente, ignorar los aranceles más altos y pagar un precio elevado.
La UE es uno de los principales socios comerciales de China, que siempre ha tenido un amplio y creciente superávit comercial con Europa. A China no le interesa que esto se convierta en una guerra comercial en toda regla, especialmente con una economía china débil.
Donny Kranson es gestor de Vontobel AM