La inflación estadounidense supera las previsiones por tercer mes consecutivo. Más que una reanudación real del repunte de la inflación, se trata de una estabilización en un nivel superior al objetivo de la Fed.
La inflación se ve alimentada por una actividad económica muy sólida, y esta combinación está retrasando la bajada de tipos de la Fed. El caso del BCE es diferente: los tipos deberían bajarse en junio, en un contexto de menor inflación y actividad económica contenida (sin riesgo real de recesión).
Más detenidamente, las expectativas del mercado monetario han retrasado a septiembre la prevista bajada de tipos de la Fed, y estiman un tipo terminal del 4% (desde el 5,5% actual) a finales de 2025. En cuanto a los tipos del BCE, el mercado prevé un descenso del 4% al 2,5% entre junio de 2024 y finales de 2025.
El resto de temas tienen un impacto más moderado. Las tensiones en Oriente Medio generaron volatilidad en el precio del petróleo, ahora ya superada; las elecciones presidenciales en EEUU aún no están en el radar de los inversores; China continua en una senda de crecimiento estable/no inflacionista, que no ofrece motivos para prestar una atención especial.