VALÈNCIA. La pandemia de la Covid-19 ha dejado un mundo distinto al de antes de marzo de 2020. El confinamiento causó un cambio social que permitió sacar a la luz algunas problemáticas como es el caso de la salud mental, que no solo sentó un intenso debate en el Congreso de los Diputados en torno a ella, sino que puso de manifiesto otra pandemia: la de las autolesiones y los suicidios. Ahora que está a punto de celebrarse el día mundial para la prevención del suicidio, el debate gira en torno a la necesidad de poner en marcha un Plan de Prevención del Suicidio a nivel nacional.
En cifras, el suicidio es la causa de muerte no natural con mayor número de fallecimientos en España, con un total de 4.097 muertes en 2022, según datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra supone que, de media, cada día se suicidan 11 personas en España, lo que significa un fallecimiento cada algo menos de 2,5 horas. De hecho el suicidio ha sido una de las causas no naturales con mas muertes en las últimas tres décadas: entre 1993 y 2007 fue la segunda, mientras que desde hace 15 años es la que mayor número de defunciones registra.
En los últimos años todavía se ha agravado más esta situación, puesto que entre 2019 y 2022 los suicidios han crecido un 11,6%, mientras que las consultas en salud mental han registrado un incremento del 32,65% solo en la Comunitat Valenciana en este mismo período. De hecho, desde la Generalitat Valenciana advirtieron hace unos meses del incremento de autolesiones y tentativas de suicidio en adolescentes de entre 10 y 24 años, con 1.600 casos en el curso 2021-2022 en el alumnado valenciano, un 233,33% más que antes de la pandemia.
Ante esta situación las instituciones han elaborado planes con los que atender los problemas de salud mental y prevenir el suicidio. En la Comunitat se cuenta con el Plan de Acción en Salud Mental, mientras que en Gobierno de España lanzó el Plan de Atención de Salud Mental 2022-2024. A estas iniciativas se suma la implantación del teléfono 024 para la atención a la conducta suicida que en el primer año de funcionamiento atendió casi 119.000 llamadas y 8.500 de casos de "riesgo de suicidio alto o en curso".
El tercer sector también interviene de forma directa en la gestión de las problemáticas suicidas. Una de ellas, el Teléfono de la Esperanza, ha visto también como los casos han ido en aumento. En concreto, la organización atendió en 2022 un total de 8.368 llamadas en España en 2022, lo que suponen un 7,68% más que en el año anterior. "La mayoría de las llamadas han sido en fase de ideación suicida", pero también hay personas que buscan ayuda en crisis suicida y en suicidio en curso, destacan desde esta entidad. En el caso de 2023 se registró un aumento del 4,13% en el primer semestre del año en comparación con el mismo período del curso anterior.
Por todo ello, más de 30 organizaciones han firmado este año un manifiesto en el que reclaman la existencia de un protocolo elaborado de forma específica para los suicidios similar al que tienen países como Estados Unidos, Alemania, Finlandia y Noruega, entre otros. Proponen un plan que cuente con tres ejes (prevención, intervención y postprevención) y que realice un "abordaje integral, cohesionado y coordinado en todo el estado" con el objetivo de "sensibilizar a la población general, a las personas con mayor riesgo de suicidio, al comercio y a las grandes marcas".
Las firmantes reclaman un Observatorio de la Conducta Suicida, hablar de suicidios en las universidades y "potenciar la atención primaria y especializada", así como velar por la "calidad" de la misma. También destacan la importancia de acciones que incidan en ámbitos tales como las redes sociales, los medios digitales y en "promocionar y fortalecer las entidades sociales del tercer sector". Desde el Teléfono de la Esperanza, defensora de este proyecto, inciden en que lo que se busca es generar una herramienta "que nos permita cuidarnos y protegernos todos entre todos. Que se coordine a nivel nacional pero en el que todos aportemos un poquito para que nadie se quede sin recibir la ayuda que necesita en el momento necesario".
La preocupación de la Generalitat ante "las consecuencias en el ámbito psicológico de la covid" llevó a la creación de un comisionado en salud mental en abril de 2021 cuyo puesto recayó en Rafael Tabarés. Catedrático de Psiquiatría de la Universitat de València, Tabarés fue el encargado de trazar las principales líneas en esta materia hasta el traspaso de carteras al nuevo Consell. Durante este período se pusieron en marcha medidas como el Plan de Salud Mental ya mencionado y cuestiones más concretas referentes a los suicidios como es el caso de la formación a médicos y pediatras para la prevención de los mismos, así como una unidad específica de prevención del suicidio en adolescentes.
Ahora, la situación es algo distinta. El nuevo Consell ya han dado cuenta de algunas líneas básicas sobre las que buscan trazar su acción a lo largo de la próxima legislatura. Existe, en primer lugar, un cambio en la forma política de tratar la materia: la figura del comisionado de salud mental se ha suprimido y es ahora Sanidad el área encargada, con la coordinación necesaria con Educación para los casos que atañen a los centros educativos.
Los responsables de ambas carteras ya han adelantado medidas como un "plan específico" para el alumnado que prevé que los sanitarios acudan a los centros y puedan detectar de primera mano los problemas con el objetivo de poder actuar con mayor celeridad. De hecho, el conseller de Educación, José Antonio Rovira, señaló a este proyecto como una línea estratégica para su Conselleria en un entrevista para Valencia Plaza. Por su parte, el nuevo responsable de Sanidad, Marciano Gómez, prometió en una entrevista para este mismo periódico "cumplir" con la promesa electoral de hacer un plan de salud mental, así como de poner en funcionamiento una oficina de Salud Mental y Adicciones.
Este plan de salud mental al que se refiere Gómez es una de las principales medidas de campaña del PPCV. Presentado por el entonces candidato a la presidencia de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, está dividido en cuatro puntos con medidas como la integración de la promoción y prevención de la salud mental en el currículum escolar. En ese momento el Partido Popular explicó que Sanidad contará con un equipo "estable y especializado" para atender los primeros brotes psicóticos, así como con una unidad de hospitalización psiquiátrica en "todos los hospitales públicos".
Ante cualquier indicio de conducta o ideación suicida, el Gobierno de España cuenta con el teléfono 024 para atención a los afectados, mientras que desde el tercer sector se cuenta con herramientas como el Teléfono de la Esperanza, cuyo número es: 717 003 717 a nivel nacional y 963 916 006 a nivel autonómico. Todos ellos son gratuitos y confidenciales y actúan de forma ininterrumpida los 365 días del año. Desde el Ministerio de Sanidad advierten que, ante una "emergencia vital inminente", se contacte directamente con el teléfono de emergencias 112.
Para los más jóvenes, el Teléfono de la Esperanza también cuenta con Conéctate.social, una herramienta de chat, correo y teléfono orientada a los jóvenes, "que cada vez registra más usuarios". Una solución similar a la anunciada recientemente por el Ministerio de Sanidad, que incorporará un chat en la línea 024 para intentar hacer más sencillo el contacto de la gente joven con la asistencia al suicidio.