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Manual de resistencia de Mazón

Foto: ROBER SOLSONA/EP
23/11/2024 - 

VALÈNCIA. En febrero de 2019, vio la luz el libro biográfico sobre Pedro Sánchez bajo el título 'Manual de Resistencia'. Una publicación centrada en las peripecias del dirigente socialista desde que alcanzara la Secretaría General del PSOE en 2014 hasta que logró convertirse en presidente del Gobierno cuatro años después, merced a una moción de censura exitosa frente a Mariano Rajoy.

Un relato que perfectamente podría servir para un guion de una serie producida por la HBO o Netflix y que, ahora, se ve obligado a emular el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, que tras varios días titubeando por la crisis de la Dana, optó también por buscar la mejor estrategia para implementar su propia resistencia y continuar al frente del Consell. No como una maniobra meramente temporal, sino con el objetivo final de volver a ser candidato y seguir al frente del Gobierno valenciano a partir de 2027.

Así, desde el punto de vista político y estratégico, el presidente de la Generalitat ha tomado -o debe tomar- una serie de medidas que van dirigidas a su resistencia al frente del Consell, con el objetivo final detener opciones de repetir como máximo responsable autonómico.

1.-"Alto el fuego". Al presidente Mazón no le conviene que los siempre potentes medios nacionales sigan centrados en la gestión de la Dana. Especialmente si se habla de lo ocurrido el 29 de octubre y, más concretamente, si el debate gira en torno a por qué tardó tanto en enviarse el aviso al móvil (Es-Alert) a la ciudadanía o por qué no suspendió su agenda cuando la alerta roja estaba implantada desde primera hora de la mañana. El nombramiento del teniente general retirado Francisco José Gan Pampols como vicepresidente de la Recuperación Económica y Social es una buena medida con este objetivo. El militar ha proclamado públicamente que rechaza de plano las batallas políticas y quiere centrarse en la tarea de reconstrucción. Este, precisamente, es el mensaje que desea Mazón, que se ha encontrado con serias dificultades para no perder el relato sobre su responsabilidad política: si deja de hablarse de la gestión de lo ocurrido el día 29 y el eje del debate se centra en la reconstrucción, la pugna política puede equilibrarse y entrar en una zona mucho más cómoda para el presidente de la Generalitat.

2.-Portavocía política solvente. No es baladí la primera modificación en el Ejecutivo valenciano acometida por Mazón: el presidente de la Generalitat ha otorgado los galones de portavoz a Susana Camarero en detrimento de Ruth Merino. Es decir, una cara visible con un perfil claramente político en detrimento de una dirigente de corte más técnico. Así, y ya se está viendo en sus primeras comparecencias, Camarero no tendrá pelos en la lengua a la hora de señalar las deficiencias del Gobierno de España en la crisis de la Dana, mientras que el otro vicepresidente, Gan Pampols, proclama su deseo de huir de cualquier rifirrafe. Dos escudos sólidos con diferentes roles y funciones.

Foto: EP/Jorge Gil 
3.-Por encima de todo, la reconstrucción. Este discurso combinado no debe alejar al Consell de su tarea primigenia: la recuperación. Es decir, públicamente debe dominar el discurso de que el Gobierno valenciano está centrado en lograr que la Comunitat y, más en concreto la provincia, está en una lucha denodada por resurgir tras la catástrofe. Para ello, todo dirigente del Ejecutivo valenciano debe trabajarse en mostrar una imagen impoluta e  insistir en esta prioridad de recuperación, alejándose de cualquier otra idea y conflicto (al margen de que puedan filtrarse informaciones a los medios contra el relato del Gobierno de España o para defenderse de los ataques del mismo).

4.-Restaurar la beligerancia contra el Gobierno de España. Esto, como ha ido informado este diario, era una directriz principal de funcionamiento para toda la legislatura: la crítica constante y el victimismo si fuera necesario en relación al Ejecutivo central presidido por Pedro Sánchez. En este sentido, el objetivo es ir recuperando poco a poco las reivindicaciones originales de la legislatura e, incluso, poder ir introduciendo las críticas respecto a las ayudas referentes a la Dana. El objetivo final es que la ciudadanía 'olvide' la batalla sobre la responsabilidad inicial de la crisis y termine por culpar al Gobierno de España respecto a todo lo que falle en la recuperación. La guinda del pastel sería que el propio teniente general Gan Pampols, que ya ha manifestado su deseo de mantenerse alejado de estos rifirrafes políticos, terminara criticando al Ejecutivo de Pedro Sánchez por su gestión.

5.-Aprovechar las crisis nacionales. Indudablemente, el Consell y el PP valenciano debe estar al quite de los asuntos que hagan temblar los cimientos del Gobierno de España y, en concreto, el eterno rival, el PSOE. A día de hoy, el caso 'Koldo-Aldama' parece el más jugoso en el escenario nacional, por lo que debería ser aprovechado por los populares valencianos.

Pancarta en la manifestación contra la gestión de la Dana el pasado sábado 10 de noviembre. Foto: KIKE TABERNER 

6.-Recuperar la actividad habitual: presupuestos, órganos estaturarios... Nada mejor para dejar atrás la tragedia y estabilizar la crisis mediática que ir retomando poco a poco los debates cotidianos. Una buena fórmula podría ser la recuperación del debate de presupuestos: presentar unas cuentas basadas en la recuperación de la Dana y tratar de atraer a Vox para su aprobación, además de buscar el respaldo del PSPV que en su día prometió para luego retractarse. De la misma manera, recuperar cuanto antes el debate sobre los órganos estatutarios pendiente con el objetivo de alcanzar algún acuerdo que reestablezca cierta normalidad parlamentaria.

7.-Controlar À Punt y recuperar el pulso mediático. El pasado miércoles, el director general de À Punt, Alfred Costa, renunció al cargo y lo comunicó a la plantilla y al Consejo Rector de la cadena. Lo hizo después de que trascendiera que Mazón comiera con la periodista Maribel Vilaplana para ofrecerle el puesto el pasado 29 de octubre, día de la catastrófica Dana. Lo cierto es que el PP tiene garantizado el control de la cadena y la elección de la dirección general por la reforma de la ley que acometieron junto a Vox el pasado mes de marzo. Según la norma, À Punt contará con un consejo de administración de 8 miembros, de los cuales Les Corts deben elegir a 7 y el restante queda en manos de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP). Este órgano de dirección, donde el PP se garantiza la mayoría, es el encargado de proponer un candidato para suceder a Costa que, posteriormente, deberá ser nombrado por Presidencia de la Generalitat. Así pues, resulta difícil no intuir que la idea se dirige a que À Punt se convierta en una herramienta lo más amable posible al actual Gobierno valenciano, a ser posible como lo era Canal 9 en la época de anteriores ejecutivos controlados por el PP.

Al margen de esto, el presidente de la Generalitat y su equipo deberán realizar una tarea de reajuste para regresar al control mediático que ostentaban antes de la Dana. Resulta evidente que, pese a la buena salud que el Consell gozaba entre muchas empresas informativas influyentes, esto no ha sido suficiente para evitar una andanada de críticas notables, incluso de medios conservadores. Un escenario que Presidencia deberá reevaluar ya sea a golpe de talonario -reparto de publicidad institucional- o de una mayor transversalidad y sensibilidad informativa de la que hasta ahora han carecido.

8.-Revisión del núcleo duro del presidente. Parece evidente que algo ha fallado en el búnker central de Mazón, caracterizado por ser pequeño, cerrado y con un marcado acento alicantino. No son pocos en el PP los que consideran que el jefe del Consell no ha estado bien o al menos suficientemente asesorado en esta crisis, lo que parece indicar que el jefe del Consell debe ampliar sus miras y horizontes fuera del marco al que estaba acostumbrado.

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