ALICANTE. Seis de la mañana. Un tren que conecta Alicante con Madrid. Un tío vestido con un chaleco de tafeta brillante de Duarte y unos pantalones palazzo se monta en el vagón ocho. Hombres trajeados y mujeres con vestidos me miran. Busco mi asiento. Lo encuentro y dejo mi Davidelfin de antaño sobre el asiento de al lado. Hay cosas que nunca pasan de moda y un Davidelfin es eso. Una reliquia. Un pequeño tesoro que tengo en casa y que me sigo poniendo. Nunca entiendo a la gente que compra ropa que nunca se pone. Soy coleccionista de moda, pero no voy a dejar de disfrutarla.
Mi tren llega a Madrid entre las averías propias y los retrasos habituales de RENFE, así como las antipatías de sus trabajadores. ¿Por qué es tan habitual la antipatía en los trenes? ¿Por qué la mitad de los aseos dan asco y la otra mitad están cerrados? Que los billetes cuestan mucho dinerito. La sorpresa vino con Joao, un taxista que me recogió en Chamartín y era abuelo de tres niñas, padre de dos y esposo de su mujer. Me contó historias de Portugal, me recomendó visitar Lisboa y no dejar de ir a Río si decidía cruzar el Atlántico.
El valor del tiempo. ¿Cuánto vale un minuto cuando hablas con alguien que no tiene buena conversación? Hay gente que habla mucho y no por defecto la tiene. Ese es el patrimonio inmaterial de la moda de autor. El valor de los años sobre cada pieza. El saber hacer en cada una. Que el tiempo se pare.
Madrid es moda. Pienso en eso y me viene a la cabeza Duarte y Rocío Crusset con su nueva colección cápsula. Siluetas depuradas, tejidos sublimes y audaces asimetrías dominan la colección cápsula diseñada por Rocío Crusset y Duarte. Una propuesta dirigida a esas invitadas que buscan diferenciarse. Entendí que la Ruta de la Seda era capaz de plasmarse en la colección de la firma y que el sello de elegancia al que ya responde Duarte por el hecho de crear, se le sumaba el talento y savoir faire de Rocío. “Es la primera vez que colaboro con una firma y tenía que ser Duarte. He tenido una relación cercana: siempre he vestido de ellos. Me tiré a la piscina y le pregunté. Y aquí está” respondía la modelo vestida con su propio diseño. Crusset se ha convertido en embajadora de la moda española, llevando el sello España para el mundo. “Somos muchos los que nos buscamos la vida en esta profesión que no es fácil, pero bueno, a veces compensa con estas cosas tan bonitas” sentenciaba Crusset.
Si la elegancia tiene el nombre de Duarte × Crusset, García Madrid es sofisticación y rebeldía en un mismo chaqué. “Es divertido” decía “hay frutas y verduras por todos los sitios porque es algo fresco, lo que queremos vender se junta con ellas”. Prendas elaboradas con tejidos de la mejor calidad como lanas cashmere, kid mohair, seda y algodones premium en tonos otoñales, tierras, verdes, morados, colores cálidos suavizados y superposiciones del mismo color en diferentes tonalidades. Combinaciones de una elegancia orgánica, descomplicada, en la que conviven nuevas creaciones con prendas de archivo de la firma, porque el estilo nunca pasa de moda. Un estilo personal y propio en una colección pensada para todo el mundo. Y todo ello a través del tono de Manuel y su frescura. Dos sastres hicieron que saliera de allí pensando: solo puede ser sello España.
“Artesanía” es la palabra que responde Moisés Nieto cuando le preguntas por qué quieren que le recuerden. Y yo lo hago por lazos que componen su colección cápsula FW 23-24, a la venta tan solo en su nueva tienda en pleno centro de Madrid. Prendas de punto como sudaderas y camisetas que se complementan con una línea de accesorios, pendientes, collares y broches, elementos clave e icónicos de la marca. Moisés tiene manos de artesano y mente de creativo. Una vida en la moda y es capaz de sorprender, crear mundos paralelos. Todo eso lo hace en un mundo en el que ya nos sorprenden pocas cosas. Nieto se siente cada vez más cómodo en las presentaciones íntimas, sin grandes espectáculos. “He formado parte de la pasarela madrileña durante años, pero me he dado cuenta de que eso ya no es para mi”. Asegura que se siente “más completo haciendo colecciones que la gente quiera ponerse, más que una colección sorprendente. Prendas que tengan un uso, que queden bien”, un ejercicio “más complicado” que le aleja de los artificios.
Tenemos un país de artesanos. Mentes creativas que cultivan el talento y la importancia de que todo el proceso se haga en España. No puede haber moda española si no se apoya a todos los sectores, desde patronistas hasta tejedores, pasando por fábricas de hilo o botones. Es importante que eso cale. La moda española no es altiva ni excesiva, tiene cuerpo de calle y se vive por el centro de las ciudades.
Y así, sin más, redescubrí que Duarte, García Madrid y Moisés Nieto demostraban que era cierto aquello de que Madrid es Moda.