el cudolet / OPINIÓN

Los valencianos sin mordaza debimos tomar las calles mucho antes

Foto: EDUARDO MANZANA
18/11/2023 - 

El derecho a la manifestación es un acto legítimo de cualquier democracia que se preste, siendo, además, un pilar del estado de bienestar que nadie puede renunciar como altavoz social en defensa y protección de los intereses de los más vulnerables frente a las posiciones dictatoriales. 

En 2015, en España, el Gobierno popular de Mariano Rajoy intentó aplacar la espontaneidad de las protestas sacando de la chistera una ley (Mordaza) que trataba de criminalizarlas, además de judicializar a sus asistentes. Manteniendo a raya a los disidentes, inconformistas y ciudadanos que veían atropellados y alterados sus derechos sin el permiso oportuno de la Delegación del Gobierno. 

En los últimos años, he concebido la idea de que una manifa espontánea y callejera debe albergar unos principios básicos: la ironía, el respeto y el sentido común. Objetivos, que por degracia, a veces no llegan a desarrollarse porque los malotes de turno lo sustituyen por el insulto, el odio o las agresiones. 

Para combatir o frenar esos desmanes, altercados o salidas de tono están los órganos judiciales y policiales que deben hacer frente a la violencia gratuita con rigor y contundencia, mal endémico de los encapuchados. 

Manifestación del PP en València contra la amnistía. Foto: EDUARDO MANZANA

En las últimas semanas, casi todas las capitales españolas se han visto inmersas en marchas oficiales y protestas espontáneas en defensa de la unidad de España. Un martillo popular contra la supuesta amnistia diseñada por la coalición progresista para salvar de la hoguera a la gran asamblea catalana que concebió el 1-0, y a ellos mismos de caer en la oposición. 

Tras un primer y simple análisis de los que en su día promovieron aquel silencio popular, hoy, prisioneros de sus palabras, estos han acabado por abanderar marchas simultáneas acorralando incluso hasta las sedes socialistas con los supuestos cortes de tráfico. 

Es obsceno por parte de unos, el no reconocer la amnistía cuando no necesitaban de los votos separatistas para formar gobierno, e hipócrita por parte de los otros deshacerse de la mordaza cuando quieren ser escuchados.

Los valencianos sin mordaza debimos salir mucho antes tomando las calles por motivos más que suficientes, como fueron la subida del precio de los alimentos, o la falta de vivienda en alquiler, o el brutal encarecimiento de los hidrocarburos entre otros. Las banderas españolas no nos darán de comer por mucho que nos empeñemos en ondearlas al viento, a veces, estas dejan de ser victoriosas.

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