ENTRENADOR DEL PARTIDO MÁS IMPORTANTE DEL CD CASTELLÓN EN su SIGLO de historia

Lucien Müller: "El CD Castellón merece estar pronto en Primera, como ciudad y por afición"

Desde el banquillo, Müller fue uno de los protagonistas de la exitosa temporada 72-73 y del partido más importante de la historia del club castellonense, la final de la Copa del Generalísimo disputada aquel 29 de junio en el Vicente Calderón. Hoy, día del centenario del CD Castellón y a sus 87 años, el ex entrenador envía desde Niza sus mejores deseos a la gran familia albinegra

20/07/2022 - 

CASTELLÓ. En el himno del CD Castellón, que este miércoles, 20 de julio, alcanza y celebra su centenario, se asegura: “A la memoria, llega la gloria, del viejo campo del Sequiol”. Cada vez que se canta en las gradas, varias generaciones de aficionados albinegros se apiñan en el anfiteatro del cielo para sumarse al rito. Pero en un siglo de vida, pasión y barro cabe también más de un capítulo para la gloria. No pocas páginas épicas se han escrito ya en el terreno de Castalia, tanto en el primitivo campo de 1945 como en el actual, estrenado en 1987. Sin embargo, el punto más álgido del siglo que cumple el club, el día en que su nombre brilló con más fuerza lo hizo lejos de la Plana. Fue en el Vicente Calderón, el 29 de junio de 1973, en la final de la Copa del Generalísimo disputada frente al Athletic Club de Bilbao, acompañado por alrededor de 15.000 albinegros.

Uno de los protagonistas de aquella gesta inolvidable es hoy, a sus 87 años, el más veterano de cuantos han pasado por el banquillo albinegro. Es el francés Lucien Müller (Bischwiller, Francia, 1934), quien desde su residencia actual en Niza sigue con atención la actualidad del club. En el césped fue un centrocampista ofensivo en los años 50 y 60, jugando entre otros en el Real Madrid y el FC Barcelona. Desde la banda, dirigió también al equipo azulgrana, así como al Real Zaragoza, el Burgos, el Real Mallorca o el Mónaco. 

Unido al club orellut

Pero su carrera como entrenador estuvo marcada por el CD Castellón: comenzó en el viejo Castalia en la temporada 70-71, de la mano del presidente Emilio Fabregat, y finalizó en el nuevo estadio castellonense en la 91-92, tras ser fichado al final de la temporada anterior en un intento desesperado de salvar la máxima categoría, por el presidente Domingo Tárrega

Ya antes de dirigir al equipo había conocido el campo y entrado en su historia como componente de la alineación del FC Barcelona que el sábado 28 de agosto de 1965 disputó un amistoso con el Castellón en el que se inauguró la iluminación eléctrica del estadio. Ese día, Müller, que sería sustituido por Vergés, formó parte de la alineación titular de Roque Olsen junto con Sadurní, Benítez, Olivella, Eladio, Gallego, Rifé, Pereda, Re, Seminario y Vicente. De algún modo, con su llegada unos años más tarde para entrenar al equipo, también se hizo la luz.

Müller, quien en su día compartiera vestuario con Di Stéfano, Puskas o Kopa y jugara contra O Rei Pelé, nos atiende desde su domicilio. Lo hace junto a una mesilla en la que destacan dos pequeños elefantes blancos, como un guiño -¿involuntario?- a la historia del equipo albinegro y a otro de sus mitos, el gran portero José Alanga. Su esposa, Ana María Heintz, con la que este mes ha cumplido 60 años de matrimonio, nos explica sus problemas de movilidad y le acerca el teléfono.

Recuerdos gloriosos

“Todo llega, también el cumplir 100 años”, dice con una perceptible sonrisa al mentarle la efeméride. Y a continuación, sin apenas mediar pregunta, empieza a rememorar: “Yo llego a Castellón en el año 70 [en noviembre] para entrenar al primer equipo, y ya me quedo aquí cuatro años”. Es un tiempo que recuerda como “fenomenal, porque la ciudad estaba bien, había mucha afición e hicimos un buen equipo, la verdad es que no entiendo que no haya hecho más cosas todavía en el fútbol, porque hoy podría estar perfectamente en Primera División”.

Müller comparte con otro mito albinegro, Jack Greenwell -este de los años 20- una curiosa circunstancia: ambos fueron entrenadores del Castellón y del FC Barcelona, siendo asimismo jugadores azulgranas. Con este bagaje de jugador de grandes clubes, a su llegada a Castalia el francés “no pensaba” que el equipo fuera a llegar tan lejos -5º en Liga y subcampeón de Copa- pero venía cargado de ambición: “Sí sabíamos lo que queríamos hacer, que era en primer lugar subir a Primera, y luego hasta donde se pudiera llegar”.

Casi medio siglo después

49 años después de la célebre final del Vicente Calderón, que se saldó con derrota por 2-0, Müller asegura sin dudarlo que “podríamos haber ganado muy fácilmente al Bilbao, porque el equipo estaba muy bien; pero los jugadores estaban un poco nerviosos y no nos salieron las cosas bien”. Respecto al camino de la competición del KO de aquella temporada, en que el Castellón tumbó al Valladolid, el Valencia, el Betis y el Sporting de Gijón hasta alcanzar la gran cita, recuerda: “El Valencia fue difícil -asegura- porque tenía buen equipo, pero en realidad todo es difícil, cuando avanzas tanto en una competición así, hay que jugar y nunca es fácil”, señala el entonces técnico. El once que Müller alineó aquel inolvidable día de Sant Pere en Madrid está escrito con letras de oro en la historia del club: Corral, Figueirido, Cela, Babiloni, Óscar, Ferrer (Cayuela), Tonín, Del Bosque (Ortuño), Clarés, Planelles y Félix.

El recuerdo que conserva Müller de su paso por la Plana es el de “una afición muy fiel al equipo, que estaba muy bien, y además es un lugar muy bonito para vivir”. Pero sobre todo, para el míster de aquel tiempo, Castellón es sobre todo el lugar donde mantiene “a muy buenos amigos”, así como la memoria de quienes ya se fueron, como el añorado Andrés Felices

Se pregunta en voz alta quiénes acudirán a la gala en el Auditori y confía en que “sea todo un éxito” para la gran familia albinegra y envía “muchos recuerdos para todos, además de muchos abrazos”. Por último, añade un deseo expreso con motivo del centenario: “Que el Castellón esté pronto en Primera, porque lo merece como ciudad y por su afición, es un club para estar ahí arriba”.

*Agradecimiento especial a Ximo Alcón y Ana María Heintz.

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