MADRID (EFE). La selección española de balonmano, vigente subcampeona continental, se jugará este martes (20:30) su continuidad en el Europeo de Alemania en un encuentro con Austria, en el que a los 'Hispanos' sólo les vale la victoria si no quieren despedirse prematuramente del torneo.
Un todo o nada que llega como consecuencia de la contundente derrota (29-39) encajada ante Croacia en la primera jornada que dejó a los de Jordi Ribera sin margen de error.
Presión que el conjunto español pareció manejar sin dificultad en el encuentro que le enfrentó el domingo con Rumanía, un duelo en el que a los 'Hispanos' les bastó con recuperar mínimamente sus señas de identidad para imponerse por un claro 24-36.
Pero para derrotar a Austria, un equipo que llega crecido a la cita tras empatar 28-28 con Croacia en la última jornada, a la selección española no le bastará con dar unos tímidos pasos hacia adelante, sino que tendrá que mostrar su mejor versión.
Especialmente en defensa, faceta en la que España deberá emplearse a fondo para contener al lateral Mykola Bilyk, un jugador destinado desde su adolescencia a convertirse en una estrella del balonmano y que a sus 27 años atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera deportiva.
Pero el jugador del Kiel alemán no será la única preocupación de la defensa española, que deberá controlar los movimientos en la linea de seis metros de Tobias Wagner, un voluminoso pivote de casi 2 metros de altura y 125 kilos de peso.
Un jugador que volverá a poner a prueba la solidez del eje central de una defensa española, que ha dejado más que alguna duda tanto en los partidos de preparación como ya en el propio Campeonato de Europa a la hora de frenar a los pivotes rivales.
Aunque si alguien parece preocupar al seleccionador español es el central Lukas Hutecek, que ha tenido un papel fundamental en ataque y en defensa tanto en la victoria cosechada sobre Rumanía (31-24) como en el empate (28-28) firmado con Croacia gracias a una parada final de guardameta Constantin Mostl.
Argumentos a los que añadir los veloces extremos que posee el conjunto austriaco, el sempiterno Robert Weber, que acumula más de 930 goles con la selección, y Sebastián Frimmel, que obligarán a España a estar muy atenta a repliegue defensivo.
Uno de los puntos débiles del equipo centroeuropeo, al que como reconocían los propios internacionales austríacos antes del inicio del Europeo les "costaba correr hacía atrás"
Problemas que, sin embargo, los de esloveno Ales Pajovic, exjugador del extinto BM. Ciudad Real, parecen haber resuelto en este campeonato, como demostró el trepidante ida y vuelta en el que se convirtió el duelo que les enfrentó el domingo con Croacia.
No obstante, Austria, que cuenta como mejor resultado en un Campeonato de Europa la octava posición que logró en la edición de 2020, se encuentra mucho más cómoda cuando puede defender en estático, donde puede sacar el mayor provecho a la envergadura de jugadores como el veterano Janko Bozovic o Lukas Herburger.
Una agresiva defensa que tratará de aprovechar la permisividad arbitral, de la que ya se ha quejado en varias ocasiones Jordi Ribera a lo largo del campeonato, para tratar de impedir con continuas faltas que el conjunto español dote de velocidad y continuidad a su juego de ataque.
Circunstancia que supondrá un reto más para un equipo español que está convencido, como señaló el pivote Iñaki Peciña, de que es capaz de ser mostrar su auténtico nivel ante los austríacos tendrá muchas posibilidades de vencer y asegurar su presencia e la segunda ronda.
Y es que los 'Hispanos', que buscan alcanzar en Alemania su quinta final consecutiva, no está dispuestos a romper el idilio que mantiene con el Europeo, un torneo en el que la selección española cuenta con más medallas que nadie tras colgarse dos oros, cinco platas y dos bronces.