CASTELLÓ. La compra del fabricante brasileño de cerámica Eliane por parte de Mohawk ha llevado a la filial castellonense de Marazzi, de la que depende la compañía sudamericana, a dar un auténtico salto en su facturación y beneficios. En el primer ejercicio con la actividad de Eliane integrada en sus cuentas consolidadas, 2019, Marazzi Iberia triplicó sus ventas hasta los 269 millones de euros.
En realidad el crecimiento fue mayor, porque los 92,6 millones de facturación de 2018 ya incluían mes y medio de actividad de Eliane, tal y como recogen las cuentas consolidadas de Marazzi Iberia de 2019.
En cuanto a los beneficios, estos se dispararon hasta los 21,8 millones. En 2018 el grupo que depende de Castellón registró unas ganancias netas de 1,8 millones, aunque sin tener en cuenta la compra, un año antes había informado de un resultado positivo de 6,9 millones.
Para dar este salto, el grupo radicado en Georgia (EEUU) desembolsó 130,6 millones de euros y asumió un fondo de comercio de 25,4, tal y como recogen las cuentas de la filial provincial. No en vano, con ello logró la incorporación del "fabricante líder en Brasil, uno de los tres mercados cerámicos más grandes del mundo", además de ser el mayor exportador del país.
La compra también ha supuesto un salto a nivel de empleo para Marazzi Iberia, que ha pasado de contar con 328 trabajadores en 2018 a 2.857 un año más tarde. Y es que Eliane posee seis unidades productivas (cuatro en Cocal do Sul, una en Criciúma y una en Camaçari), "produce más de treinta y seis millones de metros cuadrados al año", tiene presencia "en más de 80 países" y cuenta "con más de 15.000 puntos de venta en Brasil", apunta la compañía castellonense.
Esta absorción se enmarca así "en las acciones de Mohawk para expandir la producción a nivel mundial". No en vano, un año antes ya había comprado tres filiales en Colombia, Chile y Perú. Además, junto a Eliane incorporó la comercializadora Ceramus Bahía SA Produtos Cerámicos, de la que posee un 98,9% del capital a través del fabricante.
Con ello, "actualmente el grupo cuenta con una implantación geográfica equilibrada, con presencia tanto en mercados maduros como en economías emergentes", con lo que ha logrado "reducir el riesgo derivado de las incertidumbres económicas y aumentar las oportunidades comerciales", señala Mohawk en el informe de gestión.
No extraña que destaque este punto, ya que las cuentas de Marazzi Iberia ya recogen la afección, en sus primeras fases, de la pandemia de coronavirus. Debido a su impacto, la filial castellonense de la compañía nacida en Sassuolo (Italia) en los años 30 del siglo pasado se vio obligada a aplicar un ERTE que en julio revirtió completamente, tras recuperar en su totalidad la actividad en las plantas de Castelló y Borriol.
Tras ello, "durante el segundo semestre del 2020 las ventas se han recuperado y están en línea con las del ejercicio anterior", tal y como ha sucedido en buena parte del sector azulejero castellonense. Eso sí, las inversiones en las plantas "se han dimensionado a la situación actual", recogen las cuentas.