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Malformaciones uterinas: tipos, consecuencias y tratamiento 

28/07/2022 - 

VALÈNCIA. Alrededor de un 3 % de las mujeres que acuden a centros de fertilidad por trastornos reproductivos presentan algún tipo de malformación uterina.

Este tipo de anomalías, que se presentan como un desarrollo anormal de los conductos mullerianos, se producen durante  el desarrollo embrionario por causas genéticas o por factores ambientales prenatales, como la exposición de la madre a la radiación, la infección intrauterina en el embarazo o el contacto con tóxicos.

Las consecuencias de estas malformaciones para la salud de la mujer pueden ir desde síntomas leves, casi imperceptibles, a trastornos graves como endometriosis, amenorrea, alteraciones genitourinarias e infertilidad.

Tipos de malformaciones uterinas

Según su fisionomía, la Sociedad Europea de Reproducción Asistida clasifica los úteros en seis categorías.

Útero "normal". Es una cavidad hueca, sin obstrucciones, crecimientos ni hemorragias internas, con forma de pera o embudo al revés, con un área más pequeña en la parte inferior que conecta con el cuello uterino y una parte superior redonda, y rodeado de una pared muscular lisa.

Útero dismórfico. Los más habituales son los úteros en T, cuya cavidad tiene esta forma particular y no la típica forma triangular asociada a un útero normal.

Útero septo. El útero tiene un tabique en el centro de la cavidad que la divide en dos partes iguales.

Útero bicorne. El útero está dividido “completamente” en dos.

Útero unicorne. Únicamente se ha desarrollado la mitad del útero, por lo que su tamaño es muy pequeño en comparación con un útero normal.

Agenesias. Son úteros que no han llegado a desarrollarse total o parcialmente. En ocasiones,  la mujer ha nacido sin útero.

¿Cuál es la relación entre malformación uterina y problemas en el embarazo?

Todas las malformaciones uterinas pueden afectar el embarazo en mayor o menor medida.

Algunas tienen asociado un incremento en las tasas de aborto, mientras que otras pueden ocasionar  alteraciones del crecimiento fetal durante la gestación (bajo peso al nacer, malposiciones fetales durante el parto y riesgo de prematuridad).

En los casos más complejos, este tipo de malformaciones pueden imposibilitar la gestación, provocando abortos y embarazos ectópicos.

Según algunos estudios, en casos de abortos de repetición, la posibilidad de una alteración anatómica uterina se triplica con respecto a la población general, mientras que en los tratamientos de infertilidad seguidos de aborto, el riesgo de tener una anomalía uterina se multiplica por 5.

Diagnóstico de malformaciones uterinas: ¿qué tipo de pruebas se realizan?

Algunas malformaciones en el útero son asintomáticas y se descubren en la adolescencia o en la edad adulta, bien durante una revisión ginecológica rutinaria o bien ante la presencia de dolores en la menstruación, problemas o molestias al orinar, o trastornos reproductivos.

De hecho, únicamente en aquellos casos de alteraciones anatómicas complejas, como la ausencia de útero o los úteros llamados no comunicantes (es decir, que no tienen conexión con la vagina), suele manifestarse como síntoma la “ausencia de menstruación” durante la pubertad.

Según explica el Dr. Norman Gómez, ginecólogo del hospital Quirónsalud Valencia, muchas de las alteraciones anatómicas uterinas "se relacionan a largo plazo con el desarrollo de endometriosis. Además, como el útero comparte desarrollo embriológico con ciertos procesos del sistema urinario, algunas alteraciones anatómicas en esta cavidad van asociadas a alteraciones renales y/o genitourinarias, por lo que el estudio de las vías urinarias también es imprescindible. Finalmente, debido a que el útero representa el órgano reproductor femenino por excelencia, es lógico pensar que las alteraciones en su desarrollo conlleva a repercusiones negativas en el ámbito reproductivo". 

Tradicionalmente, las alteraciones uterinas se diagnosticaban durante un acto quirúrgico por visualización directa, como una laparoscopia a través del ombligo. Sin embargo, hoy en día se opta por otras técnicas menos invasivas.

"Cobran especial importancia la resonancia magnética y la ecografía 3D, que son los Gold estándar para el diagnóstico de anomalías uterinas", añade el Dr. Gómez.

El especialista en ginecología del Quirónsalud Valencia explica que, gracias a este tipo de técnicas, es posible hacer una representación tridimensional del útero y su cavidad para diagnosticar el tipo de anomalía anatómica de manera concreta y rápida.

"Las técnicas de imagen son inocuas y bien toleradas por el paciente. Además, la ecografía está muy difundida en la mayoría de las consultas ginecológicas rutinarias, especialmente en centros de fertilidad. Respecto a la resonancia magnética, tiene la ventaja de permitir valorar en la misma prueba el útero, las vías urinarias y los  riñones, que en ocasiones pueden estar alterados ante anomalías del desarrollo uterino". 

Otra prueba relevante para el diagnóstico de malformaciones uterinas es la histerosalpingografía, que requiere la aplicación de un medio de contraste (radiopaco), a través del cuello del útero, para dibujar la silueta de la cavidad y las trompas de Falopio.

Sin embargo, tras esta prueba es necesario confirmar el hallazgo con los estudios de imagen antes mencionados, por lo que suele descartarse directamente.

¿Existe un tratamiento quirúrgico para corregir las anomalías del útero?

Las malformaciones del útero son congénitas y "de nacimiento", por lo que su tratamiento suele vincularse a una intervención quirúrgica, aunque no siempre es posible ni recomendable.

"Desafortunadamente, existen malformaciones uterinas que no pueden corregirse de ninguna manera. Sin embargo, son las menos frecuentes. De hecho, el grueso de las alteraciones uterinas y las que más se suelen ver en las consultas de ginecología y en los centros especializados son susceptibles de corrección quirúrgica gracias a procedimientos relativamente sencillos",  añade el Dr. Norman Gómez.

La intervención más habitual es la histeroscopia, que implica la introducción de una cámara con un canal de trabajo a través del cuello del útero para acceder a la cavidad y corregir la anomalía.

"Hablamos de equipos de entre 4 y 7 mm. de diámetro. En la mayoría de los casos, el proceso es ambulatorio, así que la paciente recibe el alta 3-4 horas después de la intervención. Se marcha a casa en el mismo día y puede reanudar su actividad física o laboral al día siguiente", concluye el ginecólogo de Quirónsalud Valencia.

En cualquier caso, ante la presencia de una alteración de este tipo, es recomendable acudir a un centro de fertilidad o al ginecólogo para valorar su situación y proponer la mejor solución para cada paciente.

Solicita más información acerca de las malformaciones uterinas en el hospital Quirónsalud Valencia

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